La Villana Dejó De Amar Al Protagonista Masculino.

Había poca luz y las antorchas que los caballeros tenían eran pocas, las personas caminaron una detras de otras por el camino de piedras.

Clarisa sintio que alguien la empujaba por detrás, como no quería caerce y lastimar a Frederick se concentró en caminar despacio, por eso el empujón la tomó desprevenida, y choco con la persona que iba adelante.

Con agilidad se estabilizó y a la vez sujeto a otra persona por la espalda evitado que cayera.

- Lo siento - se disculpó sin ver a la otra persona y le preguntó a Frederick preocupada - ¿bebé, estas bien? -

Frederick asistió con la cabeza, aunque respiraba pesadamente.

- ¡Que bien!, ¡mamá fue descuidada! - comenzó a besarle la mejilla.

- ¡Sabía que no habías venido con buenas intenciones! - la segunda princesa dijo enojada - ¡pídele una disculpa a mi prima! -

Ella y Elisabeth iban caminando tranquilamente y como su prima llevaba a su hermano en brazos caminan más despacio para evitar pisar mal, y caer, aunque podían ver gracias que podía invocar una bola de fuego de su mano.

Pero vio a su prima ser empujada, fue tan repentino que no le dio tiempo de moverse, solo vio que sólo se tambaleó, pero no se cayó.

Con la bola de fuego en su mano iluminó hacia atrás y vio a Clarisa.

- A ti que te importa a que vine - dejo de besar la mejilla de Frederick, para ver a la segunda princesa con frieldad - y ya le pedí desculpa a tu prima, si lo acepta o no, no es mi problema - las rodeó para seguir caminado y como estaban de espalda no vieron en que momento hizo aparecer una cobija de oso para bebé, azul con capucha y con ella cubrió a Frederick.

La segunda princesa miraba como Clarisa se alejaba, pisoteo disgustada.

Con la idea de convivir con Clarisa en el mismo techo le disgustaba aún más.

Para que su familia la encontrará se sento con Frederick en su regazo en la orilla de la fuente que se encontraba enfrente de la entrada, ninguno de los dos habló.

No pasó mucho tiempo, cuando vio al primer ministro que entraba mirando a todos lados.

Alzando la mano, grito - ¡Papá!, ¡papá por aquí! -

Miró que el primer Ministro se acercaba y detrás de él venía el resto de la familia.

Estando todos los miembros de la familia entraron a la masion, estando dentro, la anciana Charlot llevó toda la familia a una sala aparte.

- Ahora explica ¿porqué mi nieta dice que no me conoce? -

El primer ministro vio a su madre y suspiro frustrado, porque a la persona que le tenía más miedo en el mundo era su anciana madre, dejó resignandose a su destino.

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- ¡Porqué vino!, ¡no la soporto! - la segunda princesa dijo al entrar a la habitación y lanzo su abanico sobre la cama.

La unica sirvienta que estaba en la habitación no dijo nada, trato de reducir su precensia para no llamar la atención de la segunda princesa.

- Flor, dile a María que venga - quería saber que planeaba Clarisa al venir.

- Sí, segunda princesa - Flor se inclino, luego salió.

No voy a dejar que lastimes a mi prima

Tenía una explecion determinada en su rostro blanco como nieve.

Poco tiempo después Flor entró y cerró la puerta - Princesa, Maria no vino -

Dejando lo que estaba haciendo levantó la cabeza - ¿Cómo que no vino? -

- Pará no levantar sospecha, me acerque donde se quedaban los sirvientes de la masion del primer Ministro, no importaba cuanto mire no la vi salir, ni entrar, no pregunte por temor que el primer ministro se enterara -

- Mmm, esta bien - con una sonrisa malvada levantó una bolsita roja - tengo una buena idea -

No es verdad que eres alérgica a los chiles Clarisa

Flor miro a la segunda princesa y a la bolsa roja de chile en polvo en su mano, solo esperaba que no pasara nada grave y que nadie se enteraran que fue la segunda princesa.