La vida es increíble, Pedro lo confirma, está a punto de casarse con la chica de sus sueños, esa de la que está enamorado desde los 14 años. En otras palabras, está feliz de haberse confesado a su crush y ser correspondido
Todo era maravilloso, como toda pareja que está a punto de confirmar su amor frente al altar, vive en su mundo de caramelo, y todo será felicidad si no fuera por el increíble incidente justo dos días antes de la ceremonia
Pedro queda viudo sin haber firmado ningún papel, pero así se siente, siente que ha perdido todo en cuestión de segundos
Perdido en su miseria se pregunta día y noche el típico por qué, vivía sus días tratando de buscar la respuesta hasta que llega a sus manos un Diario donde describe exactamente lo que está pasando, descubriendo en él más de lo que había esperado
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Capitulo 23
Diego está frente a su computador, ese día en particular tiene mucho trabajo y está muy concentrado para avanzar rápido y eficiente, su hermosa novia salió temprano así que está solo
Revisa cada aspecto verificado que todo esté correcto, envía la información y justo cuando da el último Clic el monitor se apaga
- No - dice impresionado, vuelve a encender viendo que todo está correcto, pulsa de nuevo y otra vez se apaga - No juegues con esto por favor - ruega hacia la nada y enciende otra vez, esta ocasión está escrito una palabra nueva, "nombre"
- Nombre - repite, borra y envía todo de forma correcta
Apaga por sí mismo y en la pantalla logra ver la silueta de una mujer a sus espaldas, traga grueso, cierra los ojos y al abrirlos ya no ve nada, se da la vuelta despacio y todo está como debe ser, en total tranquilidad
- Los nervios deben estar jugando en mi contra - se levanta y comienza con las tareas del hogar que le corresponden...
La jornada de trabajo de Pedro paso como cualquier otro día, al terminar se dirige al baño y cuando está lavando sus manos un sonido a su espalda lo hace girar, como lo esperaba no hay nada fuera de lugar, vuelve viendo el espejo y entre cierra los ojos al percatarse de una palabra escrita en la esquina, es como cuando alguien sopla sobre el espejo y escriben en el
- Nombre - dice en un susurro al tiempo que la palabra se desvanece
Se dirige al departamento y parece como si esa palabra resaltará de todos lados dónde está escrita, talla sus ojos intentando dejar de percibirla, pero tal parece solo empeora, fue tanta la frustración que pasó un semáforo en rojo, y para su mala fortuna, un oficial de tránsito lo vio dándole una multa
- Mal día? - pregunta Raúl viendo la cara de su hermano al llegar
- Normal - se deja caer en el sofá frente a él
- Pues tu cara dice otra cosa -
- Hay algo que no sale de mi cabeza desde hace unas horas -
- Me pasa lo mismo, pero desde que me levanté - la voz cansada de Raúl hace a Pedro preocuparse, a punto de preguntar que le sucedió, la puerta es tocada
- Quién?? - pregunta Raúl fuerte
- Diego -
- Pasa!! - ahora grita Pedro
- Chicos, cuál es el maldito nombre??!! - dice evidentemente frustrado
Los tres se quedaron viendo unos a otros llegando a la conclusión que todos han estado bombardeados con la misma palabra
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Georgina y Martha están frente a una puerta de color negro, la abuela lleva en las manos un recipiente con un postre hecho por ella misma unas horas antes
- Nos echará en cuanto nos vea - dice Martha cabizbaja, su voz denota tristeza
- No lo creo -
- Y por qué aún no tocas? - Georgina suspira fuerte y da tres goles a la puerta
- Voy - se escuchó del otro lado, después pasos que se acercan y el sonido de la manilla siendo movida
Las tres mujeres se miran sin palabras, Silvia, la madre de Martha e hija de Georgina tiene una expresión entre asombro, melancolía y disgusto
- Que hacen aquí? - las palabras frías hace que a las otras dos mujeres se les encoja el corazón
- Estamos en esta ciudad y ...
- Siguen en la feria - no era pregunta, era una cruel afirmación
- Si - responde Martha con temor
- Queremos tener un tiempo contigo - le dice Georgina con voz dulce
- Trajimos postre de manzana - complementa Martha - tu favorito -
Diez segundos que parecieron eternos, Martha no dejaba de mirar el suelo, Georgina observaba atenta el rostro indiferente de su hija, hasta que ella asintió
- Pasen - se dio la vuelta entrando y dejando la puerta abierta
Martha entra recorriendo todo con la mirada, está idéntica a como lo recordaba, cada adorno, foto e incluso magulladura, todo seguía igual, se quedó viendo una pequeña foto familiar, la única que existía impresa
- Tus hermanos están con tu padre en el taller, ya están aprendiendo el oficio -
- Siempre les ha apasionado los autos, a los tres por igual - su madre asiente
- Supongo que están bien, como dicen, las malas noticias siempre se saben primero -
- Si, Estamos bien - responde Martha
- Y tú? - pregunta Georgina, desde que entró sintió una energía diferente, además de detallar en el rostro algo cansado de su hija
- Han pasado cosas, pero estoy lidiando con eso -
- Sabes que puedes contar conmigo, para lo que sea -
Silvia miró de forma penetrante a su madre, su rostro serio no concuerda con la mirada asustada que refleja
- Se incrementa - dice empezando a jugar con sus dedos - desde que empece a escuchar esas voces era suficiente con ignorarlas, insistían por unas horas y después desaparecen, ahora no me dejan por días, por eso obligue a mis hijos irse con su padre, no quiero que piensen que su madre está loca -
- Pero no estás loca - Georgina dejo el bol y tomó las manos de su hija
- No quiero esto, jamás lo he querido, he intentado dejarlo de lado y había funcionado, hasta hace unas semanas que se ha intensificado -
- Hace unas semanas? - pregunto la abuela viendo a su nieta, Martha trago fuerte - y que te dicen esas voces? -
- La maldita cueva del olvido!! - grita desesperada - lo repiten una y otra y otra vez, son diferentes voces, pero cada una dice lo mismo, la cueva, el guardián, la maldición!!! -
- La cueva del olvido - dice Martha abriendo grande los ojos sin despegar la vista de la abuela
- Definitivamente esos chicos tienen mas ayuda de lo que puedan creer -
aurora de verdad gracias por la historia que nos estas regalando y permitirnos disfrutar de tu talento
eres genial autora
y con lo que me encantan las historias de suspenso tienes todo mi apoyo con esta obra maestra