Atrapada En El Callejón

—Buenos días —dijo Byron feliz y le dio un beso a Samara al verla despierta, ella no esperaba algo así, pero correspondió el beso y sonrió

—Buenos días, pareces estar muy feliz hoy

—Estoy muy feliz porque tengo una maravillosa sorpresa para mi hermosa esposa, cámbiate rápido y vamos —él salió de la habitación y fue directo a la sala donde la esperaría para ir hacia la sorpresa que tenía. Ambos salieron y Byron condujo hasta la antigua empresa de Samara y estacionó para entrar.

—¿Qué hacemos aquí? No entiendo nada Byron, no deberíamos estar aquí, vámonos —ella estaba nerviosa porque no quería encontrarse con Alexis, pero su esposo la sostuvo de la mano y le dijo que todo estaba bien con una sonrisa, ese hombre lograba realmente tranquilizarla con solo unas palabras. Byron la guió hasta la oficina que antes era de ella y ahí estaban esperando los abogados para comenzar el trámite para cambiar de dueño otra vez y que Samara recupere su empresa.

—Él señor Alexis huyó del país junto a Luna Ivanov luego de robar un millón de dólares al banco, los estamos buscando por fraude pero aun no hay resultados, su esposo nos explicó la situación de su empresa y estamos aquí para solucionarlo, recuperarla ahora implicaría tener una empresa casi en ruinas, pero si es lo que quiere procederemos con el cambio de titular de inmediato. —Samara no podía creer lo que escuchaba, estaba tan feliz, pero aún así se mostró sería ante los abogados y les dijo que si quería recuperar el lugar, una vez salieron todos quedaron ellos dos.

—¿Estás contenta? —Preguntó Byron al ver la sonrisa de su esposa por lo que ella fue hasta él y lo abrazó con una sonrisa, estaba que desbordaba de felicidad por haber recuperado su trabajo de tantos años, su esfuerzo.

—Estoy muy feliz, gracias —ella seguía abrazándolo y él estaba sonriendo al sentir tanta felicidad de ella, le hacía muy bien saber que la había hecho feliz. Ella se alejó un poco para mirarlo a los ojos y lo besó de repente, por esta acción Byron obviamente se sorprendió, pero correspondió enseguida, la realidad es que ambos estaban con abstinencia y la situación de la noche anterior solo aumentaba el deseo que tenían por el otro, el beso se intensificó aún más y Byron la subió al escritorio, pero en ese momento alguien tocó la puerta sacándoles la conexión del momento.

—Jefa, estamos muy felices de que haya regresado, ya no sabíamos que hacer con esta empresa, se está yendo a la ruina y nosotros sabemos cuanto trabajó para que sea lo que era. Ese idiota lo arruinó todo. —Al parecer los empleados querían darle la bienvenida a su única jefa, la única que consideran como tal, solo que bueno... no fue el mejor momento el que eligieron para interrumpir, Byron los veía con una expresión asesina, pero ellos solo lo ignoraron y se llevaron a Samara para hablar de todo lo que había pasado en esos meses que no estuvo.

Byron estaba fastidiado porque habían arruinado el momento en el que estaban completamente en llamas los dos, quien sabe cuando algo así volvería a pasar y ya no aguanta seguir así, necesita a Samara o se volverá completamente loco, si es que no lo está, ya que sueña casi todos los días con ella. El únicamente imaginar a la pelirroja en su cama hacía que todo en él se despertara, tenía un deseo incontrolable por ella. Una media hora después de que sus empleados la hayan secuestrado Byron fue a buscarla y le dijo que había un asunto urgente que debían ver y que no podían quedarse más tiempo.

—¿Qué era ese asunto tan importante que teníamos que atender como para que me sacaras así? —Preguntó ella con curiosidad

—Ya no aguanto más esto Samara, creo que ya te diste cuenta de lo mucho que te deseo y creo que tú también lo haces tanto como yo —Ella no podía negar que la excitaba muchísimo la sola presencia de su esposo y las veces que lo imaginó, pero no pensó que fuera mutuo, algo un poco estúpido para una persona inteligente como ella.

–Detén el auto, estacionalo ahí —él hizo caso a las palabras de su esposa y ella se le montó encima sin rodeos y comenzó a besarlo

—¿Qué haces? —dice cuando se separan por falta de aire

—Perdón, fue un impulso, pero al menos tenemos una excusa para llegar antes a casa —ella se rió y Byron comenzó a manejar hasta la casa rogando que no haya tránsito porque la situación se volvía casa vez más dolorosa para él. Llegaron a la casa y Samara subió corriendo hasta la habitación, no, no estoy exagerando, literalmente corrió dejando a todos confundidos mientras veían a Byron perseguirla hasta donde entró.

—Ya no hay que esperar más —Dijo Samara agarrándolo de la corbata para atraerlo hacía ella y besarlo, ella se colgó de su cuello y puso sus piernas al rededor de su cintura cuando Byron la levantó dejandola sobre el tocador y tirando unas cuantas cosas, pero eso no le importó a ninguno de los dos, el deseo acumulado era tal que nada iba a interrumpirlos. Mientras se besaban Samara se deshizo de su ropa interior y comenzó a desabrochar el pantalón de su esposo.

—Vamos a la cama mejor —Comentó Byron y la bajó para que pudieran caminar entre besos y con pasos torpes hacia la cama, él la tiró ahí y comenzó a besar su cuello haciendo que todo se calentara aún más. Ella lo miró por un segundo como si fuera una fiera y se acercó a su oído.

—¿Qué esperas? —Eso hizo que la piel de Byron se erizara, ella lo hacía sentir lo que ninguna mujer había hecho antes, eso lo intrigaba cada vez más. Estaba feliz de saber que era su esposa, sin más él sacó su miembro hinchado de su pantalón y lo posicionó para entrar, al principio Samara sintió un poco de dolor, no porque fuera virgen sino por el tamaño y el tiempo en el que no tuvo sexo. El se movía adentro de la chica y ella le pedía que acelere el ritmo por lo que por toda la habitación se escuchaba el sonido de sus cuerpos chocar y los gemidos por parte de ambos.