Amargas Mentiras

Mientras tanto en la villa Brown, Felipe entró hecho una fiera.

¡Tío...!

Gritó el joven, y como no le vio por ningún lado subió las escaleras en busca de Benjamín.

¡Tío, ven a darme la cara!

¡Te estoy hablando y será mejor que salgas o entraré y yo mismo te sacaré!

Exclamó Felipe frente a la puerta de la habitación de Benjamín, Esta vez Felipe, no piensa pasar por alto las desagradables mañas de su tío.

¿Por qué tanto alboroto?

Preguntó Ruth con desagrado, los gritos de Felipe se lograban escuchar en cada rincón de la villa, y en la planta baja, hasta los empleados se encontraban observando.

¡Felipe ¿Qué quieres? ¿Por qué gritas en mi puerta?

Finalmente, Benjamín abrió la puerta y decidió dar la cara, esto solo fue porque escuchó a su madre junto a su sobrino y si no salía Ruth creerá lo todo lo que diga Felipe.

¡Sabes muy bien lo que hiciste, le faltaste el respeto a nuestra nueva cliente, Sabes la importancia de este contrato!

¡No sé, dé que me hablas!

-¡Yo no le he faltado el respeto a nadie!

¡Por supuesto que lo hiciste Ivana jamás mentiría!

En ese instante Benjamín esbozó una sonrisa y preguntó con un tono de burla;

¿Estás seguro de que jamás te mentiría?

¡Porque hasta donde sé, la chica ya te engaño una vez y no solo a ti a mi querido Alex también!

¿O acaso no estamos hablando de la misma mujer de hace siete años?

La mirada de Felipe se oscureció al escuchar lo dicho por su tío.

¡Ella estaba temblado de miedo! ¡La acosaste y no creo que Ivana se inventara eso!

¡Eres muy ingenuo mi querido sobrino deberías tener cuidado, porque a como vas, ya casi te vuelve a llevar a la cama!

Benjamín no había terminado de hablar cuando sintió el puño de Felipe en el rostro,

-¡No seas imbécil! ¡Y no quieras evadir tu responsabilidad!

Benjamín estaba por devolver el golpe cuando de pronto Ruth se colocó en medio de los dos. Luego miró a Felipe y preguntó;

¿Estás seguro de lo que dices?

La Sra. Ruth crio a Felipe desde que tenía once años, ella confía mucho en la palabra de su nieto, esto porque lo conoce más de lo que conoce a su hijo.

¡Abuela yo nunca inventario algo como esto!

Esa pobre chica llegó temblado a mi oficina, además ella no ha sido la única, anteriormente ya lo había hecho con una empleada.

¿Lo que dice Felipe es cierto? Le preguntó Ruth a su hijo.

¡Mamá no puedes creer esas falacias! La chica de la que habla Felipe es la misma que enviamos a la cárcel por robarle el dinero a mi hijo.

Ahora dime, tú ¿Le creerías a una ladrona?

¡No te expreses así de ella! Interrumpió Felipe con rabia en sus palabras.

La atmósfera de la villa se sentía pesada y amenazaba con ponerse peor.

¡Eso… vamos defiende a esa delincuente!

Quizás la defiendes tanto porque ella te iba a dar un hijo, es una lástima que lo perdió en la cárcel por ladrona.

Las últimas palabras de Benjamín fueron la gota que derramó el vaso y Felipe ya no pudo controlarse más, en ese instante los dos comenzaron una pelea, aunque Benjamín es un poco robusto, no puede contra el físico Felipe.

¡Por favor paren con esto, no está bien pelear entre familia!

Ruth gritaba para que se detuvieran, pero ninguno de los dos la escucha.

¡¿Por dios que sucede?! Yolanda venía llegando a la villa y no esperó encontrar semejante escándalo.

Una de las empleadas se acercó a ella y dijo;

Sra. Yolanda por favor llame a los de seguridad para que intervengan si no el Joven Felipe matará al Sr. Benjamín.

Yolanda se apresuró a llamar a uno de seguridad y un joven de inmediato intervino en la pelea.

Este chico se llama Samuel y es el único que puedo controlar al CEO.

Samuel sujetó a Felipe por la espalda y luego le recordó que Ruth no ha estado bien de salud y que un escándalo como ese la puede enfermar más.

Felipe detuvo su puño, y miró en dirección hacia donde se encontraba su abuela.

La Sra. Ruth, derramaba lágrimas, no le gustaba ver a su familia pelear; pero desde que murió Joaquín su familia solo así se la pasan.

El joven Brown de acomodo el cabello y le dijo al hombre que se encontraba tendido en el suelo;

-¡La próxima vez que le faltes al respecto a una mujer dejaré que te levanten una demanda por acoso sexual!

Luego volvió a mirar a su abuela y se disculpó por su actuar.

La Sra. Ruth no quería dejar ir a su nieto en ese estado así que se acercó a él para decirle;

¡Mi niño ven conmigo al estudio necesitamos hablar!

¡Ahora no abuela, no estoy de humor! Tras decir eso Felipe bajo las escaleras y salió del lugar.

¡Samuel ve con él, no lo dejes solo!

¡Con permiso Sra.! El joven corrió para alcanzar a Felipe y cuando por fin estuvo junto a él añadió;

¡Hoy si te hiciste sentir, ya me había dedo cuenta del problema, pero no quería intervenir!

Felipe lo miró y le paso las llaves del auto, resulta que Samuel es amigo de Felipe, pero él está de incógnito en la villa.

Mientras los dos salían del lugar, adentro todo seguía hecho caos Yolanda abofeteó la mejilla ya hinchada de su esposo y gritó con enojo.

¡Piensas seguir de libidinoso, te conozco de años y sé que Felipe tiene la razón lástima que no te destrozo el rostro así las mujeres te verán como un monstruo, aún no olvido que te encontré con una niña de veinte años!

Qué vergüenza que la señora Ruth tenga que enterarse esas cosas.

Yolanda sujeto fuertemente la oreja de Benjamín y lo llevo a rastras a la habitación, todos en la villa se dieron cuenta de los actos inapropiados de Benjamín.

Por su parte la señora Ruth miro a su alrededor y observo que hasta el jardinero se encontraba presente.

-¡Bueno el espectáculo ha terminado todo el mundo a sus labores y si alguien llega a comentar algo sobre el tema que se considere despedido! Ruth se apoyó en su bastó y se dirigió a su habitación,

¡Esto es una vergüenza, en que me equivoque con este hijo mío!