Christine una chica sin pretenciones que solo busca lograr sus sueños de ser una pintura reconocida, nunca se imaguno el llamar la atencion de un chico lindo y un tanto misterioso llamado Alan, quien resulta ser el Duque Percy, ¿fue en busca de sus sueños, sin embargo encontrará el amor?
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Capítulo 22
Se estaba haciendo tarde y tenía hambre, quería quedar en ese lindo lugar con Alan, por mucho tiempo más, pero ya comenzaba a tener frío también, saque el teléfono de mi bolso, eran casi las 10 de la noche, tenía una llamada perdida de mis padres, es cierto, el día fue tan agotado hoy, que no pude llamarlos, les pondré un mensaje, comencé a teclear en el teléfono.
Mensaje de Chris para sus padres.
"Estoy bien, el día fue muy agitado hoy, mañana los llamo, tengo algo interesante que comentarles, los quiero 😘❤️"
Entonces me vino a la mente, como se tomará mi padre esta información, sobre la identidad de Alan, no me preocupa en realidad, solo me da curiosidad, bueno mañana saber como tomará eso de un yerno Duque, el seguirá deseando llevarlo a pescar 🎣 seguro con más emoción. En cuanto a mamá que es la que tiene un poco más de sentido común no estará en contra, pero seguro me pedirá cautela.
Suspiré, Alan se percató que algo me estaba pasando, me miró y vio que tenía el teléfono en la mano,
- ¿Pasa algo? Te veo con esa mirada perdía y el teléfono así que pienso, que tiene algo en la mente, tú me puedes decir cualquier cosa.
Puse la cara serie, lo tomé de las manos y dije,
- Tengo hambre.
Su cara se volvió un poema, luego se comenzó a reír, soltó mis manos y puso sus manos en mis mejillas, y dijo,
- Pequeña tonta, es solo eso, vamos a ver que está abierto cerca.
- Crees que habrá algo abierto, a esta hora.
- Claro que si seguro que puedo alimentar a mi pequeño sapo tomatero.
Los dos nos reímos cuando dijo eso de pequeño sapo tomatero, debería encontrar algo así de divertido para llamar a Alan también, se me ocurría algo después, ahora con frío, hambre y el cansancio de todo el día cargando libros de un lugar a otro, me está cobrando factura.
- Vamos. Me dijo Alan.
Me parece y tomé mi ramo de girasoles, no sabía donde lo iba a poner en mi habitación, ahora que lo pienso, mis compañeras de habitación que estarán pensando de mi 🤔.
Alan me tomo por un brazo y comenzó a caminar, así que se me cortaron los pensamientos, mientras caminábamos, en su otra mano, tenía el teléfono, hizo una llamada, la conversación fue corta.
- ¿Qué te gustaría comer?
- No tengo preferencia alguna, solo necesito que este cocido.
Caminos una distancia corta, hasta un auto que nos estaba esperando, no pensé que saldríamos de la universidad, me sentí un poco incómoda, llevaba esta ropa desde la mañana y estaba sudada, no quería ir a un lugar con demasiada gente así.
- No te preocupes, es un lugar cerca y no ahí mucha gente.
Eso fue impresionante, me estaba leyendo la mente o mi cara lo dijo todo, me abrió la puerta y yo y mis flores entramos, 💐 luego Alan, entró y cerró la puerta, el chófer se puso en marca, también estaba el guardaespaldas del otro día, me da curiosidad saber como se llama, ya que lo he visto dos veces con esta, en el futuro es posible que lo vea y no sé ni su nombre, en cuanto a este chófer es diferente al de la última vez.
Mire a Alan y el me estaba mirando a mí, no sé, pero siento que nuestra conexión cada vez se hace más grande, y más especial,
- Se llama Jackson.
- ¿Qué?
Esta vez estaba más sorprendida,
- Me di cuenta que miraba a Jackson entonces, pensé que querías saber su nombre.
- ¿Fue tan obvio?
- Sí.
El hombre se río, al parecer encontró divertido lo que sucedió, no tardamos casi nada para llegar a un establecimiento, el auto se detuvo y Jackson salió primero, nos abrió la puerta, Alan salió y luego me ayudo a salir, debe mis girasoles en el auto, no quería olvidarlas en lugar o perderlas, entramos en el lugar, era pequeño y acogedor, con mesas redondas, y manteles a cuartos, miré por todo los lados y el lugar estaba vacío, un mesero salió de algún lugar, y comenzó a decir.
- Por aquí por favor.
Nos guio a una mesa que estaba en el fondo del restaurante, Alan saco la silla para mí, yo tomé asiento, luego se sentó, el mesero nos dio el menú, y se quedó para frente a nosotros esperando la orden.
- ¿Qué te gustaría?
- Lo que este más rápido.
El mesero me miro rato, no me importó en lo más mínimo,
- Una pizza de queso y jamón. ¿Hace eso aquí?
Le pregunté al mesero, que parecía ni querer responderme, entonces Alan intervino,
- Una pizza entonces.
Alan le paso los menús al mesero este se retiró,
- ¿Este lugar hacen pizza?, le pregunté a Alan.
- Claro, tiene unas en el menú, no te preocupes en poco tiempo tendrás tu pizza.
Pase mi mirada otra vez por el lugar, era extraño que no hubiera nadie, espero que Alan, no haya sacado a todos de aquí, para que estuviéramos solos, apareció el Chef con mala cara, y se plantó frente a la mesa, sabía que lo de la pizza era mala idea, pero Alan me siguió el juego.
- Señor Percy, nos honra con su visita, pero porque no elige algo más elaborado del menú.
- Lo siento, es mi culpa, yo quería algo rápido y se me ocurrió, lo de la pizza.
- ¿Usted Señora es?
Este Chef me miró incluso peor que el mesero, que lastima para ese tipo de personas, que esas son cosas que no me afectan,
- Es mi novia.
- Ah, su novia, señor.
-Si, ¿algún problema?
El hombre se sorprendió por la actitud de Alan,
- Ningún, entonces pizzas, en poco tiempo la traemos.
Se retiró de inmediato, al parecer ni las palabras, ni la cara que les puso Alan le gustaron.
- Lo siento.
- No te preocupes, no me molesten esas cosa, la gente suele ser así, prenten que los demás no sintamos mal o fuera de lugar, solo por que ellos piensan que lo estamos.
No seguimos el tema, en poco minutos la pizza había llegado, tomé un pedazo enseguida estaba deliciosa, comí hasta que mi estómago estaba lleno, Alan, solo comió un poco, estaba más concentrado en mirarme comer, que en lo que comía.
Salimos inmediatamente cenamos, nos subimos al auto y llegamos a la universidad, caminamos un poco desde donde nos dejó el auto, hasta el dormitorio donde me quedaba, yo llevaba miramos de girasoles, en brazos, cuando llegamos a la entrada del dormitorio, ya eran más 11 y media.