Tentación Prohibida

POV SÁMARA.

El dolor se intensifica en mi vientre, desde que llegué aquí sentí un leve dolor, pero no le presté algo de atención.

El dolor se me había pasado por lo que creí que no era nada.

Hace media hora el dolor se intensificó horrible, en el momento en que Zeus notó mi molestia ya era tarde. Sentí como un líquido bajo por mis piernas sin tener control.

Mi angustia creció cuando estábamos por llegar a urgencias.

Y aún más cuando tuve que decir que estoy embarazada. Ver la cara de él fue algo angustiante. No quería que se enterará aún, y menos de esta forma.

Ahora solo puedo pedir que todo salga bien y no suceda nada malo con mi bebé.

POV ZEUS.

Joder, ya han pasado veinte minutos y nadie han venido a decirme nada.

No sé qué está pasando, mi angustia crece cada vez más. ¿Cómo es que está embarazada y no me lo dijo?

¡Carajos!

Ella está embarazada, ¿Y si es mío?

No, no.

Nunca pensé en que algo así pudiera suceder.

Esto es algo que se nos sale de las manos. Tampoco tengo que adelantarme a los hechos. Ella está saliendo con jorge hace varios meses, pueda que sea de él y no mío.

Pero joder. Esto me supera. Jamás pensé que esto sucedería. Si es mío claro que me haré cargo.

Siempre me han gustado los niños, me casé, pero mi esposa ya no puede tener más hijos, por más que hemos intentado no ha quedado en embarazo.

—¿Señor?— una enfermera me interrumpe. —Ya puede pasar, la paciente está en una habitación.

Asiento y sigo a la mujer, llegó hasta una habitación y entro en ella.

Samanta se encuentra acostada en una camilla. Entro y me acerco, ella abre los ojos y me ve.

Iba a tomarla de la mano, pero no pude.

El doctor entró a la habitación. —Buenas noches, ¿Cómo se siente?—

Ella asiente mientras intenta sentarse en la camilla, al verla que se le dificulta. Me acerco a ella y la ayudó a sentarse.

—Bueno, señora samanta. Usted ha sufrido un intento de aborto, con suerte pudimos controlarlo— nos mira. —Debe mantenerme lejos de el estrés, esto fue lo que le provocó el sangrado— me mira —Usted como su esposo debe ayudarla a mantenerla a salvo a ella y al bebé—

—Está bien doctor, gracias. ¿Cuándo podré salir de aquí?— pregunta ella y puedo ver la vergüenza en sus mejillas.

Es tan adorable, y sexy a la vez.

—Mañana a primera hora podrán irse, quiero dejarte en observación esta noche— sin decir nada más sale de la habitación dejándonos a solas.

Me acerco a la ventana y observo una parte de la ciudad desde ella, conteniendo todo lo que siento dentro de mí.

POV SÁMARA.

Lo veo mirando a través del cristal como impaciente sin saber si hablarme o no.

—Zeus, ¿Podemos hablar?— le digo finalmente rompiendo este incómodo silencio.

Se toma su tiempo, dude de si quería hablar o no. Pero al final se volteó para verme.

Mi voz se quiebra mientras le hablo y mis palabras salen en un susurro tembloroso.

—Lamento que te enteraras así— le digo, sintiendo una mezcla de culpa y ansiedad. Zeus me mira fijamente, y su rostro es una máscara de serenidad que no logra ocultar la tormenta que se desata en sus ojos.

No dice nada, simplemente me mira, y yo siento como si estuviera desnuda ante él, expuesta y vulnerable. —Lo que menos esperé fue que esto pasara y menos en estos momentos, de verdad lo siento— vuelvo a decirle, sintiendo lágrimas acumulándose en mis ojos.

La habitación del hospital parece cerrarse sobre nosotros, y el silencio entre nosotros se vuelve opresivo. Estoy esperando a que él diga algo, cualquier cosa, para romper este silencio y aliviar la tensión que se ha acumulado entre nosotros.

Puedo ver la emoción bullendo debajo de la superficie. Después de un momento de silencio, habla con una voz baja y controlada.

—¿Pensaste en decírmelo alguna vez?— pregunta, su tono neutral, pero con un matiz de curiosidad y quizás un poco de dolor. Su mirada no se desvía de la mía, como si estuviera buscando la verdad en mis ojos. Me siento incómoda bajo su escrutinio, y sé que tengo que responder con honestidad.

—Si lo iba a hacer, pero cuando fuera el momento indicado—

—¿Cuánto tiempo hace que lo sabes?— siento como si estuviera siendo interrogada, pero al mismo tiempo, puedo sentir la preocupación y el interés genuino detrás de sus palabras. —¿Y...?— pausa por un momento, como si estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras. —¿Este hijo... es mío?— pregunta finalmente.

POV ZEUS.

Mi mirada está fija en la suya, intentando leer entre líneas, buscar cualquier pista que me dé una idea de lo que está pasando por su mente. Por fuera, parezco calmado, pero por dentro, mi corazón late con furia, mi mente es un torbellino de preguntas y miedos. ¿Cómo no me lo dijo? ¿Por qué me lo está diciendo ahora? ¿Es mi hijo? Las preguntas giran en mi cabeza como un ciclón, pero me obligo a mantener la calma, a esperar su respuesta.

Siento una ansiedad que amenaza con desbordarse. Estoy suspendido en el tiempo, esperando su respuesta, esperando saber si ese hijo es mío.

Mi rostro se tensa al escuchar sus palabras, la preocupación y la ansiedad se apoderan de mí. —No lo sé— dice, y siento un nudo en el estómago. ¿Cómo es posible que no sepa quién es el padre?

La idea de que esté embarazada y no sepa quién es el padre me hace sentir una sensación de miedo y desamparo. —Apenas me enteré hace un día— continúa, y puedo ver la vulnerabilidad y el miedo en sus ojos. Me siento abrumado por la preocupación, mi mente llena de preguntas y temores. ¿Qué va a pasar con nosotros? ¿Cómo vamos a manejar esta situación? ¿Esto se va a saber?

Joder, aquí lo único cierto y verdadero es que está embarazada, y si no es de su noviesito es mío.

Y en mi pecho lo siento, yo empecé esto con ella y ese hijo es mío.

Lo sé, y lo siento dentro de mí.

¡Carajos!