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Bajo El Mismo Veredicto

Bajo El Mismo Veredicto

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Arrogante / Ligador / Completas
Popularitas:8k
Nilai: 5
nombre de autor: Deiver Gutierrez

Aurora West ha dedicado su vida a construir un futuro brillante en el mundo del derecho. Cuando consigue una codiciada oportunidad de prácticas en el bufete más prestigioso de la ciudad, cree que está un paso más cerca de alcanzar sus sueños. Sin embargo, lo que no esperaba era que su jefe, Rafael Novoa, fuera un hombre tan implacable como fascinante.

Frío, reservado y con una reputación impecable, Novoa es un abogado brillante, pero detrás de su carácter severo esconde un conflicto interno que no está dispuesto a admitir: una atracción innegable hacia Aurora. Aunque intenta resistirse, su presencia desafía cada una de sus reglas, cada uno de sus principios.

Entre juicios, miradas furtivas y una tensión imposible de ignorar, Aurora deberá descubrir si es capaz de derribar las barreras de Rafael y demostrarle que algunas batallas no se ganan con argumentos, sino con el corazón.

¿Podrá él aceptar lo que siente o dictará su propio veredicto antes de permitirse amar?

NovelToon tiene autorización de Deiver Gutierrez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 23

POV Rafael

Un nuevo día comenzaba, las obligaciones en la empresa no paraban, pero tenía un equipo de trabajo bastante capaz y eficiente que me ayudaba a tener todo bajo control. En este momento terminaba de leer uno de los casos que mi chica recién había concluído, me sentía tan profundamente orgulloso de ella, en verdad era la mujer más talentosa que había conocido y no había día que no me enamorara aún más de su inteligencia.

Respecto al trabajo, como ella todavía no estaba titulada, no podía llevar sus casos personalmente en la corte, pero siempre la llevaba conmigo a los juicios para que viera el desarrollo de los mismos.

El día de hoy teníamos que terminar los pendientes un poco más temprano de lo habitual ya que teníamos una junta importante con algunos bufetes de la ciudad, era en un hotel que se prestaba para realizar este tipo de eventos, por lo que debíamos salir con tiempo de sobra para llegar puntuales. Mientras archivaba unos documentos en el mueble del fondo, sentí unas suaves manos en mi abdomen abrazándome, no hizo falta darme la vuelta para saber quién era, sonreí al instante tomando aquellas manos entre las mías.

-¿Sigue muy ocupado, abogado?- Escuché su dulce voz a mis espaldas apretando su agarre, yo me voltee para tener a mi hermosa novia de frente a mí.

-Acabo de terminar, cielo- Respondí tomando su cintura con delicadeza y levantando su barbilla con mi mano libre -¿Te he dicho lo loco que me vuelve cuando me hablas así?- Susurré deseoso rozando mis labios con los de ella.

-Lo has mencionado un par de veces...- Respondió con una sonrisa traviesa juntando sus labios con los míos, la besé con intensidad varios segundos hasta que se hizo presente la falta de aire.

-¿Te he dicho lo mucho que te amo, cielo?- Solté con sinceridad en voz baja apretando su cuerpo contra el mío, la vi sonreír de una forma hermosa y acarició mi rostro.

-Podrías mencionarlo cada segundo y sentiré la misma emoción cada vez que lo digas- Respondió ella con sus ojos brillantes llenos de emoción que me encantaban.

No pude contenerme más y volví a besarla con pasión e intensidad, ella avivaba cada emoción de mi cuerpo, era como una droga de la cual era jodidamente adicto... sin separarnos de aquel beso, caminamos con pasos torpes hacia atrás chocando contra mi escritorio donde la subí de inmediato colocándome entre sus piernas.

-No había dimensionado lo mucho que me encanta hacerte mía en mi oficina...- Dije entre suspiros bajando los besos al cuello de Aurora.

-A mí también me fascina cariño, pero creo que tendremos que esperar un poco...-Respondió con la voz entrecortada, yo trataba de recobrar lo poco que me quedaba de cordura, sabía que ella tenía razón.

Dejé cortos besos en sus labios y cuello frenando aquella acalorada situación, dejé una caricia en su mejilla y la vi embelesado como el jodido loco enamorado que soy. Quien diría que terminaría de esta forma, de la manera más inesperada... Nunca estuvo en mis planes enamorarme ni amar tanto a una persona, pero supongo que así es como comienzan las mejores historias, porque sin tener que buscarlo, con ella ya lo tengo absolutamente todo.

-Vamos, mi vida...- Susurré dejando un beso en su frente para después ayudarla a bajar del escritorio.

Recompusimos nuestra ropa, entrelacé nuestras manos y comenzamos a caminar hacia la salida de mi oficina.

-Rafael...- Detuve mi andar en cuanto escuché la voz de mi chica, voltee de inmediato a verla.

-¿Sí?- Pregunté con gentileza, ella sonrió tiernamente y se acercó hasta estar a centímetros de mí, tocó con ternura mi rostro y me miró a los ojos.

-También te amo, con todo lo que soy y con todo lo que tengo- Soltó de la forma más dulce haciéndome sonreír al instante, yo no pude hacer más que abrazarla queriendo sentir el calor de su cuerpo junto al mío.

-Te adoro, mi hermosa Aurora...- Susurré para después besar sus labios cortamente y volver a caminar, creo que me faltaban las palabras para describir el inmenso e infinito amor que tenía por ella, Aurora era mi vida entera.

POV Aurora

Salí de la oficina de mi novio, realmente no podía sentirme más enamorada de él, era inhumano el amor que sentía por Rafael, era mi otra mitad, mi alma gemela. El día de hoy se le había convocado al New Age a una junta donde estarían representantes de algunos bufetes de la ciudad, a esta asistirían Rafael y Sebastian pero me dijeron que querían que los acompañase ya que he estado al frente junto a ellos en los últimos casos, agradecía mucho la confianza que depositaban ambos en mí.

-Entonces... ¿Cuál es el motivo de la junta?- Pregunté una vez que estábamos los tres en el transporte personal de la empresa en camino al lugar donde sería el evento.

Íbamos los tres sentados en la parte trasera del auto conversando un poco de lo que se supone que haríamos en la junta.

-Ni idea linda, buena pregunta, Rafael, ¿A qué vamos?- Preguntó haciéndome soltar una carcajada, vi a Rafael sonreír y negar con la cabeza.

-Tengo entendido que nos van a presentar unas actualizaciones a las últimas reformas, nada del otro mundo- Respondió mi novio poniendo su mano en la parte alta de mi muslo y recargando su cabeza en mi hombro.

Llegamos al lugar de la junta no mucho tiempo después, Rafael abrió la puerta para poder bajar y me tendió la mano ayudándome a salir del auto. Creí que me soltaría una vez que estuviese afuera, pero contrario a ello apretó su agarre y me mantuvo a su lado todo el tiempo.

Me puse un poco nerviosa a decir verdad, aun me sorprendía como Rafael era tan abierto al presumir nuestra relación públicamente, yo sabía que para toda la ciudad él era el soltero más codiciado de Boston y como no era ningún secreto que nadie podía acercarse a él, y que ahora todo nuestro circulo laboral se enterase de lo nuestro me ponía de nervios.

Continuamos los tres con nuestro andar hasta llegar al piso que nos indicaron en recepción, estando ahí vimos un pasillo que conducía a varios lugares, caminamos hasta encontrar la puerta con el nombre de la sala donde sería la reunión, entramos atrayendo obviamente la atención de todos los presentes, ya había bastante gente aun faltando algunos minutos para el inicio.

-Buenas tardes- Saludé con cortesía, Sebastian asintió con la cabeza a manera de saludo, y Rafael siendo Rafael solo hizo un leve movimiento de cabeza.

Para nada pasó desapercibido para aquellas personas que Rafael mantenía su mano entrelazada con la mía y que una vez que nos sentamos mantuvo su brazo alrededor de mi cintura de forma protectora, los presentes miraban con asombro la escena haciéndome sentir incomoda pero jamás dejándome ver intimidada.

Ignorando aquellas miradas y cuchicheos por parte de nuestros colegas, nos pusimos a conversar los tres en voz baja solo esperando a que iniciara la dichosa junta. Un par de minutos después, escuchamos la puerta abrirse, yo no había prestado atención a quien había entrado, pero cuando sentí el agarre de Rafael sobre mi cuerpo tensarse, levanté el rostro percatándome de la presencia de aquella persona, era Patrick Stewart...

A ninguno de los tres nos agradaba su presencia, sabía que Rafael y Sebastian tenían problemas con él mucho antes de mi llegada, y yo desde la última vez que nos vimos, comencé a agarrarle cierto temor y repudio, todas esas miradas y los comentarios que hizo en Nueva York. Sentía su mirada pesada sobre nosotros, mantenía una sonrisa ladina en su rostro hasta que se sentó del otro lado de la mesa.

-¿Estás bien?- Susurró mi novio en mi oído rozando su nariz con mi mejilla.

-Claro, amor, descuida- Respondí poniendo mi mano sobre su rodilla sonriendo para tranquilizarlo, él dejó un beso en mi mejilla y solo le dedicó una mirada de odio a Patrick.

La junta inició algunos minutos después, yo tenía toda mi atención puesta en ella, tomaba apuntes y trataba de retener toda la información posible. Casi una hora después siento que el teléfono con el número de la empresa que se encontraba en mis piernas comienza a vibrar, se trataba de una llamada del fiscal, tenía que salir a responder.

-Rafael, está llamando el fiscal Stone, saldré a atender la llamada, enseguida vuelvo- Susurré en su oído de forma casi imperceptible para no interrumpir, él asintió con una leve sonrisa y enseguida caminé a la salida sin hacer mucho ruido.

Salí de aquel gran salón buscando un espacio donde responder el teléfono, aunque a decir verdad, debía agregar que salir de ese lugar era un respiro ya que me sentía de lo más incómoda teniendo sobre mí la atenta mirada penetrante de Patrick; así que teniendo en cuenta aquello, decidí quedarme afuera en lo que terminaba la junta, que no le faltaba mucho para concluir. Terminé optando por quedarme en la sala de estar que estaba ahí en ese mismo piso.

Estaba recargada en la codera de un sillón viendo los documentos que envió el fiscal cuando escucho unos pasos acercándose a donde yo estaba, levanté mi rostro y vi a la persona que menos quería ver. ¡¡MIERDA!! Era el maldito Patrick Stewart, ¡¿Ahora a qué carajos viene?!

Traté de lucir serena y tranquila, recobré la postura en mi lugar y me quedé viendo a la nada solo tratando de ignorarlo, crucé los brazos frente a mí y me mantuve quieta solo esperando que pasara de largo, aunque claramente, eso no fue así.

-Buenas tardes, señorita West, ¿Cómo has estado?...- Dijo con un tono juguetón parándose a un metro de mí, yo di un par de pasos hacia atrás, los cuales él avanzó para mantener la misma distancia.

-Buenas tardes- Respondí simplemente ignorando por completo su pregunta, él me miró de arriba abajo y se mordió levemente el labio.

-Me sorprende mucho verte aquí, ¿Debería acostumbrarme a tu presencia en cada una de las juntas?- Preguntó arrastrando las palabras manteniendo esa sonrisa que me daba escalofríos.

-No lo sé señor, yo no soy quien toma esas decisiones- Dije con incomodidad volteando de vez en cuando a los pasillos esperando que Rafael o Sebastian salieran por ahí.

-Algo me dice que eso no es no es verdad... Dime, Aurora, ¿Qué eres de Novoa? ¿Eres su dama de compañía o algo así? Porque no termino de entender tu presencia en este lugar- Soltó haciéndome sentir bastante ofendida, era la segunda vez que insinuaba una cosa similar y estaba realmente harta.

-No tengo porque darle ninguna explicación, me viene y me va si comprende o no mi función en las juntas, ese no es asunto suyo, así que le agradecería que dejara de fastidiarme- Le dije desbordando coraje en cada una de mis palabras, él al contrario de cohibirse o arrepentirse de lo que había dicho anteriormente, solo se rió en mi cara y me miró de una forma que me dio nauseas.

-Uh, tienes carácter... me gusta...- Susurró dando un paso hacia mí, yo retrocedí al instante estando precavida de cada uno de sus movimientos.

-¿Qué no tiene una junta que atender?- Pregunté con molestia levantando un poco mi voz.

-Eres una mujer realmente hermosa Aurora West, ¿Te puedo confesar algo? Tú me excitas demasiado, y si lo tuyo con Novoa es algo pasajero me encantaría que pudiésemos pasar una noche divertida juntos- Dijo con un jodido descaro asqueroso haciéndome sentir furiosa.

-¡¿Qué mierda estás diciendo?!- Solté sin pensar.

-Piénsalo bien muñeca, puedo ofrecerte una gran suma de dinero por tus servicios- Esa estúpida sonrisa cínica no abandonaba su rostro, quería salir corriendo, pero no le daría el gusto al idiota este de verme intimidada.

-¡¿De qué "Servicios" hablas, pedazo de imbécil?! ¡¡No soy una prostituta!! ¡¡Y no quiero que te vuelvas a acercar a mí!!...- Literalmente le grité dándole un golpe en el pecho con mis manos empujándolo unos centímetros lejos de mí, él aprovechó eso y tomó mis muñecas.

-Tranquila fiera, no es para tanto... aunque descuida, me gustas aún más cuando te enojas...- Arrastraba las palabras desbordando su sucio deseo.

-¡No me toques!- Dije jalando mis manos deshaciéndome de su agarre, a los segundos vi una imponente figura posicionarse entre ambos, era Rafael gracias al cielo, lo empujó con fuerza y me posicionó detrás de él para protegerme.

-¡Escúchame bien maldito cerdo! Si vuelves a tocarle un solo cabello te arrancaré la jodida mano. No te quiero volver a ver que te acerques a ella o siquiera vuelvas a mirar en su dirección ¡¿Entendiste?!- Soltó Rafael más que furioso, parecía como si fuese a saltar encima de él en cualquier momento, ¿Qué tanto habrá escuchado?

-Tranquilo Novoa, solo conversábamos, ¿Cierto linda?- Respondió Stewart, veía el miedo en sus ojos, Rafael era alguien que imponía bastante, estando con él me sentía a salvo –Entiendo ahora lo importante que es para ti...- Susurró de una forma que causaba miedo.

-¿Podemos irnos, Rafael? Por favor- Pedí sin siquiera querer mirar el rostro de Patrick.

-Claro cariño, vámonos...- Contestó en mi dirección con voz suave tomando mi mano –Estas advertido- Dijo por ultimo señalando a Patrick con el dedo, él solo levantó sus manos de forma "inocente" aun manteniendo ese estúpido gesto burlón en su rostro.

POV Rafael

La junta estaba siendo lo que debía ser, solo información general de la que debíamos tener conocimiento, casi para terminar, mi chica salió a responder el teléfono; me estaba hirviendo la sangre de coraje de ver como el idiota de Stewart no dejaba de comérsela con la mirada desde que entró al lugar, tenía que dejarle las cosas claras a ese imbécil, no quería que se acercara a mi mujer para nada, Aurora nunca me lo quiso contar, pero sé que en Nueva York le hizo comentarios que la molestaron y lo que menos quería era que ella se sintiera incómoda.

Casi para terminar la junta, mi chica tuvo que salir a responder una llamada, nosotros continuamos prestando atención, o al menos eso pretendía hacer hasta que un par de minutos después de que Aurora salió, me percaté que Patrick no estaba en la sala, mi alarma se activó al instante y no pude pensar en otra cosa más que en salir de ahí.

Me puse de pie con la intención de ir a buscar a mi chica, le pedí a Sebastian que se quedara a cargo en caso de que me necesitaran, así que sin más salí de ahí en busca de Aurora. El lugar era una especie de laberinto de pasillos, pero alcanzaba a escuchar leves murmuros, parecía ser una discusión. Pude finalmente distinguir la voz de mi novia y la de ese desgraciado.

-Tranquila fiera, no es para tanto... aunque descuida, me gustas aún más cuando te enojas...- Maldito hijo de puta, corrí por el pasillo hasta llegar la sala de estar donde los encontré.

Me llené de furia al instante al ver como Stewart tomaba de las muñecas a mi mujer, y obviamente me enfureció escuchar lo que le dijo, ¡¿Qué otras cosas le habrá dicho?! Me acerqué a pasos rápidos hacia ellos con mis manos apuñadas.

-¡No me toques!- Dijo ella soltándose de su agarre, en ese momento llegué posicionándome entre ambos empujando con fuerza a Patrick queriendo partirle la jodida cara, pero sabía que de hacerlo podría haber consecuencias, aunque de seguir con este comportamiento, me encargaría personalmente de dejarle las cosas bien claras de una vez por todas.

-¡Escúchame bien maldito cerdo! Si vuelves a tocarle un solo cabello te arrancaré la jodida mano. No te quiero volver a ver que te acerques a ella o siquiera vuelvas a mirar en su dirección ¡¿Entendiste?!- Le quería arrancar la maldita cabeza del cuerpo, estaba hirviendo de coraje.

-Tranquilo Novoa, solo conversábamos, ¿Cierto linda?.. Entiendo ahora lo importante que es para ti...-

-¿Podemos irnos, Rafael? Por favor- Pidió mi novia aferrándose a mí.

- Claro cariño\, vámonos...- Respondí abrazándola\, le dediqué una mirada de advertencia a Patrick y caminé con mi mujer lejos de ese bastardo.

La guié hasta estar del otro lado del lugar justo afuera de la sala de juntas que aun parecía no terminar, no entraría, ya que quería hablar primero con Aurora.

-¿Estás bien, amor?- Pregunté algo preocupado tomando su rostro con delicadeza, ella solo parecía algo molesta.

-Sí, cariño, descuida...- Respondió en un deje de voz suspirando fuertemente, la conocía demasiado, ella estaba furiosa, notaba su lenguaje corporal.

-¿Qué te dijo, cielo?- Pregunté con cautela pasando uno de mis brazos alrededor de su cintura y acariciando su rostro con mi otra mano tratando de tranquilizarla un poco.

Ella bajó la mirada y volvió a suspirar con pesadez.

-Prométeme que conservarás la calma, Rafael...- Susurró viéndome a los ojos con angustia, yo algo confundido solo asentí lentamente –Para no hacerte el cuento muy largo, primero preguntó por nuestra relación, luego insinuó que era tu "dama de compañía" y...-

-Espera, espera... ¡¿Él insinuó qué cosa?!- Interrumpí incrédulo sintiendo la vena de mi sien palpitar, ella tomó mi rostro entre sus manos intentando apagar mi furia.

-Calma, amor...- Susurró –Mejor dejemos las cosas así...-

-No, termina de contarme, por favor, prometo tranquilizarme- Pedí recargando mi frente en la suya.

-Bien... Después de eso me dijo que yo... lo excitaba- Confesó con nervios, ese hijo de puta me las va a pagar, cerré los ojos tratando de contenerme apretando mi mandíbula –Y dijo que si lo nuestro era pasajero quería que pasáramos una noche juntos, sus palabras exactas fueron "pagarme por mis servicios" – Terminó diciendo decaída.

Yo sentía que iba a explotar, ¿Cómo se atrevió a hacer una insinuación de esa gravedad? ¡¡Maldito Patrick!!

-No puede ser...- Maldije a mis adentros tomando mi cabello entre mis manos, recargué una mano en la pared y traté de hacer uso de todo mi autocontrol para no ir a buscar a ese pedazo de imbécil y obligarlo a pedirle perdón a mi chica de rodillas.

-Rafael tranquilo...- Escuché la voz de Aurora a mis espaldas poniendo sus manos sobre mis hombros.

Yo tomé aire una vez más y voltee para verla de frente, puse mis manos en su cintura y la vi con mucho remordimiento, todo lo que le había pasado últimamente era por mi culpa...

-Aurora, mi amor, yo...- Comencé a decir pero me vi interrumpido por la puerta que se abrió repentinamente notificando que la junta había terminado.

-Descuida, lo hablamos más tarde- Susurró dejando un beso en mi mejilla, yo asentí y tomé su mano para buscar a Sebastian y dar por concluida la junta.

Necesitaba poner en orden mis ideas, necesitaba escuchar de los labios de mi chica que no se arrepentía de estar conmigo a pesar de todo, sé que todo lo que ha pasado es mi culpa, pero no quiero dejarla ir, Aurora es mi vida entera, pero temía no poder protegerla de todo el mal que podía existir.

Dios, ¡Ayúdame!

Narrador omnisciente

Terminada la junta, Sebastian puso al tanto de lo mencionado en el final de esta a Rafael y Aurora, los tres hablaron con los directores de algunos bufetes y posterior a eso, salieron del lugar dirigiéndose al estacionamiento para volver a la empresa. Sebastian preguntó que había pasado y por qué ninguno de los dos había vuelto, Rafael mencionó que se lo contarían más tarde, así que una vez que llegaron a la empresa, tomaron sus cosas y cada uno se fue a su respectivo auto para ir al departamento de Novoa donde continuarían los tres con su charla.

Pero, teníamos que agregar algo importante...

A este momento, existía un problema, Patrick Stewart ahora conocía la debilidad de Novoa, su punto débil, y no dudaría en sacar provecho de ello en algún momento para poder quitarlo del camino y ser finalmente quien estuviera en la cima de todo, tener esa información lo convertía en alguien peligroso, y se tenían que andar con mucho cuidado.

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Yuly Ponce
Hermosa historia felicidades ❤️
Deiver: gracias por leer
total 1 replies
America Lopez
la recomiendo
Deiver: gracias por leer
total 1 replies
America Lopez
hermosa historia
Tanny Farfan: Felicitaciones escritora, me gustó mucho esta historia, muy linda, bien cuidada, excelente ortografía,
total 1 replies
America Lopez
cobarde...
America Lopez
me gusta la fuerza de voluntad de Rafael
America Lopez
exquisita escritura, me fascina la interpretación de los personajes, felicito a la escritora. Sigamos con la lectura
Deiver: gracias que bueno que te guste la historia
total 1 replies
Rosa Rodelo
Foto, de los protagonistas
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