Mi Peor Error Fue Conocerte

Elías

Estaba en mi despacho sentado esperando alguna otra información sobre el paradero de Lucía pero las pistas que se encontraban no nos llevaban a ningún lado, estaba frente a mí computadora viendo una y otra vez las grabaciones de la cámara de seguridad del momento donde Lucía salió de la casa, salió corriendo y no se sabía el por qué tenía ya tres días de desaparecida, no sabíamos donde ni como estaba, mientras estaba metido en mis pensamientos mi celular sonó a mi lado, era un número desconocido pero era de este país, respondí y del otro lado escuché a Lucía, sonaba triste y desesperada, cuando hable se tranquilizó un poco, me dijo que no sabía donde estaba y yo le dije que esperara en la línea mientras rastreaba la ubicación del celular, estaba comenzando a rastrear cuando escucho que un hombre habló y le preguntó a Lucía qué estaba haciendo, después de eso se colgó la llamada.

Creí que no había dado tiempo de rastrearla pero si, la ubicación me dirigió hasta una de las zonas más lujosas y millonarias del país, entonces las preguntas llegaron a mi mente, Cómo había terminado Lucía ahí? Qué pasó para que llegara ahí? Qué le habían hecho?, me tranquilicé un poco, ahora ya sabía dónde estaba ella, pero tenía que esperar más para poder ir por ella, sabía que si se encontraba en ese lugar, el dueño de la casa donde estaba, tenía que ser alguien influyente y tenía demasiado dinero, decidí ir a dormir y a la mañana siguiente le informaría al señor Mauricio para que comenzáramos a prepararnos e ir por Lucía, no le iba a informar a Marco por que desde su desaparición, noté que el era muy indiferente cuando tocábamos el tema como si no le importára.

Lucía

Escuché que Máximo salió de la habitación y deje de contener la respiración, sentía mucho miedo cuando él entraba o se quedaba a solas conmigo, sentía que cuando tuviera la oportunidad me tocaría y me quitaría lo que con tanto amor cuidaba, mi virginidad, comencé a llorar pensando en que Elías no había podido rastrear la llamada y seguiría aquí encerrada por más tiempo, sabía que no podía escapar, está jaula de oro sería mi "hogar" por un tiempo, no supe cuando pero me quedé dormida.

A la mañana siguiente desperté y escuché la regadera encendida, también había una bandeja con el desayuno a un lado de mí, iba a comenzar a comer pero en eso escuché que se abría la puerta del baño y salió Máximo con solo una toalla alrededor de la cintura, este se percató de que estaba despierta, agarró una bata para ponérsela y me dijo;

Máximo: Come tu desayuno, en ese closet hay ropa para que te duches y te vistas, eres libre de andar por la casa pero no puedes salir y tampoco puedes comunicarte con tu familia -dijo con autoridad

Lucía: No tengo familia -dije con la cabeza agachada

Máximo: Solo puedes salir al jardín trasero con compañía de alguien del personal -dijo ignorando mis palabras

Yo me quedé callada hasta que él terminó de vestirse y se fue dejándome sola de nuevo, no se porque pero después de hablar con él se me quitó el hambre y mejor me fui a dar un baño.

Terminé de bañarme y solo me puse ropa interior, una bata de baño y volví a la cama, me metí bajo las cobijas y comencé a pensar en todo lo que quería hacer antes de ser secuestrada y ya no podría lograr, me quedé toda la mañana en la cama hasta que escuché que se abrió la puerta de la habitación, instintivamente voltee rápidamente y comencé a temblar, pero vi que era una mujer de aspecto simpático y me dijo;

Sirvienta: Por qué no comiste nada mi niña?

Lucía: No tenía hambre -dije con la voz apagada

Sirvienta: Debes comer algo, el señor se va a enfadar si se entera de que no comiste nada aún -dice con preocupación

Lucía: Que se enoje entonces, ya nada puede ser peor en mi vida -dije con tristeza

Sirvienta: Por favor come algo, y trata de salir, puedes ir al jardín trasero -dijo con voz suave

Lucía: No quiero hacer nada y tampoco tengo hambre, gracias -dije volviendo a acomodarme en la cama

Sirvienta: Más tarde regresaré a traerte comida -dijo saliendo de la habitación

No me importaba lo que Máximo dijera o si se enojaba, yo quería mi libertad y si no la tenía preferiría morir.

Ay Lucía, tu vida la estas convirtiendo en un infierno tú sola