“AMOR Y VENGANZA"...Alejate Pero Quédate...

Massimo sentía que todo el peso del mundo caía sobre sus hombros.

Había tomado varias decisiones, una de ellas era que no se casaría con Elizabeth, primero se lo comunico a su abuela, que no lo dejaba en paz, amaba a su abuela, pero tenía que poner un freno.

Era adulto y no un adolescente, en su vida personal desde ahora tomaría sus propios parecer.

Si se equivoca, ese sería ya su problema.

Pero Carlotta no comprendía esto. Se desmayaba, se sentía mal, que andaba enferma, pero ya no iba a manipularlo más.

Lo llenaba de reproches y tanto llanto que ya lo tenía exhausto. Pero le dijo que el compromiso estaba roto lo aceptara o no.

Elizabeth no se quedaba atrás, lo lleno de amenazas, insultos, maldiciones, sabía que era una mujer caprichosa, convivir con esa mujer lo llevaría al borde del abismo, y no aceptaría eso en su vida.

Sabía que si antes había aceptado toda esta mentira, teatro,era porque estaba en un círculo de odio, de venganza que no lo dejaba ver más allá, el amor entre ellos nunca había existido, y Elizabeth debía comprer de una vez por todas.

La conoció a Sofía por ese maldito tema de utilizarla para destruir a su padre principalmente, y nada había salido como lo había planeado, porque el mismo había caído en la trampa.

No entendía bien que sentía por ella, porque nunca se había enamorado, quería saber qué le pasaba realmente.

Lo que si era seguro es que sentía que no podía y no quería vivir sin ella, la necesitaba en su vida.

Todos los malditos días miraba su foto, recordaba su piel, sus labios que eran su debilidad, su cuerpo. Entonces ¿esto sería el amor como todos le decían?.

Por otro lado, el padre de Elizabeth era un hombre peligroso, de negocios ilegales, su debilidad era su hija, que la había malcriado tanto que era insoportable.

Desde que había visto esa nota en el portal de internet lo tenía loco, por Sofía. Y amenazó con destruirla si él no se casaba con ella. “ Me llevan los mil demonios si la tocará o le hiciera daño a Sofía , la mataría con mis propias manos y se lo dijo". Se lo advertí.

Massimo no era inocente en nada, también se movía entre los dos bandos en los negocios. A pesar de su propia oscuridad tenía una regla:

"Nunca lastimar a quien no lo merecía".

Luego tenía otro tormento su hermano menor, Pietro.

Era su responsabilidad, tenía 20 años, era joven y rebelde. Había noches que llegaba en un estado lamentable de borracho.

Tenía que enderezar el camino de su hermano, guiarlo antes de que fuera demasiado tarde.

En medio de todo ese caos Pietro se las arreglaba para que le vaya bien en los estudios, no sabía cómo lo hacía, pero había aprobado todos los exámenes, le comunicaban todo lo referente a la facultad a él.

Uno de sus hombres de confianza le contó que Pietro le había pedido investigar a una jovencita llamada Giovanna.

Hasta que le preguntó el apellido de la chica en cuestión.

"Ferrari" me dijeron.

Era la hermana menor de Sofía, la posibilidad de que eso sucediera era casi nula ,una cruel ironía del destino.

Su hermano nunca se había interesado por ninguna chica como para mandarla a investigar, ¿ahora porque está chica y justo de esa familia, a él le interesaba?.

Todo era una maldita pesadilla.

Sonó su celular, era uno de sus hombres de confianza.

-Jefe perdoné que tardamos tanto, pero nos costó averiguar la verdad, recuerda que le contamos que la tal amiga de Sofía, de nombre Antonella, había ido a la farmacia, usted nos pidió que averigüemos que fue a buscar ahí para luego regresar al departamento de la otra chica.

-Sí, habla de una maldita vez, hoy tengo un día en el cual no tengo ganas de misterios ni adivinanzas.

-El muchacho de la farmacia, me di cuenta de que me estaba mintiendo, era amigo de ellas, lo tuve que agarrar del cuello para hacerlo hablar y otras cosas.

-Y dale o quieres que esté adivinando ¡que te dije!, estoy al límite de mi paciencia.

-Estoy entrando al edificio, está todo en la carpeta, y necesita verlo.

Máximo corto la comunicación, hoy se habían puesto todos de acuerdo para enloquecerlo, que más podía pasar hoy se preguntaba.

Tocaron la puerta, le dio el ok que pasen.

Entraron dos de sus hombres.

Uno pidió permiso para sentarse, y el otro le entregó una carpeta.

-Empiecen a hablar.

El más alto llamado Carlo, que es él que había hablado por el celular con él, comenzó:

-Bueno como le expliqué, Él chico de la farmacia al fin soltó que Antonella compró uno de esos test de embarazos.

Massimo abrió grandes los ojos.

- ¿Acaso tengo que felicitar a Nicola por ser padre?

-Eso mismo pensamos al principio, pero luego usted nos pidió que vigilemos todo lo que hacía Sofía, sin que ella se diera cuenta.

Fueron con Antonella a una clínica y se hizo un análisis de sangre, ahí tiene en la carpeta puede verlo usted mismo.

Massimo abrió la carpeta y comenzó a leer el informe, entre datos y cifras, la parte final lo golpeó como una trompada en seco en su cara.

"Prueba de embarazo: positiva"

Sentí que me faltaba el aire de los pulmones y me iba a desmayar por falta de oxígeno.

Mis ojos los llevo hacia él nombre que encabezaba el informe para confirmar algo que ya había entendido.

Me sente de golpe en mi silla, para no caerme al piso.

“Sofía Ferrari …8 semanas de embarazo". La noticia me dejó aturdido, necesitaba procesarla.

De repente vino a mi mente los recuerdos de esa noche en el club, Sofía se había sentido mal que corrió al baño. Estaba tomando soda y no alcohol. Ahora todo encajaba.

Todo cobraba sentido.

Luego me pregunte ¿de quién es el hijo?... fue una pregunta retórica.

-Pues tuyo idiota, de quién más va ser, es con el único hombre que estuvo Sofía y eso me consta. ¡Despierta Massimo!

Esa noche que habían vivido llena de pasión, lo había hecho varias veces, y era tanto el deseo entre ambos, pese a su odio de aquel momento que sentía por ella por esa venganza que debía cumplir, que no se habían cuidado para nada.

¡Iba a tener un hijo! Sentía muchas cosas, alegría, temor, nervios.

Un hijo con Sofía, algo de ellos juntos crecía dentro de ella.

La idea lo lleno de una emoción que jamás había sentido antes. Que no podía explicar.

¡Sería padre no lo podía creer!.

Fue interrumpido todo ese momento por el hombre que estaba parado, le señaló la carpeta.

-Pero hay algo que le pondrá furioso y no le va a gustar ,Jefe. Lea ahí que dice confidencial.

Hago lo que me indicó y veo algo que me puso loco, era cierto.

Y como era algo legal ahora este tema, lo tomaban normal.

Pedido de interrupción del embarazo. Eso sería en 4 días, había una fecha ahí.

Me sentí decepcionado , me atravesó un dolor en mi pecho, quería matar a ¡nuestro hijo! Cómo podría ella llegar a hacer algo semejante.Se que era joven, pero eso no le daba el derecho de decidir, y él nunca lo hubiera sabido de no haberla investigado. Eso le dolía.

Tendría que hablar con ella.

No podía aparecerme dónde estaba ahora.

Pregunté a mis hombros el lugar exacto donde se encontraba Sofía.

-Está en el viñedo de sus abuelos, en la Toscana.Aca tengo todos los datos del lugar jefe.

De alguna manera debo ir ahí.

Seguí leyendo y vi que se aproximaba el cumpleaños de Sofía, toda su familia iría para ahí, estaba seguro de eso. Si ella estuviera en ese lugar ellos viajarian para compartir con su hija.

No sabría cómo haría, porque, por un lado, esa familia era mi enemiga.

Y por el otro estaba Sofía embarazada. Y ahora ambas familias estaban unidas por este bebé.

No Sabría cómo todo esto resultaría, pero de algo estaba seguro, a su bebé no lo iban a asesinar.

Tenía que verla como sea y si entendía razones bien pero sino, tendría que hacer algo que no quería hacer, y ella lo odiaría más, pero no le dejaba otra salida.

¡Su hijo iba a venir a este mundo!

Cómo que se llamaba Massimo Russo.