La Luz De Mi Luna.

La diosa de la luna sonrió.

- Ven a mi hijo mío, decía ella al vacío. Hay alguien que quiere conocerte y quiere tu maldición, decía la diosa de la luna.

De pronto todo se oscureció, los gruñidos de una enorme bestia se escuchaban a lo lejos, las enormes pisadas retumbaban en el suelo, sentí el aroma cálido de un hocico, unos enormes ojos rojos aparecían en la oscuridad, me miraban con rabia y el gruñido era aterrador sentía cada fibra de mi piel erizar, el miedo me consumía, estaba aterrada.

La diosa de la luna me tomo de la mano.

- Te presento a mi niño Lycaon, mi primer hijo maldito, el pobre no tuvo la fortuna de ser amado, pero yo le di el amor que necesitaba, le di a sus descendientes más poderosos y ahora el te morderá. Su veneno te va consumir Amarís, el dolor será terrible, será devastador, pero cuando termine, podrás observar en la bestia que te haz convertido mi niña.

¿Aún aceptas?

La diosa me miró y sonreía.

- ¿Voy a sobrevivir?.

- Claro, aunque el veneno de Lycaon es más fuerte, mi amado perro fiel quiere que sus descendientes vuelvan a creer en mí como hace siglos atrás.

¡Verdad mi cachorrito hermoso!, decía la diosa de la luna a la bestia que mostraba sus enormes dientes llenos de sangre.

- Entonces Amarís ¿estás lista?

- Si mi diosa.

Ella estiró mi brazo y miró a Lycaon

- Se buen perro mi amor.

La bestia clavó sus enormes dientes en mi brazo, al grado de destrozar cada uno de mis huesos, yo no dejaba de llorar, mi cuerpo comenzó a convulsionar, sentí un dolor que no podía describir, mis huesos se comenzaron a romper uno a uno, comencé a llorar lágrimas de sangre, el dolor era inimaginable.

- ¡Recuerda a tu amor!, decía la luna.

En mi mente solo podía recordar el rostro de Leltxu mirándome con tanta ternura. Mi amor esto lo hago por ti, pensaba.

- ¡Duele demasiado!, gritaba mientras mi cuerpo se retorcía en el suelo frío.

Mi voz se perdió entre mis lamentos y el aire se me terminó, sentí mi cuerpo frío una vez más, de nuevo el dolor me volvió a consumir.

- ¡Para ya!, gritaba

- Ya casi terminamos, decía la diosa de la luna.

- ¡Es horrible madre!, gritaba

- Lo es mi niña, es una maldición horrible.

Yo gritaba de dolor y sentía mi cuerpo sudando, mis huesos se volvían a unir uno a uno era terrible, insoportable.

- ¡Basta!, grite de nuevo

De pronto perdí el conocimiento.

Todo mi mundo se nublo, no se cuánto tiempo paso, pero abrí los ojos y me encontré en una hermosa cama dorada, con sábanas blancas.

Mi cuerpo estaba inmóvil, solo podía mover mis ojos de un lugar a otro.

- Buen día, no dolio mucho, te dije que lo ibas a lograr, decía la diosa de la luna.

- Eres graciosa cuando te lo propones, mi señora.

- Mi niña hermosa ahora déjame otorgarte mi regalo.

Ella sacó una daga y tomó la pata de un lobo marrón hizo una pequeña abertura, la sangre comenzó a salir, ella besaba la herida, sentí sus labios sobre ella, entonces comprendí que ya no era una humana, era un lobo, estaba recostada en la cama pero como una lobo, no podía mirarme no sabía cómo era solo miraba mis 4 patas quietas y una cola moviéndose con suavidad. De pronto mi boca se sentía como un gran hocico y comencé a gruñir.

- Que delicia, sabe a la sangre de mi hermoso amado Lycaon. Bien ahora ya tienes mi bendición mi niña es hora de regresar, camina por el largo sendero y llegarás a una enorme puerta negra, abre y saldrás con calma.

Ahora va a doler un poco, sentirás como te consumes en llamas pero tienes que regresar a tu forma humana.

- ¡soy una lobo!, dije emocionada.

- si lo eres Amarís.

- ¡gracias por ayudarme!.

- Mi pequeña eres tan hermosa, decía acariciando atrás de mis orejas.

El fuego comenzó a surgir.

- ¡Ayúdame diosa!, grite mientras toda la cama se llenaba de grandes llamas.

- ¡Ayúdame!, comencé a llorar.

El fuego consumió todo mi pelaje, mi rostro, hasta el aire que entraba por mi hocico, sentí el fuego en mi corazón, tratando de acabar con todo mi ser. Mi cuerpo quedó desnudo y tirado en el suelo, sentí mucho frío.

- ¿Qué fue eso?, dije asustada.

- Esa sera la manera en que mi hija va a aparecer, Amarís.

- ¿quién?

- tú loba

- ¡Es tan doloroso!, dije sorprendida

Ella tomo mi cabeza en sus manos.

- ¡Estrella despierta Amarís quiere conocerte!.

Escuché de pronto una voz en mi mente.

- ¿Quiero dormir madre?.

- Cariño es hora, te mandaré a la tierra pórtate bien, ya sabes cuál es tu misión mi amor.

- Si mamá, decía la voz en mi mente

Yo estaba impresionada, en verdad esto está ocurriendo, o me estoy volviendo loca. Ya escucho voces en mi interior.

- Hola Amarís, soy tú loba Estrella, escuché en mi cabeza.

- ¿Es real?.

- Si es real mi madre luna, te lo acaba de decir.

Gotm tendrá a su pareja, pensaba.

- Así se llama el, decía nerviosa.

- Si es hermoso, lo amarás.

- Ya quiero conocerlo, puedo sentir el deseo que sientes por ellos, muero por conocer a mi alfa.

- Tu alfa, mi Leltxu y mi Gotm.

- ¿serán míos también?, decía estrella.

- si de las dos.

- Estoy tan feliz, gracias por este regalo madre.

- De nada mi estrella. Bien mis niñas es hora de regresar.

- si madre, decía estrella.

- Gracias mi diosa, jamás olvidare esto y lucharé por qué recuperes lo que tanto haz perdido.

- Se que lo lograrás Amarís, disfruta tus días con tu amor, por qué recuerda que cuando mueras serás mía por la eternidad.

- Pagaré el precio madre luna

Camine por el largo sendero, me sentía extraña mi cuerpo ya no era el mismo, sabía que algo había cambiado, podía sentir a estrella en mi ser, podía percibir aromas inimaginables, podía mirar a larga distancia, podía escuchar a kilómetros, mis sentidos estaban muy agudos, tenía mucha hambre, quería devorarme un oso completo, sabía que el hambre provenía de Estrella, no sé aún cuántos años tiene, porque no deja de roncar en mi mente.