Historias Cruzadas

Iván había podido hablar un poco con su familia, sin decirle que si suegro era el jefe de la Bratva rusa y que Enzo era el líder de la Cosa Nostra. Logro que no estuvieran tan resentidos, menos Damián, él seguía pensando que era una locura lo que su hermano había hecho.

Damián veía a Irina con resentimiento, creyendo que solo era una oportunista y que nada tenía de una pobre damisela en apuros, como Iván había intentado hacerles creer. Selene se acercó y lo llevo a un lugar apartado para poder convencer a su esposo de lo que estaba sucediendo.

Si ya te logro convencer no vas a lograr lo mismo conmigo- dijo Damián.

Amor, por favor, conócela, escúchala y luego saca tus propias conclusiones- respondió ella

Selene por Dios, ¿Es que soy el único que nota lo que pasa aquí?- le contesto Damián enojado.

¿Y qué pasa aquí? Según tú- pregunto ella nuevamente.

No le creo una sola palabra a Iván, creo que se dejó engañar por esa mujer, la forma que nos respondió no es de una mujer sufrida- dijo Damián.

Tienes razón, quizás fue la respuesta de una mujer cansada de ser pisoteada por el mundo entero- dijo Selene.

Por favor Selene, ¿Es en serio?- preguntó Damián.

Habla con Iván tú solo, quizás hay algo que no pudo decir delante de tus padres- dijo ella sabiendo la respuesta.

Selene volvió sola al comedor, dónde ya todos estaban sentados esperándolos, dejo a Damián con la palabra en la boca y más enojado aún.

¿Todo bien Selene?- preguntó Valentina.

Si suegra, todo bien, perdonen el retraso Damián ya viene- dijo ella con una sonrisa.

Al poco tiempo Damián los acompañó en la mesa, para Irina era complicado sentir esa tensión en la mesa. Normalmente en Rusia era así, pero sus hermanas la hostigaban no se quedaban cayadas y eso era peor para ella.

Selene trató de tener una charla normal con sus suegros, cuñado y ahora Irina, Damián la fulminaba con la mirada cada vez que le dedicaba una palabra a su ahora cuñada, pero ni Selene ni Irina le prestaban atención.

Iván ¿Podemos hablar en privado?- preguntó Damián mirando a Irina, dando a entender que no la quería cerca.

Siempre y cuando termines con esa actitud- dijo Iván molesto.

Iván le señaló el despacho y ambos entraron, ante la intensa mirada del resto de la familia.

¿Y bien?- dijo Iván sirviendo dos vasos de whisky.

Bien, quiero saber la verdad, y está vez no me vas a convencer con las idioteces que les dijiste a nuestros padres hace un rato- dijo Damián tomando su primer sorbo de whisky.

Bien, lo que dije no es mentira- dijo Iván.

Puede ser, pero sé que hay algo más- respondió el hermano mayor está vez.

Si lo hay- respondió Iván- pero nosé que tanto puedo contarte y esperar a que me guardes el secreto.

Confía en mí Iván, soy tu hermano, siempre voy a querer lo mejor para ti- contesto Damián apoyando su mano en el hombro de Iván.

No quise interrumpir, pero creo que yo soy el indicado para contar esa parte- dijo Enzo entrando a la oficina.