Alicia Vannecelli es una joven atractiva y optimista, llena de ilusiones. Uno de sus sueños es convertirse en doctora en pediatría, ya que siente una profunda afinidad por los niños. En secreto, está enamorada de David Müller, un sublíder de la mafia alemana. Sin embargo, considera que su amor es imposible debido a la diferencia de edades y al hecho de que él la ve como una niña. A pesar de esto, Alicia hace todo lo posible por conquistarlo, intentando cautivarlo con su encanto. Lo que ella no anticipaba es que el amor de David es tan intenso que se torna tóxico, transformando su vida a su lado en todo lo contrario a lo que ella había imaginado.
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Capítulo 19 El comienzo de los celos
Alicia Vannecelli
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Al llegar a la reunión familiar de mi estimada prima Kira, me sorprendió encontrarme con David, quien también estaba presente. Saludé a los allí presentes y, por supuesto, a David. No pude evitar sonreír; la emoción me invadió y esa sonrisa se mantuvo en mis labios. David es tan atractivo y cautivador que me vuelve loca. Al llegar al jardín, nos unimos a la familia Cooper, quienes se presentaron como una familia muy respetuosa. En ese momento, un joven se acercó a mí, tomó mi mano y, tras darle un suave beso, se presentó
—Mucho gusto, mi nombre es Laikan Cooper. ¿Cuál es su nombre, señorita?
—Mi nombre es Alicia Vannecelli —respondí.
Retiré mi mano de su agarre y noté que David me observaba, apretando su vaso. Su mirada era intensa y su expresión denotaba molestia. Dirigiendo mi atención nuevamente hacia Laikan, le respondí
—Fue un gusto conocerlo —dije para intentar concluir la conversación.
—El placer fue mío, hermosa Alicia. ¿Te gustaría tomar asiento a mi lado? —me preguntó.
Cuando iba a rechazar su oferta, seguía sintiendo la penetrante mirada de David. Al mirar otra vez a Laikan, evalué la situación. Escuché la voz de Liam que decía
—No puede aceptarlo, mi hermana se sentará a mi lado.
Él tomó mi mano y caminó hacia donde estaban mis padres. Le dije
—Liam, suéltame, no seas tan descortés.
—Y tú no seas tan confiada; no te alejes de mi lado ni del de mi padre, ¿entendido? —me respondió, claramente molesto.
Rodé los ojos, ya se estaba volviendo más fastidioso. Me acerqué a mis padres y, en ese instante, escuché el timbre de mi teléfono. Al revisar, vi un mensaje de David que decía —¡Debemos hablar! —y le respondí
—Sí, tengo que decirte algo.
Guardé mi teléfono en el bolsillo y todos nos reunimos en la mesa, sentándome al lado de mi hermano. Escuchamos la anunciada noticia de que Kira y Ethan se casarán en un mes y que esperan trillizos. Es una gran sorpresa; esta familia sigue creciendo, y las mujeres suelen tener dos, tres e incluso cuatro hijos, siendo bastante rara la ocasión en que solo tienen uno. Resulta algo abrumador. Tras disfrutar de algunos aperitivos y conversar, me acerqué a Kira en busca de su ayuda, ya que me resultaba complicado estar a solas con David mientras Liam estaba siempre a mi lado. Además, mis primos estaban al tanto de mis movimientos, por lo que acompañé a Kira hacia el interior de la mansión bajo la excusa de ir al baño. Al llegar al despacho, le envié un mensaje a David. Examino algunos libros y, un minuto después, veo que la puerta se abre. Es David. Coloco el libro en su lugar y me acerco a él. Él pasa su mano por mi cabello y se aproxima a mis labios, besándome con fervor, como si estuviera molesto, pero sin causarme dolor. Tras unos segundos, se aleja y, visiblemente enfurecido, me pregunta
—¿Por qué dejaste que ese idiota te besara la mano?
Quedé sorprendida. Sus ojos dorados se oscurecieron y su mirada adquirió una intensidad que parecía exigir una respuesta. Le respondí con desdén
—No esperaba que me besara la mano. Solo nos presentamos y estrechamos las manos por cortesía, nada más.
—Gatita, no quiero que le des la mano a ningún hombre, y tampoco que vuelvas a hablar con él, por favor. Ahora, ¿qué era eso que tenías que decirme? —acomodó mi cabello hacia atrás.
Me quedé atónita. ¿Se había puesto celoso por un simple beso en la mano? Jamás pensé que fuera celoso. Sin embargo, decidí sonreír y le dije
—En tres semanas viajaré a Alemania para buscar un apartamento en la capital, ya que comenzaré mis estudios allí.
Su expresión cambió drásticamente; sonrió, me abrazó y me dio un beso en los labios. Después, con gran alegría, me besó en la frente y exclamó
—¡Eso son excelentes noticias, preciosa! Podré verte todos los días.
—Sí, ya no soporto estar tan lejos de ti —le respondí.
Me incliné, tomé su mejilla y le di un beso, mientras él rodeaba mi cadera con los brazos. Nuestro beso fue delicado; cuánto había extrañado sus labios. Justo en ese instante, escuchamos a Kira hablar, y empujé a David. Sentí que el pulso se me aceleraba; mi padre podría estar afuera, y si me veía con David aquí dentro, podría ser un enorme problema. Observando el despacho, caí en cuenta de que no había ventanas ni lugares donde esconderme. En voz baja, le pregunto
—¿Qué hacemos ahora?
—Te ves tan hermosa cuando estás nerviosa. Informemos a todos que somos novios —me respondió con una sonrisa.
Él se dirigió hacia la puerta, pero corrí, lo tomé de la mano y le susurré
—No, espera, es muy pronto. Acordamos que te lo presentaría cuando cumplas 18 años; aún falta un año.
Él rodó los ojos, y me acerqué a la puerta para escuchar a Ethan y Kira, quienes estaban ayudándonos. Escuché pasos y Kira me pidió que saliera. Al hacerlo, la miré y le agradecí, luego dirigí mi mirada a Salvatore, que se encontraba serio, con los brazos cruzados. Lo observé con nerviosismo. Kira me indicó que debía ir al jardín, así que lo hice rápidamente. Al llegar, me situé junto a mi madre. A los pocos minutos, aparecieron David, seguido de Salvatore y Kira. Las horas transcurrieron y la reunión concluyó.
y todavía la kiere controlar en todo lo que ella hace y me imagino ke habrá salidas de ella con sus amigas y amigos y el no va a aguantar sus celos ..