La Curvis Más Bella

Melanie …

El lunes había llegado y me encontraba desayunando con las chicas para irnos a trabajar, no teníamos apuros de tomar colectivo, ya que Tania y Sofía se habían comprado un auto entre las dos y como teníamos el mismo horario, íbamos y volvíamos juntas 

Yo desayunaba en silencio, mientras las escuchaba hablar de sus pacientes, ya que resultaba ser un tema entretenido para mí 

Después del desayuno, las tres agarramos nuestras cosas y salimos directo para el hospital .

— Bueno Mel, nos vemos en el almuerzo — me dicen las chicas mientras caminan para sus consultorios 

Yo me dirijo hasta la cafetería donde ya se encontraba Genaro acomodando las mesas y las sillas

— Buenos días — digo al llegar 

— Oh Mel, Buenos días — dice acercándose para saludarme con un beso en la mejilla — ¿Cómo estás hoy?

— Bien, muy bien ¿y tú? — le pregunto con una sonrisa 

— También, bien — me dice y justo en ese momento se acerca un chico y le dice algo en el oído 

— Mel, encargate de la cafetería un momento, voy a salir unos minutos — me dice Genaro antes de irse con ese chico 

Terminé de acomodar las mesas que faltaban, los chicos que se encargan de la cocina llegaron y comenzaron a trabajar mientras esperábamos a que llegaran los clientes 

Los clientes comenzaron a llegar y yo comencé a atender uno por uno tomando sus pedidos y llevando todo lo que encargaban 

Genaro volvió y comenzó a ayudarme a atender las mesas, siempre a la par y cada dos por tres me miraba y me sonreía 

— ¿Qué tienes que hacer a la tarde? Te invito a tomar un helado — me dice él sonriendo 

— No puedo durante la semana, tengo el tiempo justo, salgo de la cafetería, llego a mí departamento, me preparo y ya tengo que volver a salir para el colegio — le digo apenada 

— ¿A qué hora entras al colegio? — me pregunta con intriga 

— A las 6 pm — le respondo yo 

— Tienes 2 horas desde que sales hasta que entras al colegio, si quieres salimos a las 4 en punto, te llevo hasta tu departamento, recoges las cosas de estudio y nos vamos a una heladería que quede cerca de tu escuela, luego te llevo hasta la puerta del colegio — me dice él con emoción 

— Jajaja está bien, acepto — le digo sonriendo 

— Genial — dice sonriendo él también y continuamos trabajando 

Al mediodía llegaron las chicas para almorzar, me acerque a tomar sus pedidos y me pareció raro ver cómo Genaro y las chicas se miraban con enojo

— ¿Qué sucede? — les pregunto a las chicas con duda 

— Nada, ¿Por? — me responde Tania 

— ¿Por qué Genaro y ustedes se ven de esa forma? ¿Se conocen? — les pregunto confundida 

— Claro que no, ¿de dónde lo vamos a conocer más que de acá? — me dice Tania restándole importancia 

Yo no dije más nada, pero no me tragaba eso de que no se conocían, una persona que no conoce a la otra no la mira con enojo, pero decidí no preguntar más, luego le preguntaría a Genaro a ver que me dice él 

— Chicas, en la tarde me voy con Genaro, él me llevará hasta el departamento a buscar las cosas del colegio, y luego iremos a tomar un helado antes de ir a la escuela — les aviso para que no me esperen cuando ellas salgan, ya que yo ya no estaré 

Las veo a ambas mirarse entre sí, pero ninguna de las dos dijo nada al respecto sobre eso 

— Está bien Mel — solo respondió Sofía y continuaron comiendo 

Así se transcurrió el resto de mí turno entre clientes y clientes 

Unos minutos antes de las 4 pm Genaro me dice que nos vayamos así no se nos hacía más tarde y yo acepte. Recogí mis cosas y salimos del hospital directo para mí departamento 

Entré y subí rápido a mí habitación, me cambié rapidísimo de ropa, me coloque unos joggins negros sueltos y una blusa gris, junto con un suéter, tomé mí mochila del colegio y volví a bajar rápidamente 

Vuelvo a subir al auto y salimos para alguna heladería 

— ¿Te cambiaste de ropa? — me pregunta sorprendido 

— Claro, no podía salir con la misma ropa del trabajo, por suerte siempre dejo una muda de ropa lista para ponerme cada vez que llego de la cafetería — le digo yo riendo 

— Está bien, te queda linda esa ropa que tienes ahora, todo se te ve lindo a ti Mel — me dice con una sonrisa y yo me sonrojo 

— Gracias Genaro — le agradezco por sus palabras 

Al llegar a la heladería, pedimos nuestros helados y continuamos hablando un rato más de un poco de nuestras vidas, hasta que se hizo la hora de ir al colegio

Cómo había prometido Genaro, me llevó hasta la puerta del colegio 

— ¿A qué hora sales? — me pregunta intrigado 

— A las 10 — le respondo 

— Paso por ti para llevarte hasta tu departamento — me insiste .

— Oh no no, ya es muy tarde a esa hora, ve a descansar que mañana debes levantarte temprano — le insisto yo 

— Para nada, no me cuesta nada, además un rato más o un rato menos de descanso no hace la diferencia — continúa insistiendo 

— Oh bueno, como tu quieras, entonces te espero cuando salga del colegio — le digo sonriendo y él se acerca y me da un suave beso en la mejilla — Bueno ya debo entrar o se me hará más tarde, nos vemos luego — le digo caminando hasta la entrada del colegio y entrando 

Una vez dentro me dirijo a mí salón, donde él profesor ya estaba esperando y comienza la clase 

Al finalizar la clase, guardo mis cosas y salgo del colegio buscando con la mirada a Genaro

Los minutos pasaban y pasaban y no había rastros de él por ningún lado

Miro la hora y ya eran las 10:30 pm, había perdido el último colectivo de la noche y ahora no me quedaba más que volver en taxi al departamento 

De repente un auto se estacionó a mí lado, entonces dos hombres bajaron rápidamente intentando hacerme entrar al auto

Yo comencé a forcejear impidiendo que lograrán subirme, pero me ganaban en fuerza 

Cuando de la nada apareció Lautaro y comenzó a pelear con ellos, golpe tras golpe hasta dejarlos a ambos tirados en el piso 

¿Cómo es que Lautaro estaba aquí?, ¿Desde cuándo había llegado? ¿Y como justo estaba en este momento que pasó esto?

Eran varias preguntas sin respuestas, pero en este momento no me importaba nada, tenía tanto miedo por lo que me había pasado que me temblaba todo el cuerpo 

— ¿Mel estás bien? ¿Te lastimaron? — me pregunta preocupado, revisandome todo el cuerpo — Mel, respóndeme ¿Te hicieron daño? — continúa preguntando con preocupación 

Yo me lanzo sobre él y lo abrazo con fuerza mientras que mis lágrimas al fin comienzan a caer después de tantos nervios que había sentido minutos atrás 

— Lau, tengo miedo, tengo mucho miedo — le digo aferrada a él y llorando 

— Lo sé mí amor, pero ya estoy aquí contigo, estás a salvo Mel, jamás permitiría que algo te sucediera — me dice abrazándome y yo me quedo en silencio, solo aferrada a él donde me sentía segura 

Después de unos minutos llegó la policía, quienes se llevaron a esos dos hombres detenidos, Lautaro le explicó al oficial lo que había pasado y nos tocó ir a la comisaría. Una vez dada nuestra declaración, al fin nos pudimos ir 

— Ven, vamos te llevaré a que descanses — me dice Lautaro llevándome hasta su auto 

Yo lo seguí sin protestar, me sentía cansada y aún con miedo, solo quería llegar a mí departamento y sentirme a salvo.