No Seré La Patética Villana

— Y bien, estoy esperando una respuesta.

— ¿Qué quieres que te diga? No te das cuenta por ti mismas que muero de celos cuando te veo cerca de él.

Contesto finalmente Erick mientras se acercaba peligrosamente a Elizabeth.

Elizabeth, no esperaba que Erick se sincerará con ella, pero le hacía feliz que este fuera tan transparente a la hora de expresar lo que sentía . Al ver que Erick se acercaba con intenciones de besarla Elizabeth reaccionó a tiempo y dijo.

— Erick aquí no por favor. Todo mundo nos está mirando.

— ¿En dónde entonces? Tengo ganas de besarte Eli.— Agregó finalmente casi suplicando. El verlo rogar por un beso, fue lo último que le faltó a Elizabeth para dejar de reprimir todo lo que el chico le hacía sentir. Ella también quería besarlo y más que eso, quería ser suya. Se mordió el lado interno de las mejillas y no lo dudo más, ya no había obstáculos para seguirse negando a eso que sentí. Tomó la mano de Erick y dijo .

— Sígueme.

Erick la miro curioso, pero regalandole una sonrisa traviesa la siguió. Caminaron por los pasillos del instituto hasta que el chico reconoció el camión, frenó de golpe y preguntó.

— ¿Eli a dónde me llevas?

— A un lugar donde podamos estar solo.—Contestó para luego robar de sus labios un corto besó. Al separarse no le dio tiempo a Erick para que pudiera pensar mucho y volviendo a tomar su mano lo jaló por los pasillos hasta llegar al corredor qué daba a la habitación de Elizabeth. Cuando estuvieron frente a su puerta está la abrió y tirando nuevamente del príncipe lo hizo pasar. Erick se encontraba algo nervioso

no sabía muy bien que planeaba Elizabeth, pero se lo podía imaginar.

— No creo que esté bien que este yo aquí ¿Estas segura?

Pregunto aún dudoso de que si estaba bien que los dos se encontrarán a solas en la habitación de Elizabeth.

Está no contestó con palabras, pero si con hechos. Lo tomó del cuello de su camisa y uniendo sus labios con los de él, empezaron una danza exquisita con sus lenguas, y mientras eso ocurría Elizabeth lo iba guíando por la habitación hasta tirarlo en su cama, separando sus labio por el repentino acto. Con la respiración agitada Elizabeth por fin volvió a hablar.

— Estoy segura Erick, quiero que hoy me hagas tuya. — Contestó mientras se subía encima del chico para volver a tomar sus labios en un beso más intenso que el anterior.

Erick perdió la poca cordura que le quedaba y esa tarde se entregaron el uno al otro sin importar nada.

Sus cuerpos se conectaron a la perfección. Estuvieron horas practicando una magnífica danza corporal que los estaba consumiendo en placer, pasión y deseos de nunca acabar. Duraron así hasta altas horas de la madrugada, entregándose en cuerpo y alma. Hasta que el cuerpo de Elizabeth no resistió más y cayó rendida.

Erick.—(Dios no tengo palabras para explicar lo que me hizo sentir esta mujer que tengo dormida en mis brazos, pero lo que si puedo asegurar es que después de esto nunca más voy a permitir que te alejes de mí lado.)

A la mañana siguiente Erick despertó más temprano que de costumbre, nececitaba ir a su habitación y prepararse antes de que inicien las clases. Se levantó con mucho cuidado para no despertar a su amada, pero no lo logro.

—¿Pensabas huir? — Murmuró Elizabeth con los ojos casi cerrados.

—¿Qué? No, bueno sí, pero no es lo que crees.

— Jajaja ya Erick, era una broma.

— Entiendo, pero solo para que quede claro no iba a huir—dijo el chico algo avergonzado.— Solo no quería despertarte, te veías tan linda dormida que me dió pena interrumpir tu sueño.

— ¿A si? — Contestó Elizabeth mientraa sw acercaba para darle un beso)

— Sí, pero ya tengo que irme antes de que alguien noté que estoy aquí.

—Está bien, nos vemos en el comedor en un rato

Erick se despidió con otro besó y salió de la habitación, no sin antes asegurarse que no lo viera nadie salir de ahí.

Llegó a su habilidad y una vez cerró la puerta Hizo unos pasos para ir a prepararse un baño, pero justo en ese momento su hermano habló.

—¿Se puede saber dónde pasaste la noche?

— Carajo Sebastián, un día de estos vas a matarme de un susto, te creí dormido.

— Si, si. No me cambies de tema y contesta lo que te pregunté.

— ¿Alguna vez te he dicho que pareces una vieja chismosa? Ja,ja,ja no me pongas esa cara, que es cierto.

— Sigues evadiendo mi pregunta. Contesta sabes cómo soy y hasta que no me cuentes no voy a dejar de molestarte.

Erick sabía lo insoportable que se ponía su hermano al querer averigüar algo que el no quería contar, así que se ahorró las molestias de soportarlo y le contó todo lo que pasó la noche anterior con Elizabeth. Cuando Sebastián terminó de oír la historia que le contaba su hermano, este por fin habló.

— Será mejor que cuando llegues a casa le digas a padre que ahora sí se van a casar con la señorita Elizabeth. Porque si el duque se llega a enterar que deshonraste a su hija después de haber roto su compromiso, estoy seguro que va a correr sangre.

Al decir aquello Erick sintió un escalofrío recorre su cuerpo, su hermano tenía razón, su padrino podía ser un completo psicópata si se lo proponía.El Duque era alguien a quién no querías que hacer enojar .

— Lo sé, igualmente tenía planeado hacer eso, no pienso dejar que nadie me la robe, ella ahora es mía y no voy a permitir que la alején de mi.

Sebastián solo miraba incrédulo a su hermano quién era todo un bipolar.

Ni el se entendía bien, solo esperaba que ahora sí se tomará las cosas enserió con la señorita Elizabeth . Sino esto podía causar la separación de una amistad de muchos años entre sus padres.