En un mundo donde los dioses caminan entre mortales, un pequeño de siete años, que es mucho más de lo que parece, ha encontrado su propósito. Con un corazón puro y un amor inquebrantable, este dios cuida de su amigo, un joven alfa de 18 años marcado por el dolor y el desprecio de su propia madre. A pesar de las sombras que lo persiguen, el joven anhela la felicidad y la libertad que solo el amor puede ofrecer.
El pequeño dios, con su apariencia inocente, es un faro de luz en la vida del alfa, ayudándolo a enfrentar sus traumas y a encontrar la valentía dentro de sí mismo. Juntos, desafían las expectativas del mundo que los rodea, creando un vínculo que trasciende el tiempo y la edad.
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Cap 23: Práctica
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Pasado un tiempo, ya todos habían pasado con el profesor a recibir la retroalimentación. Luego de esto, el hombre los hizo reunir a todos en el centro del campo.
— Ya todos han recibido la retroalimentación. En base a eso formen parejas y empiecen a calentar con ejercicios de técnica básica. Recuerden enfocarse en la postura y el balance. Luego, practiquen los movimientos que hemos aprendido, alternando roles de atacante y defensor.
Haciendo caso a las palabras del profesor, los jóvenes comenzaron a armar los grupos para las prácticas.
— Haim, ¿podemos practicar los dos?— preguntó el joven alfa.
— Está bien, aunque creo que será un poco incómodo para ti por la diferencia de estatura.
— No importa, me acoplaré.— Decidido a acercarse al niño.
— De acuerdo.
Ambos fueron a su lugar de pie uno frente al otro, empuñando sus espadas listos para demostrar sus habilidades. Sergei sabía que la diferencia de estatura, podría ser un poco incómoda, pero tampoco debía ser un obstáculo, ya que en una guerra se podría encontrar de todo. Decidido también a volver a tener la sonrisa del niño y su amistad especial, el joven se enfocó en adaptarse a la habilidad de Haim.
— Joven duque, mantenga la espalda recta para evitar lesiones.— decía mientras atacaba
Con el cuerpo caliente, pasaron a los movimientos básicos del entrenamiento. Sergei demostró un corte diagonal, con su espada cortando el aire con precisión.
— Muy bien, solo presta más atención a cómo giras la cadera.— recomendó el niño
Después que Sergei terminara, Haim hizo su demostración, aunque su estatura lo obligaba a ajustar su ángulo. Con el calentamiento completo, los chicos comenzaron a practicar ataques y defensas. Sergei, lanzó un ataque rápido hacia el niño, quien bloqueó con un movimiento decidido.
— Es tu turno de contraatacar— dijo mientras retrocedía para darle espacio.
Haim asintió y lanzó un golpe hacia Sergei, quien realizó un giro rápido desviando el ataque con su propia espada y respondiendo con un golpe hacia el lado de Haim.
— Recuerda, siempre mantén la guardia alta— le recordó el niño mientras ajustaba la posición de su espada.
A medida que avanzaba el entrenamiento, el joven dios introdujo movimientos más complejos. El chico ejecutó un movimiento de desvío, seguido de un golpe ascendente, haciendo mover su cuerpo con fluidez.
— Intenta hacer lo mismo— le indicó Haim.
— Así lo haré.
Finalmente, decidieron terminar con un ejercicio de sparring controlado. Con seriedad, se enfrentaron, intercambiando ataques y defensas. Haim se movía con agilidad, pero sin opacar al joven alfa, permitiéndole brillar.
— Ya es suficiente por hoy— le dijo Haim al joven que respiraba con dificultad.
— Gracias, príncipe.— sonriendo con calidez.
— De nada, hoy has hecho un gran trabajo. — le dijo, reconociendo el esfuerzo y la dedicación del joven alfa en sus entrenamientos.
Mientras ellos entrenaban, Aitana y Liorán también entrenaban en medio de sonrisas. La chica guíaba los movimientos del niño y hacía una que otra corrección a su postura.
— Gracias por su guía, joven princesa.— haciendo una pequeña reverencia.
— De nada, siempre que pueda entrenaré contigo para que tengas más experiencia enfrentando a los grandes.— respondió acariciandole la cabeza.
— De acuerdo.
Haim se había retirado del campo de entrenamiento, para ir a sentarse bajo el árbol nuevamente. Sergei aún incómodo por la indiferencia del niño, lo siguió.
— Haim, ¿Q-Quieres ir a comer conmigo?— observando al niño con nerviosismo.
— Gracias, pero debo preparar lo que necesito para tu sesión de hoy.
— Haim, por favor, extraño verte sonreír y ser lindo conmigo.
— Ya hablamos de eso, así que no lo menciones más. Te espero a la misma hora en el lugar de la sesión.
— No faltaré, tengo muchas cosas que decir.
— Bien.
El joven alfa decaído se fue de allí hacia su habitación, mientras que Haim llevó a Liorán a comer para luego ir a su habitación a asearse.
— Después de asearte, estudia el texto que te dí hoy, luego puedes ir a divertirte.
— Así lo haré, padre.
Dicho esto, el joven dios salió de la habitación para ir a la torre abandonada a esperar la llegada del alfa para iniciar la sesión terapéutica.
— “ Espero que en menos de un año ya esté recuperado”
creo que me perdí