El Hermano De Mi Mejor Amiga

Luego de aquel abrazo, me soltó y Dijo.

-Me enteré que el viernes te graduas, ¡Y no sólo eso!. Que el sábado es tu cumpleaños ¿verdad?.-

- Supongo que Mary te dijo.- conteste rodando los ojos.

- No sabes lo mucho que me enloqueces cuando volteas tus ojos de ese modo, me dan ganas de ponerte en tu lugar, ¡Y no te imaginas de qué forma!.- Sus ojos brillaban tan intensamente que sentía que mi cuerpo quemaba.

Definitivamente me sentía atraída por él, más de lo debido. ¿Como es posible que solo un comentario logre poner todo mi ser a mil?.

- ¿Y porque no lo haces de una vez?.- Dije con una voz baja y algo seductora. ¡Santo cielo! Yo estoy realmente loca al decir estas cosas.

-.¡No me tientes! Aún faltan unos cuantos días.-

Paso la mano por su pelo alborotado.

_ Bueno, voy a cambiarme así que creo que ya es hora de que te vallas.- Está vez mi voz era algo molesta.

- ¿Estás segura de que quieres que me valla?.-

- Bueno, segura segura ¡No!. Pero supongo que debes tener mejores cosas que hacer que quedarte a esperar que yo me cambié.-

-.Mmmm, eso de esperar suena más atractivo que irme ¿No te parece?.-

- Bien, como quieras.-

Me dirijo hacia el clóset para sacar una sudadera y poder entrar al baño a cambiarme. Pero en ese preciso instante decido cambiarme justo ahí, frente a él.

Él escogió quedarse, ¡Pues bien! Yo escogí tentar al diablo en ese momento.

Me quedé justo de espalda, mirando hacia el espejo de mi clóset. Comencé a soltar los botones de mi camisa y de vez en cuando lo veía através del espejo. Era clarísimo que él estaba incómodo, sus ojos brillaban intensamente, relamia sus labios de vez en cuando y pasaba ambas manos por su pelo, pero no se levantaba de la cama.

De un solo movimiento yo retire mi camisa, quedando solamente en brasier. Éste era de color negro, luego procedí a retirar mis tenis y luego a desabrochar mi pantalón.

Justo antes de retirarlo sentí sus manos sobre mi cintura, de un solo movimiento me pegó contra la puerta y sin decir nada empezó a besarme, sus besos eran apasionados, descontrolados, feroces y exquisitamente sabrosos.

Sus manos comenzaron a acariciar mi espalda desnuda y con sus dedos hacia movimientos que sentía en mi vientre. Su paquete estaba casi saliendo de su pantalón, era clarísimo que ese hombre deseaba con ansias hacerme suya, ¡Y yo...! Yo lo deseaba aún más.

Sentí como sus manos bajaban por mi espalda hasta llegar a mis nalgas. Luego las apretó con tanto deseo que no sentía ningún dolor sino sentía placer.Con sus dos manos comenzó a bajar mi pantalón hasta que esté quedó en el suelo, nuestra respiración era cada vez más fuerte y de repente me soltó y se quedó viendo mi cuerpo de arriba, abajo.

- ¡Aaajjj! - Gruño.- Eres jodidamente hermosa.-

Volvió a besarme y poco a poco sentí sus manos bajar por mis muslos, luego de un tirón abrió mis piernas y con su mano izquierda tomo mi cuello; Con la otra comenzó a hacer círculos por encima de mis pantys y no dejaba de besarme con desesperación.

Sin decir nada más, introdujo sus dedos dentro del panty hasta encontrar ese pequeño lugar donde jamás jamás nadie había llegado.

Sus dedos encontraron mi pequeño Clitoris y comenzaron a bailar sobre él.

Mi cuerpo estaba sudando, mis manos agarraban muy fuerte sus hombros, mis labios no dejaban de bailar al són de los suyos y mis caderas de repente solo comenzaron a moverse.

Era clarísimo que mi cuerpo estaba inestable pero pedía mucho más.

De repente sentí cómo algo dentro de mí se contraía cada vez más y mis piernas comenzaron a temblar, intentaba safarme de sus toques pero el me presionaba más a la puerta y agilizaba más sus caricias.

- ¡Por favor Bernart!.- Suplicaba con mi voz más excitada y sucia que nunca.

- ¡Mmm! ¿Que quiere preciosa?.- pregunto muy agitado.

- ¡Te quiero a ti!.- Dije casi sin voz.

Y sin contestarme nada, siguió sus movimientos.

En segundos mi cuerpo estalló en un orgasmo, seguido de un gemido incontrolable, nunca antes vivido esto, nunca antes experimentado tanto placer.

Perdí el equilibrio total de mi cuerpo y en un abrir y cerrar de ojos Bernart ya me había acomodado en la cama.

- ¿Porqué paraste?. Por favor Bernart no quiero que pares, quiero que me hagas tuya.-

- ¡No! aún no. Te dije que iba a castigarte por voltear tus ojos cada que te enojas, Tu lo pediste, ahora si puedes cambiarte.-

- ¿Cambiarme?- Dije con tristeza.- ¡Bien! Me voy a dar un baño.- Está vez soné molesta. Me sentía frustrada, enojada, furiosa. No quería que él me dejara en ese estado. Como se dice vulgarmente ”Sin dárseme nada".

Me pare rápidamente de la cama y mientras caminaba al baño retire mi brasier. Al entrar al baño retire mis pantys que estaban muy húmedos. Procedí a llenar la tina. esta vez no de agua caliente como me gusta sino tibia, casi fría, necesitaba algo que me ayudara a bajar tanto fuego que quedó encendido dentro de mí.

Estando sumergida en el agua, con los ojos cerrados recordando lo que había sucedido minutos atrás, sentía como mi cuerpo se estremecía al recordar aquella sensación tan....Tan extrañamente tortuosa pero deliciosa.

Sentía pena, gusto, placer, molestia, todo estaba junto en mi cabeza.

De solo pensar que ese hermoso Adonis aún estaba allí me hacia sumergir más a profundidad bajo el agua, quería todo menos salir del baño.

Pasado un buen rato, salí de la bañera y me cambié, tome un poco de aire y decidí salir.

- Pensé que nunca ibas a salir del baño nena.- Bernart estaba de pie recargado frente a la ventana.

- ¡Pensé que te habías ido! - Dije sin mirarlo a los ojos.

- ¡No me iba a ir sin despedirme! - Se acercó a mí y agarro mi mentón obligándome a verlo a los ojos.

- Gracias por permitirme contemplar tu hermoso cuerpo, el domingo quiero que pases el día conmigo.- Sonrió.

- Bueno, te confirmo el sábado en la noche, si te parece me das tu número y nos comunicamos con más facilidad.- Al decir esto sentí como se me subió el calor a mi rostro.

- ¡Bueno! dame tu teléfono y yo te lo apunto.-

- Okay.- Le pasé mi teléfono desbloqueado y él apuntó el número.

Luego se despidió dándome un beso rápido en los labios y salió.