Raptada Por El Mafioso. (Temp. I)

Los clanes españoles quieren tu cabeza, hay una gran suma por ella, todo se está saliendo de control, Marc, ¿estás seguro de continuar con esto?.- me informa Antonio mientras arroja unos documentos.

Soy consciente del peligro que corro en estos momentos, pero ya es muy tarde para retroceder, innumerables personas han perdido su vida tratando de defender este imperio y yo no puedo ser la excepción.

- Seguiremos sin importar el que, no dejaré que el sacrificio de mi gente sea en vano.- declaró firmemente.

No soy el primer mafioso que tiene que echar media Mafia europea de enemiga para prosperar, ellos no me dieron otra opción, así que deberán afrontar las consecuencias.

- ¿Entonces que piensas hacer?, debes contrarrestar sus acciones si quieres mantener tu vida.- habla mientras pasa sus manos por su cabeza.

- Traer la caballería, informa que los Salvatore saldrán de cacería, quiero que pongas en la calle a todos nuestros armamentos y personal para limpiar la ciudad y sus alrededores, en las próximas semanas se formará un baño de sangre.- Afirmó.

- Entendido.- se marcha un tanto angustiado, su rostro lo dice todo.

Estos últimos días ha sido un completo caos, varias mafias han desaparecido y otras han sido masacradas, todo esperaban una excusa perfecta para actuar y que mejor que esta.

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Los disparos, explosiones y gritos de dolor son los protagonistas de esta masacre, después de siglos puedo observar la caída de los Russo antes mis ojos, el clan más grande y antiguo está siendo destrozado por mis propias manos, este día se convertirá en el más recordado de la historia entre las mafias, les haré saber a todos mis enemigos que no soy una presa fácil de cazar.

- Sabes lo que estás haciendo Salvatore?, te va a salir caro este chiste, eso lo aseguro.- me escupe Dominic.

Su clan ha sido un dolor de cabeza para mi familia, de ciertas maneras nos limitan y mantiene el control de la ciudad, si quiero adueñarme y someterla debo deshacerme de ellos sin duda alguna.

- Lo sé perfectamente, eres un simple escalón para llegar a mi meta, aunque seamos un imperio su maldita mafia no nos permite expandir, mi padre pudo tolerar esta situación, pero yo no, es tiempo de nuevas eras.- lo miro fijamente.

- Ja, ja, ja, realmente llevarás el trabajo de una vida a pique, tu padre fue sensato y supo en que momento inclinarse, pero tú por el contrario, eres soberbio y arrogante, convertirás todo en polvo, mi, además que mis aliados no te dejarán vivir en paz, eso lo aseguro - afirma sin titubear mientras alza su mirada.

- Puede que tengas razón, pero me arriesgaré.- contrarresto sus palabras.

Sin darle espacio para hablar fijo mi arma en su frente y disparo a quema ropa, ocasionando que su sangre salpique por todos lados, con disgustos me alejo y me marcho del lugar para después dirigirme a la bodega donde tienen a su familia, necesito eliminar los posibles dolores de cabeza, en lo único que puedo confiar es en los muertos.

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*** Elizabeth***

Últimamente, no lo he visto, desde ese día hemos perdido cualquier tipo de contacto lo que en parte me incomoda, pero lo que realmente me molesta es que recientemente vino una mujer a buscarlo, es muy hermosa al igual que plástica, no sé que tipo de relación podrán tener, pero por su comportamiento y actitud hacia los empleados no hay que imaginar mucho, está más claro que el agua.

- Tráeme un trago, que tengo sed.- me señala al verme.

Con toda la tranquilidad que me queda, la ignoro e intento no comenzar una pelea innecesaria, pero parece que la damita no le agrada mi conducta.

- Hey, estúpida que no me escuchas, mueve tus estúpidas piernas y trae una trago ya.- me habla con soberbia.

Esta fue la gota que derramó el vaso, si no le permito a ese imbécil que me trate así mucho menos a ella, realmente los ricos se creen más, pero no son más que basuras.

- ¿Estás ciega?.- digo en forma de sarcasmo.

- Disculpa, que te crees perra para hablarme de esta forma, conoce tus limites o tendré que enseñártelo.- me amenaza.

Al escuchar esta palabras mi hilo de racionalidad se parte y exploto.

- Me encantaría que lo hicieras, porque creo que mi analfabetismo no me lo permite.- digo en ironía.

Lo que ocasiona que está no lo tolere más y se abalanza hacia mí con intenciones de abofetearme, no obstante, soy más rápida que ella y freno su ataque.

- Cuando vayas a abofetear a alguien no lo platiques, solo hazlo.- sin más le devuelvo su golpe, pero con mucha más fuerza.

lo que genera que esta se caiga al suelo y de inmediato sé coloque su mano en su mejilla mientras solloza avergonzada.

- Sabes lo que has hecho gata, cuando Marc se entere lo vas a pasar muy mal, eso te lo juro.- me advierte.

- Lo estaré esperando.- digo mientras me dirigo hacia el segundo piso.

Con mucha ira me encaminó a su cuarto y comienzo a destrozar todo, no sé por qué me molestan las palabras de esa tipa, ni que estuviera en algún tipo de relación con ese idiota, si antes me caía mal ahora mucho más al ver con la clase de personas se relaciona. Luego de pensar el porqué de mi enojo llegue a la conclusión que se debe a que quiero verlo igual o más desdichado que yo, pero por lo visto la única que la está pasando mal soy yo.

Sin saber que hacer me encamino hacia la cocina, estar encerrada en estas cuatros paredes me esta comenzando afectar en mis emociones y pensamientos, necesito frenar esta situación antes que empeore.

- Ya se fue esa mujer.- digo con desdén y curiosidad a la vez.

- Si, Samantha se marcho muy molesta, no dudes que le podrás las quejas a Marc, es una persona que hace cualquiera cosa para victimizarse y llamar su atención.- habla con un tono de fastidio.

Cosa que me sorprende de Fernanda, ella no es el tipo de persona que habla mal de otra, bueno eso es lo que creo, estos individuos son tan maquivelicos y manipuladores que de ellos se puede esperar cualquiera cosa.