Natasha, para vencer su miedo en los viajes ella leer una historia normal de epoca, todo iba bien hasta el accidente que la llevó a la muerte y reencarnado en un personaje sin importancia, en la extra... pero ella está decidida en cambiar eso.
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capitulo 22: “la bienvenida"
Una vez que ambas salen de la habitación, a lo largo del pasillo llega una sirvienta para acompañar a Giselle para que este al lado del príncipe y así ambos se presenten juntos, luego llega otra doncella para comunicar lo siguiente.
— Lord Leonard la espera, mi lady...— Margareth sigue a la sirvienta por otro camino...
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Giselle llega a donde estaba su esposo. Isaac la ve con una pequeña sonrisa.
— siempre te ves tan hermosa en cualquier ocasión...— tomo la mano y la jaló hacia él, luego la besa con cariño.
— Isaac, jamás me cansaría de tus besos... Pero, te siento nervioso...
— si... La verdad es... Esta es la primera vez que apareceré en público. Durante tanto años, la gente ve a visto mal de mi por solo una leyenda... Aún así, quiero salir a enfrentar ese miedo a tu lado...
— yo estaré ahí apoyándote, como una vez dije que te ayudaría a cambiar lo que los demás piensen de ti...— le toma el rostro con su mano y la acaricia—... Un dulce hombre que es maravilloso, harás cosas asombrosas que las personas ya no pensaran que eres un villano...
— gracias por siempre confiar en mí...— nuevamente la besó y ambos se marcharon para la sala de celebración, donde se lleva a cabo la ceremonia.
La recién pareja iban tomados de las manos, llegando al gran salón, donde esperan al pie de las puertas, un par de trompeta suenan para tomar la atención de todos, seguido de las palabras del anunciador.
— ¡La estrella del imperio Rember, el príncipe Isaac y su esposa, la princesa del sol de Arnol, Giselle, están presentes!
La pareja baja las escaleras para ir al medio del salón, los invitados abrían paso para darle camino o más bien para alejarse del príncipe.
El rey se levanta de su asiento y declara lo siguiente.
— ¡Esta noche se celebrará la unión entre ambos países, la alianza y por los futuros herederos del reino Rember!... Es un honor por fin conocerte, joven Giselle. Espero que esté sea tu nuevo hogar y que tú felicidad sea aquí.
Aunque el rey mostraba una pequeña sonrisa, le daba mala vibras a Giselle, ella solo le da una reverencia. Luego dice con una sonrisa y tomada de la mano del príncipe.
— su majestad... Mi hogar nunca se ha ido, tengo a los que más amo aquí, conmigo... Y ahora, soy más feliz al lado del príncipe, que ha sido todo un caballero desde que nos conocimos...— los presentes solo murmuraba ante las palabras de la princesa.
Todos pensaba que ella vivía bajo amenaza del príncipe pero ahora, ella se mostraba con una hermosa sonrisa que no era fingida.
— Puedo decir que Isaac Rember, es el hombre a cuál amo... Lejos de ser un mal hombre, es todo lo contrario. Me ha cuidado y ha sido atento antes de casarnos, se ha ganado mi corazón con su bondad, y juré quererlo como nunca.
“¿Será posible?... ¿Que el príncipe no sea como dice la leyenda?"
“la princesa muestra su sonrisa como si fuera la mujer más feliz del mundo. No creo que la este obligado o mintiendo por él"
“ tal vez, esa leyenda de que los nacidos con los ojos carmesí no sea cierta... El general siempre a protegido el país y no se ha convertido en un monstruo... Quizás, hay que darle una oportunidad al príncipe"
Los comentarios iba subiendo, pero no a mal, sino a bien, y con ellos los ánimos del príncipe, que de imprevisto levanta a Giselle en sus brazos como una princesa.
— mi hermosa esposa... Tus palabras siempre hacen que me sienta mejor y con más confianza...— ella ríe.
— soy tu pareja, debo ser quien te dé tus alegrías y apoyarte siempre... Ahora... ¿Por qué no seguimos la bienvenida?... La noche es joven y aún hay más cosas que ver y celebrar ¿No?...
Todos veían esa alegría que la nueva princesa portaba, daba una imagen diferente al príncipe, nadie jamás lo habían visto con una sonrisa ya que él siempre se mantenía ocultó, los invitados esperaban verlo con ferocidad o con una frialdad en sus ojos, pero ahí está, sonriendo por su dulce esposa.
Luego, con otro anuncio de parte del presentador, dice lo siguiente a voz alta.
— ¡El gran general, Leonard de Aram y su acompañante, lady Margareth de Rosette, han llegado!
Ahora, la atención se dirigía a la pareja que recién llegaba. El rey veía desde su asiento como ambos estaban tomandos de la mano sin algún tipo de engaño, como si realmente fueran sinceros.
“la sirvienta me informó que cuando él llegó a la habitación, apenas que vio a esa mujer la besó y ella le correspondió sin algún repudio, no se quedó viendo más porque iban a pasar a más atrevimiento... Entonces, si deben quererse, da la casualidad que ella también está aquí... Ésto será interesante"
Aunque era bien sabido que Leonard ya no era mal visto por ser un buen general protegiendo a su país, no estaba oculto una cosa, que él una vez estuvo comprometido mucho antes de ser general y que esa doncella le termino por razones egoístas.
— es un placer que también mi general haya vuelto...— anuncio el rey—... Pero veo que no ha llegado solo. Nos gustaría conocer a esta hermosa dama y saber quién es para usted.
Margareth únicamente le sonríe, pero sabe que ese rey no es de confiar. Es cuando Leonard hablá.
— por supuesto... Su majestad. Es mi deber presentar a mi futura esposa ante mí reino...
Murmullos de asombro se escuchan en el salón.
“ ¿Esposa?... Pensé que no se comprometería más luego lo que le pasó con lady Camila"
“ de seguro la conoció cuando acompañó al príncipe en el reino de Arnol"
Sin más tiempo que perder, Leonard se arrodilló al frente de Margareth y con una suave voz, le pidió.
— Margareth de Rosette... ¿Le gustaría ser la señora de Aram?... Prometo jurarle fidelidad y protegerla con mi vida.
Aunque saben que deben fingir ser pareja, las palabras de Leonard eran sinceras, y Margareth lo sabía. Su corazón no dejaba de latir con fuerza, para luego ella sacar una dulce sonrisa alzando su mano para colocar el anillo a donde corresponde.
— sí... Acepto ser su señora, mi Lord...— Leonard no dudó en colocarle el anillo para luego levantarse.
Seguido de unos aplausos por el recién compromiso. Sin embargo, Margareth cierra con broche de oro dándole un beso apasionado para que no dudarán de su amor.
Dentro de la multitud, un pequeño grupo de mujeres veía el momento a la perfección.
— lady... lady Camila... ¿Has visto-...?— Camila abre el abanico con fuerza para callar a su dama de compañía...—... ¿Se encuentra bie-...?
— estoy de maravilla...— su tono de voz era de molesta. Se cubrió la boca, por alguna razón ella fruncía los labios.
Mientras veía la risa de Margareth, Camila no dejaba de sentirse molesta mientras que se apretaba el vestido con su mano.
“¿Quién es esa?... ¿Como puede estar con él sin sentir algún repudio?... Pensé que nunca más te vería con alguien... Leonard"