Casado Con La Bruja De Mi Jefa

La mañana de la inseminación había llegado. Pero Antonio aún no entiende el comportamiento de Lydia. ¿Cómo una mujer que él consideraba tan madura se está comportando de esta manera? Preferiría que fuera como cuando la conoció, cuando lo amenazó y lo obligó a firmar el contrato, en lugar de cómo se ha portado con él últimamente; al menos así no sentiría tanto dolor por su actitud.

Llegaron a una lujosa clínica de fertilidad. El esquema de seguridad había llegado minutos antes para despejar los pasillos de curiosos y, una vez que Orlando dio su aprobación, entraron tomados de la mano por si había algún paparazzi y tomara una foto. Ellos aún debían fingir ser la pareja de enamorados que los demás piensan que son.

Una vez en el consultorio del especialista, les explicó a los dos el procedimiento que iba a realizar e hizo que Lydia fuera llevada por una auxiliar para prepararse.

Mientras tanto, el médico instruía a Antonio sobre los cuidados que Lydia debía tener durante la primera semana después de la inseminación, tratándolo como si fuera un esposo dedicado y preocupado. Lydia salió con una bata de paciente acompañada de la auxiliar que la ayudó a acostarse en la camilla de procedimientos. Antonio se acercó a ella y le tomó la mano, gesto que Lydia aceptó sin rechazarlo. A pesar de la tensión entre ellos, Antonio quería mostrarle su apoyo y comprensión en ese momento. Él entendía su batalla y le demostraría que estaba con ella.

El médico verificó que la fase lútea se había iniciado y, por medio de una ecografía, guio la cánula que introdujo con la muestra ya preparada de Antonio y la inoculó directamente al útero de Lydia.

Después del procedimiento, Lydia debía esperar veinte minutos acostada antes de vestirse y salir de la clínica. Antonio permaneció a su lado atento a lo que ella necesitara y, mientras esperaban, Lydia mencionó que tenía una junta importante al día siguiente y que no podía acompañarlo con Anthony a su cita con el doctor Young. Antonio se sintió decepcionado, pero no sorprendido. Sabía que Lydia siempre priorizaba su trabajo sobre todo lo demás.

—Antonio, tranquilo, yo hablaré con Anthony y le explicaré. —Antonio no dijo nada, solo asintió. —Le tengo una sorpresa para compensar mi falta. Él es un niño muy inteligente y me va a entender. Su mamita es una mujer muy importante y ocupada.

Antonio, con esas palabras, entendió que Lydia siempre antepondrá su imperio a su niño, y cree erróneamente que con cosas materiales va a reemplazar el tiempo que no le da. Le dolió el alma por Anthony, que siempre anheló tener a su mamá a su lado.

«¿Qué pasaría si Lydia tiene un hijo propio? «¿Dejaría a Anthony relegado?» Antonio se preguntaba. Y aunque no lo quisiera, la respuesta parecía evidente. Lydia había demostrado ser egoísta y priorizar sus propios intereses sobre todos los demás.

Mientras que Lydia y Antonio salen de la clínica, cada uno se dirige a sus empresas. En Kidman Nexus, dos corazones se enfrentan a una encrucijada. Seguir con el juego o seguir a su corazón.

Dominic llama a Grace por el intercomunicador y le pide que vaya a su oficina.

Minutos después, ella toca a su oficina y él, nervioso, autoriza su entrada, y Grace entra tímidamente.

—Hola, Domi, ¿me necesitas? —Grace le dice su nombre en diminutivo y a él le parece lo más tierno que puede haber. Esa mujer, aunque no quería, lo trae loco y la desea cada día más.

—Ven, mi pequeña. Entra, entra. —Grace trata de disimular lo que siente cuando Dominic le dice pequeña.

—¿Tu pequeña? Que yo sepa, tú no me has comprado. —Dominic se sonrojó con ternura; Grace se ve tan graciosa con sus manos en la cintura tratando de verse enojada.

—No te he comparado, porque una mujer como tú vale mucho y yo no poseo tanta riqueza. —De un rápido movimiento la toma de la cintura y le planta un beso tan inesperado que deja a Grace atontada.

—Grace, me gustas mucho y hace tiempo que te deseo. Ya no más besos tontos entre nosotros sin ponerle nombre a lo que tenemos. Quiero que seamos algo más y mostrarte con orgullo de mi mano. Quiero que seas mi novia, mi hermosa Grace. —La cabeza de Grace quería estallar. Esta vez sí que llegó muy lejos su plan. ¿Quién iba a pensar que tenía la posibilidad de ser una Kidman? La risa de bruja ya la tiene; solo le faltaba el apellido y listo. —Grace, estoy enamorado de ti.

—Domi, ¿pero cómo es eso? Tú, tú sabes que somos de dos mundos diferentes. Por eso mismo no me habías presentado a tu familia. —¿Cómo vas a manejar eso? —Grace le hizo ver su punto de vista.

—Grace, quiero que seamos novios. Quiero todo contigo, hasta mi esposa si me lo permites. Tú significas mucho para mí. Grace, yo me enamoré de ti, de tu forma de ser, de tu bonito corazón y de la forma en que me tratas. Por eso sería muy estúpido si no enfrento a todo el mundo por ti y el amor que te tengo. —Dominic lo decía muy seguro, con sinceridad.

Esto conmovió a Grace, pero no sabía hasta qué punto era verdad. Así que al ver que su plan se salió de las manos, mejor le dijo la verdad. Ella también está empezando a sentir cosas por él y ese juego ya le está pasando factura.

—Domi, perdón que no crea tus sentimientos hacia mí. Pero yo sé de tu plan de enamorarme para sacarme información de Lydia. Así que mejor dejemos las cosas así; si te vi, no me acuerdo. —Grace sale de su oficina dejándolo asombrado.

Dominic se sintió apenado al ser descubierto por Grace. Se dio cuenta de que quería estar con ella, a pesar de todo. Pero también sabía que tenía que tomar una decisión importante. ¿Quería seguir adelante con su plan de ser el presidente de la empresa, o quería seguir su corazón y estar con Grace?

Dado que ella conocía su plan y él se había enamorado genuinamente de ella, su estrategia inicial se había vuelto en su contra. El cazador resultó cazado.

Al reflexionar sobre sus prioridades, Dominic decidió cambiar de rumbo. Aunque su padre esperaba que asumiera la presidencia de la empresa, Dominic prefirió hacerse a un lado y permitir que Lydia siguiera liderando. Reconocía que su querida prima era la verdadera fuerza detrás del éxito de la empresa y él jamás se creyó superior a ella.

Él entendía por qué Lydia no confiaba en él, gracias a su padre y sus ansias de poder, de querer todo lo que su tío Eduard poseía. Hasta la mujer le quitó y ahora deseaba tener el poder de Kidman Nexus por medio de su hijo.

Dominic, en vez de lograr llegar a la presidencia, mantendría su cargo de vicepresidente comercial. Este rol le ofrecía una posición más tranquila y un salario acorde a sus necesidades. Además, le permitiría estar con Grace sin las presiones y expectativas que conllevaría ser el presidente.

¡Renunciaría a todo por amor!

Así que sin perder más tiempo salió a buscar a su amada Grace y la encontró en su sitio de trabajo. Allí estaba con Wendy esperando la llegada de Lydia para empezar con su agenda de trabajo.

Se acercó a ella con pasos apresurados y el corazón en la boca.

Grace, al verlo acercarse, levantó la vista, expectante. Dominic se detuvo frente a ella, su mirada fija en la suya.

—¡Grace, tienes razón! —Dominic habló fuerte, sin importarle que todos pudieran escuchar. —Al principio te estaba utilizando para obtener información sobre Lydia, pero la verdad es que me enamoré de ti. Quiero que sepas que estoy dispuesto a renunciar a todo, dejando atrás mis planes. Quiero que me perdones y que me creas cuando te digo que te amo. Eres la mujer más maravillosa del mundo, y no puedo imaginar mi vida sin ti.

Todos los presentes quedaron atónitos, hasta Lydia, que acababa de salir del ascensor. Wendy sonreía discretamente, mientras que Grace parecía sorprendida y conmovida por las palabras de Dominic.

—Lo siento, Domi —respondió Grace—. Al saber de tu plan, yo te di información falsa sobre Lydia. Estamos a mano, pues yo también te usé. Pero tengo que admitir que también me enamoré de ti.