¿Te imaginas despertar en el cuerpo del personaje más odiado de tu novela BL favorita? Eso es exactamente lo que le sucede a nuestro protagonista, un simple oficinista que de repente se encuentra atrapado como Liam Evergarden en el mundo de "La Rosa de Ébano y el León de Plata". Para su sorpresa (y terror), un "Sistema" de videojuego se activa en su mente, otorgándole misiones con recompensas tentadoras y castigos letales. Su objetivo inicial: sobrevivir. Pero cuando el Sistema le exige no solo evitar la muerte sino también ¡impresionar al gélido Duque Kaelen Varkos, el protagonista masculino de la novela!, la tarea se vuelve cómicamente (y peligrosamente) complicada. ¿Podrá nuestro torpe protagonista, armado con los consejos inesperados del Sistema y su conocimiento de la trama original, ganarse el favor del duque sin desviar demasiado el curso de la historia... o sucumbirá a las penalizaciones del Sistema y al desdén mortal de un alfa frío como el hielo?
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capitulo 21
Decidí que intentar investigar directamente los registros familiares en medio del luto podría levantar sospechas. En cambio, enfocarme en los asuntos del Duque podría ser una vía más discreta para obtener información.
Recordé que el Duque se había retirado a sus aposentos. No quería ser intrusivo, pero tal vez encontrar una oportunidad para hablar con él bajo una excusa apropiada podría ser beneficioso.
Mientras caminaba por el pasillo, reflexionando sobre cómo abordar al Duque, me encontré con uno de sus lacayos, un hombre alto y de rostro serio que había visto acompañándolo desde su llegada.
"Disculpe", dije, acercándome al lacayo. "Soy Lord Liam Evergarden. Quería saber si el Duque Varkos estaría disponible para recibirme en algún momento hoy."
El lacayo me miró con una expresión educada pero distante. "Lo dudo mucho, mi Lord. El Duque ha solicitado privacidad durante el día de luto."
"Entiendo perfectamente", respondí, tratando de no mostrar mi decepción. "Sin embargo, hay un asunto que creo que podría ser de su interés, y que podría estar relacionado con la situación actual en la mansión."
El lacayo vaciló, su ceño ligeramente fruncido. "Podría informarle de su petición, mi Lord. Pero no le aseguro nada."
"Se lo agradecería mucho", dije, ofreciéndole una leve sonrisa. "Dígale que es sobre un asunto que podría afectar la naturaleza de su visita."
El lacayo asintió secamente y se dirigió hacia los aposentos del Duque. Esperé, sintiendo una mezcla de esperanza y nerviosismo. ¿Accedería el Duque a verme? Y si lo hacía, ¿cómo abordaría el tema del pergamino y mis sospechas sin parecer un entrometido o un simple chismoso?
Después de unos minutos de tensa espera, el lacayo regresó. "El Duque Varkos le recibirá en su estudio en media hora, Lord Liam."
Una oleada de alivio me recorrió. Había conseguido una audiencia. Ahora tenía que asegurarme de utilizarla sabiamente.
[Nueva Misión Secundaria: Hablar con el Duque Kaelen Varkos sobre un asunto relacionado con la situación actual.]
[Recompensa: 75 Puntos de Estado, Posible información sobre los asuntos del Duque y su conexión con la muerte de Lady Annelise.]
Media hora. Tenía poco tiempo para preparar lo que iba a decirle. Necesitaba encontrar un equilibrio entre revelar lo suficiente para despertar su interés sin parecer acusatorio o ignorante. La verdad sobre el pergamino y la Casa de Valois podría ser mi mejor baza, pero tenía que presentarla con cuidado.
Me dirigí a mi habitación, con la mente trabajando a toda velocidad. Media hora era poco tiempo para preparar una estrategia que pudiera captar la atención de un hombre tan reservado e influyente como el Duque Kaelen.
No podía simplemente irrumpir en su estudio y acusar a mi padre de asesinato basándome en un frasco de veneno y un pergamino misterioso. Necesitaba ser más sutil, más persuasivo. Necesitaba apelar a sus propios intereses.
La mención de que mi asunto podría afectar la naturaleza de su visita había sido una apuesta, pero parecía haber funcionado. El Duque debía tener razones importantes para estar aquí, y si podía hacerle ver que la muerte de mi madre y el secreto que la rodeaba podrían tener un impacto en esos planes, quizás estaría dispuesto a escucharme.
Decidí centrarme en el pergamino y la Casa de Valois. No mencionaría el veneno directamente, al menos no al principio. Podría presentar la información sobre el acuerdo secreto como algo que había descubierto tras la muerte de mi madre, algo que me preocupaba por la seguridad de la familia y que podría tener implicaciones políticas de las que el Duque, con su conocimiento del reino, podría estar al tanto.
Practiqué mentalmente algunas frases, tratando de encontrar el tono adecuado: preocupado, respetuoso y ligeramente intrigado, sin parecer alarmista o acusador. Necesitaba que el Duque sintiera curiosidad y viera la posibilidad de que este asunto estuviera conectado con sus propios objetivos.
Elegí una vestimenta sobria y elegante, tratando de proyectar seriedad y madurez, la imagen de un hombre que había reflexionado sobre sus errores pasados y estaba dispuesto a asumir responsabilidades.
Cuando llegó el momento, me dirigí al estudio del Duque, ubicado en un ala apartada de la mansión que ofrecía mayor privacidad. El lacayo me esperaba en la puerta y me indicó que podía entrar.
El estudio era una habitación amplia y bien iluminada, con estanterías llenas de libros y un gran escritorio de madera oscura. El Duque estaba de pie junto a la ventana, mirando hacia el jardín, con las manos entrelazadas a la espalda.
Al anunciarme, se giró hacia mí, su expresión era expectante.
"Lord Liam", dijo, invitándome a entrar con un gesto de la mano. "Me ha intrigado su mensaje. ¿De qué asunto quería hablar conmigo?"
Respiré hondo, tratando de mantener la calma y recordando la estrategia que había preparado. "Duque", comencé con voz firme. "Tras el fallecimiento de mi madre, descubrí algo en sus pertenencias que me ha causado una gran preocupación."
Saqué con cuidado el pergamino de mi bolsillo y lo extendí sobre el escritorio del Duque. "Se trata de este pergamino. Está sellado con el escudo de la Casa de Valois, y contiene un mensaje... inquietante."
El Duque se acercó al escritorio y examinó el pergamino con atención, su mirada recorriendo la caligrafía y deteniéndose en el sello. Su expresión permaneció imperturbable, pero sentí que su interés se había despertado.
"¿Y cuál es el contenido de este mensaje, Lord Liam?", preguntó, su voz ahora más aguda, con un ligero matiz de curiosidad.
Había conseguido su atención. Ahora solo tenía que asegurarme de que lo que le contara lo mantuviera interesado y dispuesto a escuchar más.
