**Saga Vannecelli**
Uzziel Vannecelli, futuro líder de la organización italiana, es un hombre carente de empatía, caracterizado por rasgos psicopáticos. Su único vínculo emocional verdadero radica en su familia. Desde su infancia, ha sentido una conexión especial con Ángela Müller, hija del sublíder alemán. La inocencia y pureza de Ángela lo obsesionan, llevándolo a desear despojarla de su esencia pura. Por otro lado, Ángela anhela consagrarse a Dios y, en dos meses, tiene planes de convertirse en monja. La pregunta que prevalece es si Ángela logrará cumplir su vocación religiosa o si Uzziel interpondrá su camino. ¿Quién prevalecerá en esta contienda: el bien o el mal?
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Capítulo 20 pueblo
Uzziel Vannecelli
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-Salgo de la habitación y me dirijo hacia la terraza, donde comienzo a dar instrucciones para que todo esté listo para nuestra salida. Tal vez salir un rato nos ayude a distraernos un poco, ya que estar encerrado me irrita. Pasados diez minutos, escucho la voz de Ángela.
Al voltear, la observo con un vestido que, en mi opinión, es demasiado corto. Le comento, con un toque de sarcasmo- ¿No había otro vestido más corto?.
-Ella responde-Sí, había. ¿Me regreso a cambiarme?.
- Mientras me acerco a ella, le digo con voz firme- No quiero que uses ese vestido; ya te lo había mencionado.
- Ella responde con fastidio- Te recuerdo que estos son los únicos que tengo. Mi vestido de novicia quedó dañado, y el único vestido largo que tenía tú lo estropeaste. Solo me queda esto, que imagino compraste tú. ¿Por qué te molesta?
-Suspiro con pesadez; tiene razón, pero empiezo a arrepentirme de salir. No deseo que ningún hombre la vea vestida así, pues llama demasiado la atención. La escucho decir que se cambiará de ropa, y le respondo- Cuando lleguemos al pueblo, compraremos vestidos.
-La tomo de la mano y subimos al yate que nos esperaba. Aproximadamente 40 minutos después, ya estábamos en el pueblo por la tarde. Noto cómo Ángela observa cada rincón del lugar. Aprieto su mano con suavidad. Ella me mira, pero no dice nada.Dirijo mi mirada hacia Isais, el encargado de seguridad, quien tiene claro lo que debe hacer. Comenzamos a caminar y el pueblo se presenta de manera agradable; la atmósfera es casi festiva, con una gran concurrencia de personas, ruido y niños corriendo por doquier. Esto me resulta un tanto molesto, pero, en contraste, Ángela parece emocionada. Continuamos nuestro recorrido hasta llegar a un restaurante. Al entrar, un mesero se acerca, nos saluda y nos conduce hacia una mesa. El mesero nos entrega la carta y menciona la especialidad de la casa. Dirige su mirada hacia Ángela y comienza a hablarle; ella le sonríe y responde. Yo aprieto mi mano, abrumado por un deseo intenso de desquitarme con él por la forma en que no deja de sonreír. Miro hacia Ángela y la noto tensa. Tomo su mano con una sonrisa y le digo-Esposa mía, decide pronto qué te gustaría elegir, el mesero necesita saberlo, ¿verdad?
- Luego, dirijo una mirada seria al mesero, sintiendo un fuerte impulso de matarlo. Él responde con un tono agudo-Sí, señor.
-Ella, sin dirigir la mirada al mesero, la desvía rápidamente hacia el menú y solicita el plato del día; yo hago lo mismo. El mesero se retira y, aprisionando su mano, le digo-Comporta te, Ángela, no me hagas perder la paciencia.
-Ella replica- No estoy haciendo nada malo, solo estaba siendo amable.
-Le respondo, irritado-Con el único que puedes ser amable es conmigo.
-Ella arquea una ceja y dice- ¿Amable contigo? Te recuerdo que me tienes secuestrada. No vuelvas a decir que soy tu esposa.
- Acariciándole la mejilla, le digo-Puedo expresar lo que desee y tengo la capacidad de hacer realidad que te conviertas en mi esposa y permanezcas a mi lado el resto de tu vida.
- Ella se ríe a carcajadas y responde-Primero debo enamorarme profundamente de un psicópata para aceptar casarme contigo y pasar mi vida a tu lado. Y eso solo sucedería si estuviera loca. Así que no sueñes, lo único que siento por ti es lástima y repudio.
- Le contesto con serenidad-Sin embargo, hay un sentimiento hacia mí que trasciende, y esa mezcla de lástima y repudio podría transformarse en amor. Sé cómo reaccionas con solo un roce.
-Ella abre los ojos, suelta mi mano y aleja su rostro de la mía. Cuando intenta decir algo, llega el mesero con la comida. Pasados unos minutos, terminamos de comer y salimos del restaurante para continuar explorando el pueblo. Al ver una tienda de ropa femenina, decido entrar con ella. Ella comienza a elegir vestidos, mientras yo me distraigo observando prendas de ropa íntima y selecciono varias, incluyendo una roja que me gustaría que usara cuando se entregue a mí. Sonrío de manera discreta y, tras un rato, salimos de la tienda. Reviso mi reloj y me doy cuenta de que son las 9 de la noche, lo que representa un riesgo regresar a casa. Por lo tanto, opto por quedarnos en un hotel, donde pasaré la noche en una habitación con Ángela por motivos de seguridad. -