Herencia Rusa (Vendida A La Mafia Rusa 2)

(Narradora )

La mujer vestida con el kimono, volteaba de un lado a otro, había esperado durante años está oportunidad, no podría escapar pero ahora que el hombre se había quedado dormido, aprovecho la suerte, el pensaba que los años la habían vuelto sumisa, ella sabía que la muerte era lo que les esperaba.

Pero esa su única oportunidad, ella sabía la dirección de memoria y había esperado algo así, puso el sobre en el buzón y regreso corriendo, había tardado lo menos posible y para su mala suerte bel hombre se habia despertado, la miro molesto y el golpe hizo que la mujer aturdida callera de lleno al piso.

Hombre: Dónde estabas mujer estúpida.

No hubo respuesta

Hombre: Me debes la vida, así que no me hagas enojar, eres una buena para nada, así que métete al cuarto y no me hagas que te acomode la cara.

La mujer temerosa asíntio, limpio con cuidado la sangre que bajaba por su labio y con cuidado camino hasta la habitación, al menos el hombre no pudo adivinar de dónde venía y la carta era la esperanza que la mantenía con vida, ese hombre pagaría cada humillación y cada golpe, solo esperaba que la dirección fuera aún la misma, habían pasado varios años, eso debilitaba su esperanza.

El hombre entro en la habitación de nuevo y cerrando con llave la puerta, obligo a que ella cumpliera con sus obligaciones, esa era la única cosa por la cual ese hombre la mantenía a su cuidado, al menos por ese día, más tarde la regresaría a la casa silenciosa y le pediría a la encargada que le diera una lección de modales.

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Mientras tanto lejos de ese lugar una pareja platicaba con entusiasmo, la hermosa joven sonreía y el hizo la pregunta que le interesaba.

Emilio: eres muy hermosa, tu hermano debe de protegerte demásiado

Sayumi: Si lo hace, aunque su trabajo lo mantiene ocupado, el siempre está pendiente de mi

Emilio: Entonces es muy importante verdad?

Sayumi: si tiene una gran empresa de seguridad, se llama "Aura", porque tanto interés?

Emilio: No por nada, la que me interesa eres tú, es solo que quiero saber cómo es el, al menos para darme una idea.

Sayumi: Volviendo al tema, tu eres de Italia verdad?

Emilio: si mi padre adoptivo lo era, pero según supe mi padre biológico es ruso, aún que nunca lo he confirmado

Sayumi: Y tu madre, ella..- guarde silencio, parecía que el no quería hablar de ella

Emilio: mi madre desapareció mucho tiempo atrás, las personas que me criaron dicen que una persona la mato, era una mujer muy hermosa

Sayumi: Lo siento mucho

Emilio: no te preocupes, fue hace mucho y cada cosa que pase en este mundo se paga y así pagarán los responsables

La piel de Sayumi se erizo, no entendía porque las palabras del chico causaban nerviosismo, era como si de alguna manera sintiera el miedo, el chico la miro sonriendo y cambio de idea, dejo que la conversación fluyera, no supo cuanto tiempo paso pero era tarde y ella debía regresar, su hermano la mataría si supiera que llevaba horas con el hombre frente a ella.

El hombre se despidió de ella, beso sus labios, Sayumi se sintió extrañamente, no siguió y salió tan rápido como pudo, camino hasta el auto y se subió con la respiración pausada por la rapidez en la que llegó.

La mirada del conductor fue lo que más le sorprendió, estaba molesto y había una tristeza en sus ojos.

Raiden: El jefe me llamo un par de veces, porque te demorabas tanto, tuve que decirle que estaba con una amiga

Sayumi: porque estás tan molesto, parece que estás enojado y dime qué más te dijo

Raiden: que te lleve a casa y que cuide a su hermana, si estoy molesto, ese tipo no me da buena espina, no sé por qué aceptaste su invitación.

Sayumi: Gracias, por eso te quiero mucho Raiden tu siempre me cubres las espaldas.

Raiden: Para verte con ese hombre nunca más

Sayumi: porfavor - dijo suplicante

No hubo una respuesta a ese comentario,Raiden siguió adelante y mirando con tristeza la calle, el amaba a la chiquilla y sus palabras de súplica harían que el terminara haciendo lo que ella le pedía.

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(Narra Emilio )

Esa tonta había caído a sus pies, demásiado hermosa, demásiado inocente, cómo a mi me gustaba, la inocencia brillaba en sus ojos y eso solo lograba despertar su deseos más perversos, gracias a esa chiquilla había dado con el contacto perfecto para llegar a Caleb, entonces la compañía de seguridad mas importante de Rusia, cómo eran tan inteligentes, una gran fachada para la mafia.

Sonrió ampliamente mientras se adentraba en el jardín, avanzaba hasta la puerta y se dirigía hasta su habitación, era espaciosa, se quitó el horrible traje y se acomodo el pants, abrió la puerta escondida en la pared, entro con pasos firmes y el llanto de una mujer inundó la habitación.

Emilio: cierra la boca, no ves que me molesta tanto tus lloriqueos

Mujer: Porfavor, no, sabe déjame ir

Los gritos de la mujer fueron callados por la mano del joven, los moretones en la piel de la mujer hicieron que este se sintiera aún más molesto, un golpe hizo que la mujer perdiera el conocimiento por lo mismo.

La imagen de inocencia de Sayumi inundó su mente, se abalanzó sobre la mujer y sació sus ganas en su cuerpo, los sollozos inundaron la habitación, provocando una escena terrible, ese hombre eres miserable, la maldad corría por su sangre.

Cuando terminó salió d ella habitación, dejando inconsciente a la mujer, las marcas de las uñas en sus hombros y en sus manos le hicieron sonreír, le gustaba tanto cuando se resistían, nunca antes se sentía tan poderoso y en ese momento, el tener el dominio lo hacía sentir aún más poderoso.

Se sentó en la cama y miro su teléfono, sus planes iban tan bien, aún que no había repuesta de los rusos para pactar una junta con el, quienes se creían esos idiotas, el los iba a destruir, ellos estaban conectados con la muerte de sus padres y el haría que pagarán caro y por qué llevarse con el varias buenas experiencias, algunas con nombres de mujeres.

Más tarde la puerta sonó e hizo que este se extrañará, era la sirvienta, una mujer capaz de complacerlo, demásiado le entrego el teléfono.

Sirvienta: Es Reinaldo, dice que han estado queriendo contactarse con usted.

Emilio: Bien

La sirvienta desapareció con miedo, ese hombre era malvado pero que podía hacer el era de alguna manera alguien quien debías respeto y miedo, entro por la otra puerta hasta la habitación oculta, la mujer frente a ella estaba muy mal, con el botiquín en sus manos se acercó hasta sella y ayudo a limpiar sus heridas, con cuidado puso un poco de pomada en los moretones y cubrió con cuidado su piel desnuda, le dió a beber la botella de agua y con altura de su mano, trato de alimentarla, cuando la vio un poco mejor , se fue, siempre trataba de ayudar, pero sin que su jefe se diera cuenta o se volvería loco.

"Cómo que esto ya había pasado "