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Alma Rota: El Despertar De Aria

Alma Rota: El Despertar De Aria

Status: Terminada
Genre:Amor prohibido / Romance paranormal / Atracción entre enemigos / Demonios / Cambio de Imagen / Poderosas criaturas sobrenaturales / Completas
Popularitas:2k
Nilai: 5
nombre de autor: Crisbella

Mi madre tenía una extraña obsesión: la vida después de la muerte. Y yo, que la amaba con locura, vivía aterrorizada por sus historias. Su amor incondicional por mí y por mi padre era nuestro universo, un refugio perfecto donde todo giraba en torno a la familia.
Mi padre, un hombre que se desvivía por nosotros, era la definición de lo que era una familia normal, hasta que ella hablaba. Hasta que llegaban esos días en los que, sin aviso, rompía la normalidad con sus historias sobre reencarnación y un destino que, según ella, ya estaba escrito. En esos momentos, nuestra vida perfecta se sentía como una frágil mentira, a punto de romperse.

NovelToon tiene autorización de Crisbella para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo XIX Visita inesperada

Punto de vista de Aria

Llevábamos días rodando sin parar por el país, y me di cuenta de que este viaje no era una huida improvisada. Parecía que mis padres tenían un plan desde hacía mucho tiempo, como si hubieran estado esperando este día.

—¿Pueden decirme qué está pasando? —pregunté, mi voz temblorosa. —Sé que me están ocultando algo, que hay mucho más en esta historia.

Mis padres se quedaron en silencio. Aunque intentaron disimularlo, vi el miedo en sus ojos.

—Claro que sí, hija. Cuando estemos a salvo, te lo contaremos todo —dijo mi madre, mirándome por el espejo retrovisor.

—No, quiero saberlo ahora. ¿Por qué huimos? ¿Y por qué Ethan quiso que me alejara de él?

Recordar a Ethan me partía el corazón. Si tan solo me hubiera escuchado, si se hubiera quedado a mi lado… todo esto sería más fácil. Pero en lugar de eso, huyó como un cobarde. Me quedé en silencio, viendo la carretera, tratando de ordenar mis pensamientos. Era hora de dejar de pensar en él y concentrarme en lo que me estaba pasando, en mis nuevos "dones" y en lo que debía hacer con ellos.

Finalmente, llegamos a casa de mi abuela Patricia, a quien no veía en años. Apenas salimos del auto, ella nos recibió con sorpresa.

—¡Alma, hija! ¿Por qué llegan sin avisar? —Sus preguntas se detuvieron cuando me vio. Su cara se descompuso en una mezcla de asombro y susto.

—Ella es tu nieta, madre: Aria —dijo mi mamá, con una nota de sarcasmo en la voz.

—¡El cambio ha ocurrido! —exclamó la abuela, caminando hacia mí con rapidez. —Eres hermosa, niña —comentó, dándome un abrazo que se sintió cálido y fuerte. —Por favor, entren, no se queden aquí afuera.

Ella nos hizo entrar en la gran casa, pero actuaba de forma extraña, sus ojos escaneando todo alrededor como si temiera que alguien nos viera.

—Gracias por recibirnos, suegra. No nos quedaremos mucho tiempo —intervino mi papá.

—No se preocupen por eso. Los estaba esperando. Sabía que cuando el cambio de Aria ocurriera, tendrían que salir del pueblo.

—Necesitamos descansar —dijo mi mamá. —Hemos conducido por una semana y la verdad necesitamos un respiro.

—Vamos, hija, te llevo a una de las habitaciones para que te des un baño y descanses. De seguro estás muerta de hambre y muy cansada.

La abuela me llevó al piso de arriba y me dejó en una habitación. Era incómodo la forma en que se me quedaba viendo, pero últimamente las personas me miraban así todo el tiempo.

—Gracias, abuela. Es muy amable de tu parte recibirnos en tu casa —le dije, sinceramente.

—No es amabilidad, Aria —dijo con voz grave, cerrando la puerta con cuidado detrás de nosotros. Me sorprendió su cambio de tono. —Es el deber de la sangre.

Sus ojos, que se veían idénticos a los de mi mamá, se movían sin cesar, revisando cada rincón de la habitación.

—Tienes que entender algo, niña. No estamos a salvo. No importa a dónde vayas, ellos te encontraran.

—¿Quiénes? —pregunté, sintiendo un nudo en el estómago.

Mi abuela no respondió. En lugar de eso, se acercó al espejo de cuerpo entero que había en la pared.

—El cambio no es solo por fuera, Aria. Te lo digo por experiencia. Te han convertido en un faro que ellos pueden ver a kilómetros de distancia. La gente te mira porque sienten tu poder. Pero ellos te miran para cazarte.

El miedo me invadió al escuchar esa palabra: "cazarte". Mis padres no me habían contado nada de esto. La abuela se giró hacia mí, su rostro serio.

—El espejo no solo muestra el reflejo, Aria. Muestra la verdad. Tu cambio no es únicamente en tu cabello o tus ojos. Es tu poder. Es la luz que ellos odian.

Me tomó de la mano y me llevó frente al espejo. Me miré, mi nuevo cabello dorado y mis ojos azules, pero esta vez, había algo más. Una luz tenue parecía brillar desde mi piel, un resplandor apenas visible que se movía con cada respiración. No era una luz física, sino algo que sentía en mi interior.

—Ahora, dime, ¿qué ves en tu reflejo? —me preguntó mi abuela con los ojos fijos en los míos.

Ella tenía razón, en el espejo no solo podía ver mi cambio exterior, algo dentro de mí también cambio era como una nueva yo hubiera nacido.

—Abuela, ¿está realmente soy yo? Cuando me miró al espejo no logro reconocer a la mujer que veo. Me siento perdida dentro de mi propio cuerpo y no puedo encontrarme. — Dije con un rastro de tristeza en mis ojos

—Solo tienes que fijarte bien, la que eras tú antes del cambio sigue ahí no lo olvides cuando te toque tomar la decisión.

—¿A qué te refieres con eso?

La abuela no pudo contestar, ya que la puerta de mi habitación se abrió dejando pasar a Marcelo, mi tío.

—A penas supe que mi amada sobrina estaba en la ciudad corrí a verla. — Dijo mirándome a los ojos y por primera vez una persona no me vio como si fuera una extraña.

—¡Tío! — Exclame corriendo hacia él.

—Mi princesa, estás hermosa. Tenía tantas ganas de volver a verte. — Dijo alzandome en el aire dando vueltas conmigo.

Mi mamá entró a la habitación junto a mi papá y la esposa de mi tío. Detrás de ellos escuché la voz de una joven.

—Mi querida prima, como has cambiado. — Comento con ironía

Verónica mi prima y yo nunca nos habíamos llevado bien y después de que mis padres me llevarán a ese pueblo no nos volvimos a hablar, ella es casi de mi edad solo mejor que yo por unos meses.

—Verónica, es un gusto volver a verte. —Respondí sinceras. La verdad pensé que su odio hacia mí había desaparecido y que ahora podíamos ser amigas.

—Lo mismo digo. — Su respuesta llena de sarcasmo me demostró lo equivocada que estaba.

Sin embargo, la reunión familiar terminó cuando escuchamos el sonido del timbre de la puerta principal.

—¿Esperas a alguien? —Pregunto mi mamá a la abuela.

—No, pero debe ser algún vendedor.

Bajamos a ver de quien se trataba, mis padres estaban a la defensiva manteniéndome oculta tras de ellos.

Mi tío fue a abrir la puerta y desde la sala pudimos escuchar la conversación con el invitado inesperado.

—¿Sí, diga a quien busca? — Pregunto mi tío.

Cuando escuché la voz de quién había llegado me zafe del agarre de mi padre sabiendo de quién se trataba. Mi corazón se me quería salir del pecho haciéndome sentir con esperanzas nuevamente. Frente a mí estaba Ethan, quien me miraba con los mismos ojos de antes.

—Necesito de tu ayuda. — Dijo antes de caer al suelo, una herida notoria llevaba en su espalda.

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Lilybell Larrosa
buena lectura. mi pregunta no que ellos viven frente a frente y a qué llevo en moto a Aria....está buena está historia /Heart//Rose//Heart//Wilt//Good/
Lilybell Larrosa
chismoso /Joyful//Sneer//Facepalm//Curse//Yawn//Smirk//Brokenheart//Heart//Brokenheart//Good//Bomb//Good//Bomb/
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