El Heredero

Capítulo 20

Al siguiente día Alejandro despertó de muy buen humor, se veía radiante y todo eso solo de saber que estaba muy cerca de su amada Natalia. Consuelo le servía el desayuno, cuando Alejandro llegó hasta el comedor, al ver las sillas vacías se preguntó ¿por qué Consuelo solo había puesto un lugar en la mesa?.

—Buenos días joven Alejandro.—

—Buenos días, ¿y la señorita Sofía?—

—Ella y la señorita Natalia se fueron temprano, fueron a levantar una denuncia.—

—Pero Natalia debe estar en reposo, ¿las llevó Javier?—

—No, se negaron así que les pedí un taxi, dijeron que volverían más tarde.—

—Gracias Consuelo, sabes algo no me sirvas el desayuno. Necesito ir con ellas, me imagino que están en la comandancia.—

—Si, es al lado del palacio municipal.—

Alejandro salió sin esperar un segundo más, necesitaba estar ahí por si necesitaban algo. Al mismo tiempo Natalia y Sofía esperaban ser atendidas.

—¿En qué puedo ayudarlas?—preguntó el jefe de la comandancia

—Vengo a poner una denuncia por intento de homicidio en contra de Romina Juárez.—respondió Natalia mientras dejaba sobre el escritorio la bolsa con el cuchillo con el que intentó acabar con ella.

—Bien le tomare sus datos.—

Ella le narraba lo que había sucedido al agente y su secretario, esta vez le daría una lección a su hermana. Se arrepentía de no haberla denunciado cuando asesino a su cuñado, pensando en no dejar solas a sus sobrinas, pero ahora sabía que hubiera sido lo mejor. Alejandro llegó hasta ahí, encontrando a Sofía esperando a su tía.

—Sigue levantando la denuncia.—dijo Sofía

—Lees la mente al parecer.—

—Gracias por ayudarnos, pronto buscaré la manera de irnos.—

—No es necesario, me sirve la compañía estoy yo solo.—

Minutos más tarde salió Natalia, al ver ahí a Alejandro sentía más tranquilidad. Ahora debía sanar para poder irse de las tunas, no estaba bien que vivieran con el hombre que amaba, sobre todo porque ella no podía corresponderle.

Sin esperar más los del ministerio público fueron por Romina para ponerla en custodia por el intento de homicidio en contra de su hermana. Llamaron a su puerta, como siempre estaba en condiciones deplorables.

—Romina Juárez, está detenida por el intento de homicidio de la señorita Natalia Juárez.—

—Está loco, como cree que yo sería capaz de hacerle algo a mi propia hermana.—

—Como evidencia nos entregó este cuchillo, así que acompáñenos.—

—No, no iré a ningún lado lo que ella quiere es quedarse con mi casa y mi propiedad.—gritaba alterada Romina

Para su mala suerte en la sala aún estaba las gotas de sangre de Natalia, y el desorden de la pelea. La policía comenzó a recabar pruebas, ellos hicieron lo que correspondía llevarla presa. Romina forcejeaba con la policía para que la soltaran. Ya devuelta a la hacienda de Alejandro, llevaron a Natalia hasta su habitación.

—Sofía pídele a Consuelo que les traiga el desayuno o más bien la comida, por favor.—

—Si Alex.—

—Estuviste muy serio todo el camino.—expresó Natalia

—Me preocupé cuando se fueron, tú deberías estar en reposo. Además me sorprende que hayas denunciado a tu hermana.—

—Debí hacerlo hace años pero no tuve el valor, ella es una asesina.—

—Mi madre dijo lo mismo de ella, puedo saber el ¿por qué?—

Natalia le confesó todo lo que había ocurrido, incluso lo que ya sabía, que su padre había sido su amante, pero no sabía que Romina había asesinado a su propio esposo para salvar a su padre y que Alejandro al final la rechazó.

—¿Estabas enamorada de Heriberto?—

—No tuve el tiempo de enamorarme de él, Romina se interpuso entre nosotros, además yo era muy joven y tenía miedo.—

—Sabes yo no tengo miedo de amarte toda mi vida, sé que eres la mujer para mí. Todo lo que hemos convivido y que sobre todo que nos hemos conocido, me hace sentir seguro de estar contigo. A mí no me importa la edad, sé que el tiempo pasa y te prometo amarte así se llene tu cabello de canas, siempre te seguiré viendo hermosa.—

—Tu madre jamás lo permitirá, yo no quiero ser la causante de un distanciamiento entre ustedes.—

—Amo a mi madre y la respeto, pero a diferencia de Matías yo no soy el heredero de la gavia, no creo que haga tanto alboroto. Además ya no vivo en su casa, esta hacienda es mía o por lo menos eso dice las escrituras. Déjame hacerte feliz.—

—Esta bien pero hay que conocernos, ademas déjame recuperarme.—

—De acuerdo mi hermosa Natalia.—se acercó Alejandro para besarla tiernamente

Mientras tanto Alejandro padre estaba de viaje, como siempre y Cecilia tenía razón a sus sospechas. Seguía con sus romances, pero ahora se cuidaba más.

📲—¿Ahora que pasa Cecilia?—

📲—¿Que pasa? que no respondes, lo que estés haciendo no es mi asunto. ¿Estás con Elías y Vanessa?¿has visto a Matías allá?—

📲—No, no estoy allá. ¿Ahora que hizo Matías?—

📲—Se robó a la hija de la mujer esa.—

📲—Me alegra que no se deje manipular por ti y que luche por lo que le hace feliz.—

📲—Eres un idiota.—dijo Cecilia y terminó la llamada.

Alejandro movió la cabeza en desaprobación, unas manos jóvenes rodearon su cuello para abrazarse de él.

—Ahora que sucede en tu casa mi vida.—

—Creo que los planes de tu madre y mi esposa de casarte con Matías, se vinieron abajo.—

—Mejor, al que amo es a ti. Ya deberías divorciarte para quedarte conmigo.—decía Chantal mientras besaba el cuello de Alejandro

—Ella es quien no quiere divorciarse, pero algún día princesa. Me alegra que hayas convencido a tu madre de que ibas al cumpleaños de tu amiga en la capital para pasar juntos todos estos días. No sabes cuánto te extrañe.—

Alejandro comenzó a besarla hasta llevarla a su cama, tenían tres años de relación. Chantal lo quería solo para ella y la vida que podía otorgarle. Dieron rienda suelta a la pasión, mientras en la Gavia Cecilia estaba enfrentando sola los problemas con su hijo, se sentía inmensa su soledad.