Dylan Peterson está pasando por una mala racha en su vida. Acaba de regresar del ejército y su hermano menor está metido en problemas, debiendo dinero a un prestamista conocido y peligroso. Amenazado de muerte, Cameron recurre a su hermano mayor para que lo ayude.
Dylan simplemente no esperaba tener que recurrir a un antiguo conocido suyo, Tristan Manson, uno de los hombres más ricos de la ciudad.
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Capítulo 21
Él se levanta despacio con ese aire triste que siempre tiene, que empeoró cuando entramos en esta habitación y hace lo que le pido. Me quedo mirando su cuerpo, su pene totalmente flácido demuestra lo mucho que no quiere estar aquí. Puedo cambiar eso y sé que lo haré.
Él se tumba de nuevo donde estaba apoyado en la almohada detrás de él y yo digo:
__Tienes un cuerpo maravilloso.
Él solo dice:
__Gracias.
Cojo un poco más de aceite y lo froto en mis manos llevándolo hasta su pecho de nuevo, nos quedamos mirando y yo digo:
__Si quieres puedes cerrar los ojos de nuevo.
Él me obedece, genial. Voy bajando mis manos lentamente mientras se deslizan por su cuerpo, ahora tengo más piel expuesta y bajo hasta sus muslos, me demoro en su cintura, mirando su pene que incluso así desanimado sigue siendo lindo y del tamaño ideal. Me encantaría saber cómo se pone duro, erecto, ya lo sentí, pero no lo vi y eso ya me da excitación porque el mío parece un loco contorsionándose en mis pantalones. Miro hacia abajo y pienso: Calma, tenemos tiempo.
Dylan
Cuando abro mis ojos unos segundos porque estoy intentando acostumbrarme a que me toque así, lo veo mirando mi pene por un tiempo y mira hacia el suyo, acompaño sus ojos y cómo él respirando hondo mirándolo. Cierro mis ojos con esa escena en mente.
Tristan
Mis manos rodean su pene ahora, pero sin tocarlo, solo apreciando poder estar tan cerca y no tocarlo. Entonces percibo su cuerpo medio inquieto, miro hacia arriba y sus ojos aún están cerrados, pero él parece concentrado en el movimiento de mis manos y por lo que percibo él está disfrutando de esto.
Cuando miro de nuevo hacia mis manos percibo su pene reaccionando lentamente a mi toque, ya ganando forma y tamaño aunque poco a poco.
Me atrevo a tocarlo, él se estremece, pero no dice nada, lo toco de una extremidad a otra con las puntas de los dedos, su cuerpo se contorsiona de nuevo despacio. Me apoyo en mi rodilla entre sus piernas abiertas sobre la cama. Entonces cojo su pene despacio entre mi mano cerrada en torno a él y lo masturbo lentamente.
Su pene se desliza en mi mano mojada por el aceite. Puedo sentir que se pone cada vez más duro y veo su boca entreabrirse poco a poco. Él no abre los ojos, pero a mí me gusta así, todavía me da placer saber que él está disfrutando. Su pene toma una forma linda, mucho más grande de lo que yo esperaba, duro en mis manos, con esa cabeza rosa centelleando para mí.
Su respiración se vuelve pesada a medida que aumento la presión y velocidad de mi mano en torno a él. Los sonidos de mi mano llena de aceite friccionando contra su pene pueden ser oídos dándome más excitación aún.
Hasta cierro mis ojos unos segundos y trago saliva. Mi otra mano acaricia su abdomen, él intenta apoyarse en sus manos en el colchón alrededor de su cuerpo y los sonidos de placer incluso contenidos que él hace está dejando mi bóxer mojado de tanto deseo y excitación.
Entonces él abre los ojos, me mira dentro de los ojos mientras yo no paro, él está rendido a mí, puedo ver eso en la forma en que él intenta mantener sus ojos abiertos juntamente con su respiración pesada. Él sujeta firme mi camisa con una de sus manos, acaricio la punta de su pene con mi pulgar, él delira, froto mi mano semi cerrada en torno a la cabeza de su pene, él suspira, subo y bajo mi mano con velocidad, para después disminuir, hacer lentamente.
Él casi implora alguna cosa que no consigo oír bien, me gusta esto. Acaricio sus bolas ahora despacio para en seguida volver a su pene, subir mi mano lentamente y entonces empezar a hacerlo rápido de una forma que veo lo cerca que él está y yo no paro hasta que él finalmente se corre en mi mano.
Es lindo ver su reacción, su cuerpo antes tenso al límite ahora calmándose, sus expresiones de placer. Esto me lleva al delirio. Continúo mis movimientos lentos hasta tener todo su líquido drenado de su lindo pene.
Él se calma despacio y me mira medio tímido ahora, como si se sintiera culpable como ayer por la noche. Y es exactamente lo que él deja claro cuando dice:
__Lo siento por esto.
Yo sonrío satisfecho y digo:
__Está bien, todo bien que te corras, Dylan.
Miro firme dentro de sus ojos y concluyo con mis pensamientos sombríos:
__Esta es solo la primera vez esta noche.
