Una Princesa Sin Fronteras

Al día siguiente, Berenice y Leandro iniciaron su viaje hacia el imperio del sol…

Emperatriz Emma: nosotros estaremos unos días más…

Emperador Vitorio: Deberíamos volver y llevarnos a Elena…

Elena: padre, yo… me quedaré un tiempo más en el reino de Barnes…

Emperador Vitorio: mmmm ya lo veremos…

Emperatriz Emma: ¿volverán a Barnes?

Bernard: si majestad, nos gustaría que tambien nos puedan acompañar…

Emperatriz Emma: nosotros debemos ir a la capital de Lennox a saludar a su emperador.

Emperador Vitorio: mmmm

Emperatriz Emma: tenemos que hacerlo, esta es una visita oficial, no podemos irnos sin saludar al emperador, se ría una falta al protocolo…

Emperador Vitorio: esta bien…

Ethan Lennox: nosotros viajaremos al imperio de Somerset…

Emperador Vitorio: que tristeza perder tu compañía

Ethan Lennox: jajaja no te procupes Vitorio nos veremos en la boda, o cuando te esten diciendo suegro…

Emperador Vitorio: tú… Lennox…

La emperatriz Emma se acercó a su esposo y le acaricio suavemente el rostro frente a todos… distrayéndolo mientras el otrora emperador se retiraba…

Jade Lennox: vámonos querido aprovechemos el tiempo a solas… en el viaje a Somerset…

Esa misma tarde, todos se despedían.

Emperador Vitorio: muchachito, no te olvides que con mi magia, puedo llegar al lado de mi hija en minutos… A cualquier hora

Bernard: por supuesto majestad, siempre será bienvenido…

Elena: muchas gracias padre por estar aquí en el continente… te quiero mucho…

Emperador Vitorio: yo también te quiero mi pequeña… recuerda que siempre seré quien mas te quiera

Emperatriz Emma: jajaja ya vamos

Más tarde, la archiduquesa se despidió de su hermano y de la princesa.

Beatriz: hermano espero que todo salga bien, por favor escríbeme

Bernard: por supuesto hermana, cuídate mucho

Felipe: cuñado mucha suerte... la necesitaras jajaja

Beatriz: Querido...

Felipe: no te preocupes querida mía, él tiene la suerte de ser tu hermano y eso lo protege por añadidura jajaja

Elena: muchas gracias por su hospitalidad General... nos estaremos escribiendo querida archiduquesa

Beatriz: por supuesto, espero que la próxima vez que nos veamos te pueda decir cuñada

Elena: yo también lo espero.

Bernard le sonrio a Elena y comenzaron su viaje de regreso… mientras, lo hacía el la miraba ensimismado en sus pensamientos.

[Me siento afortunado y bendecido cada vez que pienso en Elena... Es como si el universo hubiera decidido sonreírme y ponerme en el camino a alguien tan increíble. Su belleza no solo es física, sino también interior. Su sonrisa ilumina mi día y su risa es música para mis oídos.

Aunque todavía no hemos dado el paso oficial de ser novios, siento que ya estamos conectados de una manera especial. Me esfuerzo cada día para ser digno de ella, para demostrarle que soy alguien en quien puede confiar y con quien puede construir un futuro juntos. Me encanta la forma en que me mira, con una mezcla de curiosidad y cariño. Me hace sentir como si fuera el único hombre en el mundo. Me esfuerzo por ser el mejor versión de mí mismo cuando estoy con ella, para hacerla sentir orgullosa de estar a mi lado. A veces me pregunto si soy lo suficientemente bueno para ella, si merezco su amor y su atención. Pero cuando me mira a los ojos y me sonríe, todas mis dudas desaparecen. Siento que puedo conquistar el mundo con ella a mi lado. Me esmero por ser detallista, por sorprenderla con pequeños gestos que la hagan sentir especial. Quiero que sepa que estoy pensando en ella, que la valoro y la aprecio. Quiero ser su roca, su apoyo, su compañero de aventuras. No sé qué el futuro nos depara, pero estoy emocionado de descubrirlo juntos. Estoy dispuesto a trabajar duro para ser el hombre que ella merece, para hacerla feliz y para construir una relación sólida y duradera. Por ahora, me siento agradecido por tenerla en mi vida, por poder disfrutar de su compañía y de su amor. Me siento afortunado de haberla encontrado, y prometo hacer todo lo posible para que se sienta amada y valorada cada día]

Elena: Bernard... ¿me escuchas?

Bernard: perdón... ¿me decías?

Elena: ¿en que pensabas?

Bernard: en lo afortunado que soy en que estés a mi lado y en lo mucho que te amo...

Elena le dio un suave beso, el que continuo con caricias, para terminar viajando, juntos, abrazados con el corazón lleno de amor y optimismo por un futuro juntos.