Abigail Sedant, es una joven humilde a quien le ha tocado hacerse cargo de su madre y hermana, ella trabaja y estudia para sacarlas adelante, Abigail se vuelve la obsesión para el millonario Wilians Black, un heredero despiadado que a sido amenazado por su abuelo para conseguir esposa, este con la presión conoce a Abigail y realiza una serie de sucesos para que ella esté obligada aceptar un contrato de matrimonio, lo que ellos dos no esperaban es que este sucedió los llevará a aguas más profundas, liberando sus miedos y dejando aflote los nuevos sentimientos...
NovelToon tiene autorización de KeliindA RojanO C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Una Confesión
Al entrar en la casa, Wilians me mira con una expresión seria y me dice:
—No me gustó verte bailar con ese hombre. No quiero que te acerques a él de nuevo.—
Me siento irritada por su advertencia y le respondo:
—¿Qué pasa contigo? ¿Por qué te importa tanto con quién bailo?—
Wilians se acerca a mí y me dice:
—Eres mi esposa, y no quiero que te comportes de manera inapropiada en público.—
Me enfado y le pregunto:
—¿Inapropiada? ¿Qué hay entre tú y Samanta, entonces? La forma en que te mira y te habla no parece muy apropiada.—
Wilians se detiene en seco y me mira con una expresión culpable. —No hay nada entre Samanta y yo, solo somos amigos —dice, pero su tono no suena convincente.
Me cruzo de brazos y le digo:
—No te creo. Hay algo que no me estás diciendo. ¿Qué pasa entre ustedes dos?
Wilians me mira con una expresión intensa y me dice:
—No hay nada entre Samanta y yo, te lo juro. Solo somos amigos de hace tiempo.—
Me siento escéptica y le respondo:
—No te creo. La forma en que te mira y te habla es demasiado familiar. ¿Qué pasa entre ustedes dos?—
Wilians suspira y se pasa la mano por el cabello. —Está bien, te diré la verdad. Samanta y yo... tuvimos algo en el pasado. Pero ya está terminado. No significa nada para mí ahora.—
Me siento conmocionada por su confesión. —¿Qué quieres decir con "tuvimos algo"? ¿Qué tipo de relación tuvieron?—
Wilians se encoge de hombros. —No importa. Ya está terminado. Te prometo que no hay nada entre nosotros ahora.—
Me siento herida y enfadada. —¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Por qué me lo ocultaste?—
—Lo siento, no quería lastimarte. Pensé que era mejor no decir nada.— el intento tocarme y yo me aleje dando un paso hacia atrás.
Me siento traicionada y no sé si puedo perdonarlo. —Necesito tiempo para pensar en esto. No sé si puedo seguir adelante con nuestra relación.—
Wilians me mira con una expresión dura y despiadada, y me dice:
—No te atreves a dejarme. Eres mi esposa, y no vas a ir a ninguna parte.—
Me siento intimidada por su tono, pero trato de mantenerme firme. —No voy a seguir contigo si no me tratas con respeto y honestidad. Me has mentido y me has lastimado demasiadas veces.—
Wilians se ríe sin humor. —¿Respeto y honestidad? ¿Crees que eso es lo que importa en nuestro matrimonio? Lo que importa es el poder, y yo tengo el poder. Tú harás lo que yo diga, o sufrirás las consecuencias si no lo haces?—
Me siento asustada por su tono y su mirada, pero trato de no mostrarlo. —No voy a seguir siendo tu títere, Wilians. Me voy a ir, y no vas a poder detenerme.—
Wilians se acerca a mí, su rostro a centímetros del mío. —No te vas a ir a ninguna parte. Eres mía, y no voy a dejar que te vayas. ¿Entendido?—
Me siento atrapada y sin salida, pero trato de mantener la cabeza en alto, sin decir nada solo paso por al lado de el y trato de subir las escaleras hacia mi habitación.
Wilians me sigue hasta la habitación y cierra la puerta detrás de él. Me toma del brazo y me acorrala contra la pared, mirándome con una intensidad que me hace sentir sin aliento. Su mirada es profunda y apasionada, y no sé cómo actuar.
Me besa con fuerza, como si estuviera tratando de demostrarme algo. Su beso es apasionado y dominante, y me siento abrumada por su intensidad. Trato de apartarme, pero él me sostiene firmemente contra la pared, sin dejarme escapar.
Después de un momento, se detiene y me mira a los ojos. —No te vas a ir de mi lado —me dice, su voz baja y ronca—. Eres mía, y no voy a dejar que te vayas.
Trato de hablar, pero él me interrumpe con otro beso, dejándome sin aliento y sin palabras.
Wilians me besa con pasión, y yo me siento abrumada por sus emociones. Trato de entender qué está pasando, pero su beso es demasiado intenso. Me siento como si estuviera siendo consumida por él.
Después de un momento, Wilians se detiene y me mira a los ojos. —No puedo perderte —me dice, su voz gruesa—. Eres la única persona que importa en mi vida.—
Me siento conmovida por sus palabras, pero también confundida. ¿Por qué me dice esto ahora, después de todo lo que ha pasado? —Wilians, ¿qué está pasando? —le pregunto, tratando de entender sus emociones.
Wilians me mira con una expresión intensa. —Te amo —me dice, su voz llena de pasión—. Te amo más que a nada en este mundo.—
Me siento sorprendida por sus palabras. ¿De verdad me ama? ¿O es solo una forma de controlarme? No sé qué creer. —Wilians, necesito tiempo para pensar —le digo, tratando de alejarme de él.
Pero Wilians me sostiene firmemente. —No te voy a dejar ir —me dice, su voz llena de determinación—
—Necesito pensar y descansar, por favor salte de mi habitación—Digo mirándole a los ojos.
El duda por un momento pero da un paso atrás y sale de la habitación, me siento en la cama, con la mirada perdida en el vacío mientras intento procesar lo que acaba de suceder con Wilians. Sus palabras todavía resuenan en mi mente, y puedo sentir la emoción que las acompañaba. Me tomo un momento para reflexionar sobre todo lo que me dijo, intentando descifrar qué significa realmente para mí.
Mientras pienso, comienzo a desvestirme, dejando caer la ropa al suelo con un susurro suave. Me pongo la pijama, sintiendo el suave tacto del algodón contra mi piel. Me dirijo al baño para desmaquillarme, y el reflejo en el espejo me muestra una cara cansada pero pensativa.
Después de desmaquillarme, me lavo la cara y me seco con una toalla suave. Regreso a la cama, me acuesto y me cubro con las sábanas. La oscuridad de la habitación me envuelve, y mi mente sigue trabajando, intentando encontrar sentido a todo lo que ha pasado.
A medida que pasan los minutos, mi pensamiento se vuelve más difuso, y comienzo a sentir el peso del cansancio. Mis párpados se vuelven pesados, y lentamente me voy quedando dormida, con la mente todavía girando en torno a Wilians y sus palabras.
Me despierto con pereza y me levanto de la cama, estirándome y bostezando para sacudir el sueño de mis ojos. Después de un momento, decido que es hora de empezar el día y me dirijo al baño.
Me doy un baño relajante, sintiendo el agua cálida recorrer mi cuerpo y ayudarme a despertar. Un rato después, salgo del baño con el cabello húmedo y una expresión un poco más despierta.
Aplico mis cremas corporales y decido vestirme con ropa cómoda que veo en el closet y es que Wilians se encargo de que tuviera lo necesario, decido por tomar unos pantalones levi talle alto negro y un crop tops blanco.
Tomo unos tenís blancos suela alta un poco nomás, me siento más cómoda, me dejó el cabello húmedo me hace sentir mas cómoda, lo peino para que esté perfecto y
Bajo las escaleras.
El aroma a desayuno me recibe en la cocina. Le sonrío a María y la saludo mientras me siento a la mesa.
—Buenos días— digo
—buenos días mi niña—me dice ella con una gran sonrisa.
—¿Y Wilians?—le pregunto observando como me sirve el desayuno.
—Salio muy temprano mi niña, fue a la oficina—me dice y se va bajo mi asentamiento.
Desayuno tranquila al saber que el no está, así no tendré que verle su cara de amargado.
Termino de desayunar y subo a mi habitación por mis cosas, eh decidido ir a visitar a mi madre un rato.
Me dirijo a la salida y le digo al chófer que me lleve a casa de mi madre.
Llego al apartamento de mi madre y ella me recibe con una gran sonrisa y un abrazo cálido.
—¡Hola, mi amor! ¿Cómo estás?—me pregunta mientras me aprieta fuerte. Le respondo con un abrazo igualmente fuerte.
—muy bien mamita y ustedes,¿Cómo les ha ido? ¿Todo bien?—le digo mientras nos separamos un poco para mirarnos.
Mi madre me sonríe y comienza a contarme sobre su semana, sobre las cosas que ha hecho y las personas que ha visto. Me río y le hago preguntas mientras nos sentamos en el sofá. Noto que mi hermana no está en casa, y mi madre me explica que está en clases. —Está estudiando mucho últimamente— me dice con orgullo.
Nos quedamos platicando un rato, disfrutando de la compañía mutua y poniéndonos al día sobre nuestras vidas. El tiempo pasa volando mientras charlamos y nos reímos juntos. Es un momento agradable y relajante, y me siento afortunada de tener a mi madre en mi vida.
Llega la hora del almuerzo y nos sentamos juntas a comer. Mi madre ha preparado algo delicioso, y disfrutamos de la comida mientras charlamos y nos reímos. Después de almorzar, decido ayudarla un poco con los quehaceres de la casa. Nos ponemos a limpiar y ordenar todo, trabajando juntas en armonía.
Después de un rato, me siento un poco cansada y decido recostarme un rato en el sofá. Me acuesto y cierro los ojos, sintiendo el calor y la comodidad del hogar. Sin darme cuenta me quedo dormida, el tiempo pasa volando y ya casi se hace de noche.
Me levanto y noto que el aroma a comida deliciosa llena la casa. Mi madre ya ha preparado la cena, y puedo ver que está lista en la mesa. También noto que mi hermana ya ha llegado a casa, nos abrazamos con cariño. Mi madre nos sonríe y nos dice que ya está todo listo.
Sin más preámbulos, nos sentamos a cenar juntas. La comida es deliciosa, y disfrutamos de la compañía mutua mientras comemos. Me doy cuenta de que extrañaba estos momentos en familia, la unión y el amor que compartimos en momentos como estos. La cena es más que solo comida, es un momento para conectar y disfrutar de mi familia.
Me despido de mi madre y mi hermana con un abrazo fuerte y un beso en la mejilla. —Te quiero, mamá. Te quiero, hermana—les digo mientras nos abrazamos. Les prometo volverlas a visitar pronto y ellas me sonríen, sabiendo que siempre estaré allí para ellas.
Salgo del apartamento y me dirijo al auto que me espera abajo. El chofer me abre la puerta y me subo, sintiendo el alivio de poder sentarme y relajarme después de un día emotivo. El chofer me saluda y pregunta si estoy lista para ir a casa. Asiento con la cabeza y él cierra la puerta, poniéndose en marcha hacia mi destino.
Mientras el auto se mueve, me tomo un momento para reflexionar sobre el día que he tenido. La visita a mi madre y mi hermana ha sido justo lo que necesitaba, y me siento agradecida por el tiempo que hemos pasado juntas.
Mi momento es interrumpido por el sonido de mi celular, veo la pantalla y contesto la llamada, escucho la voz de Karla al otro lado de la línea.
—¿Dónde estás?—me pregunta. Le cuento que voy camino a casa después de visitar a mi familia. Pero entonces ella me dice algo que llama mi atención:
—Estoy en una discoteca sola, ¿por qué no vienes?— Me quedo un momento en silencio, pensando en la propuesta. La idea de ir a una discoteca sola con Karla suena divertida, pero también estoy cansada después de un día largo. —¿Estás segura?—le pregunto.
—Sí, estoy aburrida y necesito compañía— me responde. Me río y le digo que lo pensaré un momento. Después de un breve instante, le respondo:
—Bueno, ¿dónde estás exactamente?— Me da la dirección y le digo que allí estaré.
—¡Genial! Te espero—me dice antes de colgar. Le digo al chofer que cambie de dirección y me lleve a la discoteca. La noche promete ser interesante...