Dulce una mujer que nunca quiso ser madre pero que la vida le dio un cambio de 80 60 grados encontrándose con Amy una niña huérfana que le robó el
Corazón de inmediato a tal punto de quererla como su hija cambiándole su mundo entero un amor que surgió entre ellas para Amy dulce es su mamá y para dulce Amy es su hija pero su felicidad se verá afectada por la llegada del papá de Amy Máximo un alfa despiadado que no le importa lo que tenga que hacer para encontrar a su hija sin importar a quien tenga que lastimar en el proceso un hombre que lo único que le importa es encontrar a su hija sin importar ensuciarse las manos en el proceso.
¿Que pasará cuando las encontré ?
—Yo soy el padre de Amy dame a mi hija
—Eso jamás Amy es mi hija y nunca te la daré
La hija del alfa es mía
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(Se que en el título dice hijo pero es niña aunque diga el hijo del alfa es mío trata de una niña )
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Andrea siempre de inoportuna
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Dulce
—¡Hola, Andrea! Disculpa que no contestara. Lo que pasó fue que mi coche se descompuso, mi teléfono se apagó y no encontré taxi por ningún lado. Encima empezó a llover... Por suerte encontré a Máximo, y él me trajo. Pero dime, ¿Lucy y la niña están bien? ¿Necesitan algo? ¿Les pasó algo?
—Sin duda, le queda bien el apodo de superhéroe. Y sí, ellas están bien. Pero necesitamos hablar… es importante.
—Claro, espérame en mi habitación, ya voy.
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Máximo
—Con permiso, yo ya me voy. Nana, fue un gusto conocerla. Andrea, igualmente. Dulce, nos vemos luego.
Iba saliendo cuando Dulce vino a despedirme hasta la entrada. Aproveché para abrazarla y le susurré al oído:
—No tienes nada de qué avergonzarte… eso fue algo en lo que los dos estuvimos de acuerdo.
Después de eso, fui directo a mi manada. Estaba en mi despacho cuando llegaron mis hermanos, gritando.
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X
—¿Estás ocupado? ¿Podemos hablar? Necesitamos contarte algo.
—Sí, claro. Díganme… Pero Mateo, ¿qué fue lo que te pasó? ¿Te peleaste con alguien? Tienes la cara hecha un desastre.
—Hermano… encontré a mi mate.
—¿En serio? ¿Sabes de qué manada es?
—No sé nada de ella, solo sé que es hermosa… y brava. Fue ella quien me dejó así. Aunque debo admitir que me lo busqué: la asusté. Pensó que era un violador. Pero ya sabes cómo es nuestra naturaleza…
Yo salía de una fiesta cuando sentí un aroma a vainilla y chocolate. Mi lobo se volvió loco. La vi saliendo de una tienda cerca del lugar, fui tras ella, la pegué a mí y empecé a oler su exquisito aroma. Me descuidé un momento y fue ahí cuando me arañó, y con una botella en la mano, me la rompió en la cabeza. Después salió corriendo. Iba a ir tras ella, pero este bobo (mirando a su hermano) me lo impidió, según él, para no asustarla más.
—Y sí, en verdad ibas a asustarla más. Bueno, hermano, felicidades. Si necesitas ayuda para encontrarla, no dudes en decírmelo. Pero ahora que lo pienso… por su reacción, tu mate debe ser humana.
—Max, ¿te pasa algo? Desde hace días te noto raro. ¿Estás bien?
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Max
—Sí, hermano, estoy bien. Solo estoy cansado, eso es todo. No he descansado buscando a Amy. Los buscadores están en todo el país buscándola. Como te lo prometí: la voy a encontrar. Con permiso, me retiro… de verdad, estoy agotado.
No les mentí del todo, pero lo que me atormenta es haber encontrado a mi mate y no poder estar con ella. Será muy difícil conquistarla: es una mujer que ha pasado por muchas cosas y sé que no quiere a ningún hombre en su vida. Su única prioridad es su hija, y lo entiendo. Pero claro que tengo miedo… miedo de que cuando se sepa que mi mate ya tiene una hija, sea la burla de las manadas. Aunque… sinceramente, no me importa. Lo único que quiero es que ellas me acepten. No será fácil, pero tampoco imposible.
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Dulce
—Ahora sí, Andrea… ¿qué te pasa?
—Dulce… tengo miedo.
—¿Miedo? ¿Te pasó algo?
—Tranquila, gracias a Dios no me pasó nada… pero tengo miedo. Después de salir del departamento de Lucy, fui a la tienda a comprar algunas cosas. Cuando salía, un tipo me pegó contra él y empezó a oler mi cuello, diciéndome que “soy de él”. En verdad me asusté muchísimo. Lo rasguñé, y con una botella que tenía en la mano se la rompí en la cabeza. Aproveché para salir corriendo. Tengo miedo de volver a encontrarme con ese tipo.
—Andrea, tranquila. Nadie te va a hacer daño. Es tarde, así que te quedas esta noche conmigo, y mañana a primera hora vamos a denunciar a ese tipo. ¿Recuerdas al menos su rostro?
—Eso es lo peor… tenía tanto miedo que no fui capaz de verle la cara. Y gracias por dejarme dormir contigo… te quiero.
Después de un rato, y tras prepararle un té para tranquilizarla, Andrea por fin se durmió. Con todo lo que pasó, no había tenido tiempo de pensar en ese beso. Ese beso… en verdad me desactivó todos los sentidos.
Máximo tiene un "no sé qué" que hace imposible no pensar en él…
gracias escritora, espero actualizaciones pronto