"UN AMOR PROHIBIDO QUE NO MUERE
Kostas conoce a Athina, la hijastra de su hermana, en una boda. Es amor a primera vista, pero la edad y la relación familiar lo convierten en un tabú.
Cinco años después, Athina es secuestrada y Kostas se convierte en su héroe. El amor sigue vivo, pero el pasado y los prejuicios amenazan con separarlos.
¿Podrán superar las barreras y luchar por su amor?
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Capítulo Diecinueve
Athina ya llevaba tres semanas trabajando con Constantin. Ese día, a primera hora, tenían una reunión con los proveedores de los paneles solares, y Constantin le había pedido el favor a ella que la iniciara. Ya que él se encontraba en Liverpool y no alcanzaba a llegar a tiempo.
Athina se despidió de su gordito y lo dejó con su amiga Ivet, que más tarde lo llevaría al jardín de infantes. Y se dirigió a la empresa acompañada de Marlon, pues el otro custodio se había quedado para acompañar a su amiga y los demás guardaespaldas estaban en Liverpool con Constantin.
El recorrido desde el penthouse hasta la empresa es de media hora; esa mañana no era diferente a las que ya ha vivido Athina desde que está en Londres, lúgubre y lluviosa como siempre. Unos diez minutos antes de llegar a la empresa, había un accidente, por lo que los autos debían desviarse por una ruta alterna. Marlon tomó una calle poco transitada, pero que acortaría el tiempo para llegar.
A esa hora de la mañana no había aún gente transitando por ese lugar; había unas bodegas y alguna que otra casa. Cuando iban llegando al final de esa vía para tomar nuevamente la autopista, de pronto una camioneta se les atravesó de frente y otra se les hizo atrás. Impidiendo que Marlon pudiera evadir el bloqueo. De las dos camionetas se bajaron varios hombres encapuchados y forcejearon la puerta donde iba Athina sentada. Marlon trató de defenderla disparando a los maleantes, pero lo superaban, así que fue en vano defender a su patrona; un disparo certero lo fulminó, dejándolo tendido a un lado de la camioneta. De esta manera sacaron a Athina a la fuerza y la metieron en la camioneta qué los bloqueó. Uno de los hombres le inyectó algo en su cuello y ella alcanzó a escuchar hablar a uno de ellos antes de perder el conocimiento:
—Jefe, ya tenemos a la esposa de Constantin.
...🌻🌻🌻...
Cuando Constantin llegó a la empresa, no vio nada anormal hasta que llegó a la sala de juntas. Esperaba encontrar a Athina dirigiendo la reunión y se extrañó al no encontrarla ahí. Solo estaba la pobre secretaria conteniendo a los proveedores que ya se querían ir, pues ya llevaban más de una hora esperando a Athina.
—Lisa, ¿qué pasa? ¿Dónde está Athina? —Constantin pregunta a su secretaria, pues no entiende por qué ella no está dirigiendo la reunión.
—Señor Vespa, la señora Silas nunca llegó. —Esto encendió las alarmas de Constantin. Sabe que su hermanita es muy responsable y puntual. Algo debió de haber pasado, pues de presentarse un inconveniente ella lo hubiera llamado y solo tiene una llamada de su secretaria, pero él venía en el jet, por eso apenas la vio.
Llamó al teléfono de Athina y este se iba a buzón, al igual que el de Marlon. Luego llamó a Ivet y esta le informó que Athina había salido hacia más de una hora del penthouse.
—¡Lisa! Suspende la reunión y llama a Lance. Lo necesito urgente con su equipo. —Lisa obedece las órdenes de su jefe y en menos de dos minutos estaba el jefe de seguridad de la empresa frente a él.
—Jefe, ya está aquí Lance. —Avisa Lisa y los susodichos entran.
—Lance, algo le pasó a Athina. Necesito que la ubiquen en el menor tiempo posible. —Lance y su equipo se sentaron frente al escritorio de Constantin y sacaron sus computadores portátiles.
—¿Viajaban en una de las camionetas de la empresa? —preguntó Lance.
—Sí, es la que tengo asignada al penthouse de ella. —Con este dato Lance buscó el GPS e inmediatamente mostró la ubicación.
—Está a unas cuantas cuadras. ¡Vamos! —Se levantaron y Constantin salió detrás de ellos.
Al llegar al lugar, vieron una escena aterradora. Marlon yacía a un lado de la camioneta en un charco de sangre, y Athina no estaba. Se la habían llevado y en el asiento que ocupaba estaban su bolso y celular.
—¡Se la llevaron, señor! Es un caso de secuestro —Lance dijo las palabras que Constantin no quería escuchar. Secuestraron a su hermana y él se siente tan impotente.
Inmediatamente tomó su teléfono y le marcó al jefe de seguridad de su tío Kostas. Solo ellos podrán ayudarlo a rescatar a Athina con bien.
📱 Porthos, con Constantin. Tengo una urgencia en Londres; Athina fue raptada hace más o menos una hora y media. Necesito de su ayuda.
📱Hola, Constantin. Qué terrible, ya mismo reúno el equipo y viajamos. ¿Ya han llamado los secuestradores?
📱No. Descubrimos que fue raptada al no tener noticias de ella. Buscamos su auto que está abandonado y su custodio fue ultimado.
📱¿Le aviso al señor Silas o le informa usted?
📱Yo le aviso.
Informarle a Athanasiau que su princesa fue secuestrada fue lo peor. Cuando Constantin le informó, estaba como un loco; al momento de colgar la llamada, salió hacia la oficina de Kostas, que casualmente esa semana estaba en Atenas. Athanasiau no pensaba, solo quería que esto fuera un sueño y del único que pensó pedir ayuda fue de Kostas; ni le pasó por la cabeza que tenía al mejor equipo de seguridad de toda Atenas.
—¡Kostas, ayúdame! Secuestraron a Athina en Londres. —Athanasiau entró abruptamente a la oficina de Kostas.
Kostas sintió que el piso se le abría a sus pies. ¿Athina fue secuestrada? ¿Acaso es una maldita broma? Pero al ver a su amigo tan angustiado, supo que no era ningún chiste. Inmediatamente pensó en Alicia y sus amenazas, pero rápidamente la descartó; ella no tiene tanto poder para secuestrar a alguien en otro país. Él temía que le hiciera daño, pero solo si Athina regresaba a Atenas; por eso daba gracias a Dios cada año que pasaba y ella no regresaba.
—Tranquilo Atha, te voy a ayudar, pero nos debemos calmar. Ya mismo llamo para que tengan el jet listo y viajamos a Londres. —En ese momento entró a la oficina Porthos junto a sus hombres.
—Perdón por entrar así, sin avisar. Karol me informó que estaban juntos y veo que ya están enterados de la situación con la señorita Athina. Debemos viajar ya mismo a Londres; cada minuto que pasa es un minuto que perdemos para encontrarla. —Esto último que dijo Porthos le dolió a Athanasiau y a Kostas, pero era verdad. Estaban en una carrera contrareloj.
Athanasiau solo se preguntaba quién podría haber secuestrado a su princesa y Kostas deseaba con todo su corazón que a su muñeca no le hayan hecho nada.
Su cobardía con Athina fue imperdonable, especialmente cuando ella volvió un año después para hablar con él. La falta de valor para enfrentar la situación y el miedo de lo que le pudiera hacer Alicia lo dejaron sin palabras. Y, ¿al final de que sirvió? no pudo protegerla de que alguien le hiciera daño.
Los hombres partieron a Londres y llegaron en la tarde directamente al penthouse de Constantin; allí el equipo de seguridad de él se reunió con el de Kostas para empezar con la búsqueda de Athina.
Mientras estos equipos se organizan, Athina se despierta desorientada y con un gran dolor de cabeza. Inmediatamente comprendió lo que pasó: fue secuestrada.