Una mujer de 25 años fue atropellada por un coche, dejando un rastro de sangre. Su nombre era Ayudhisa Calista Gunadya, proveniente de la tercera familia más rica del país, con un IQ de 180 y varios talentos, entre ellas taekwondo, karate, silat y muchas más.
Mientras tanto, en un hospital del mismo país, una chica de secundaria ha estado en coma durante una semana. Ella es Ayudhisa Ivana Adipta, perteneciente a la duodécima familia más rica. Ayu es una chica tímida, con acné, la última en su clase y víctima de bullying en la escuela.
Pero un día, esa chica despierta... solo que su alma ya no es la misma. Ahora es Ayudhisa, la mujer con innumerables talentos.
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Capítulo 18
Dhisa yang melihat keluarga Dajjal-nya linglung, tanpa basa-basi ia langsung naik ke arah tangga menuju kamarnya. Sementara keluarga itu melamun memikirkan ucapan Dhisa, Bella menyadarkan mereka.
“Papá, Mamá, vamos a llevar a los hermanos Awan y Langit al hospital,” dijo Bella, despertando a sus padres.
“Ah, sí, sí, vamos a apresurarnos,” Papá Damian invito a su esposa y tomó de la mano a sus hijos para dirigirlos al coche y acelerar hacia el hospital, ya olvidando lo que le habían dicho a Dhisa previamente.
La familia Damian se dirigió al hospital, mientras que en la casa, Dhisa estaba empacando para salir de la mansión del dueño del cuerpo. No olvidó llevar todo lo necesario y los artículos que realmente necesitaba, dejando de lado sus pertenencias inservibles, su viejo monedero y sólo tomó su tarjeta de identidad. Después de tener todo listo, llamó al chofer, el Sr. Supri, y a la Sra. Sari, la asistenta y cuidadora, para que la ayudaran a llevar sus cosas a su nuevo apartamento.
Media hora después, Dhisa, el Sr. Supri y la Sra. Sari llegaron al apartamento, llevando sus pertenencias hacia la sala del apartamento donde estaría Dhisa. La Sra. Sari, que no quería dejar a su ahijada, propuso seguir a su joven señora.
“Señorita, ¿puedo volver con usted, Señorita Ayu?”
“Está bien, Sari, pero ¿qué pasará con tu trabajo en casa de papá?”
“Renunciaré mañana, Señorita Ayu.”
“De acuerdo, puedes quedarte y ayudarme a cuidar este apartamento. Desde ahora, llámame Dhisa, ¿sí, Sari?”
“Está bien, Señorita Dhisa.”
“Está bien, ahora regresa a casa con el Sr. Supri. Aquí tienes este dinero para que tomes un taxi mañana y te vayas de esa casa de Dajjal.”
“¿Eh? ¿A qué casa de Dajjal te refieres, Señorita?” dijo la Sra. Sari, confundida.
“Sí, a la casa de papá Damian, ¿quién más puede ser? Hahahaha,” respondió Dhisa riendo.
“Ohhh. Está bien, Señorita Dhisa, me despido. Mañana vendré.”
“Perfecto, luego te enviaré la dirección por WhatsApp.”
“¡SÍ SEÑORITA!” respondió la Sra. Sari, levantando su mano a la sien en señal de respeto. Luego ambas rieron juntas.
“Recuerda, Sari, si la familia pregunta, solo di que salí anoche llevando una maleta en un taxi y que ustedes no saben a dónde fui. ¿Escuchaste, Sr. Supri?”
“¡Listo, Señorita!” respondieron el Sr. Supri y la Sra. Sari al unísono.
Después de que ambos regresaron a casa, Dhisa finalmente se sintió aliviada y se dirigió a su nueva habitación para viajar a través de los sueños, ya que ahora era la una de la mañana y mañana debería ir nuevamente a la escuela.
El reloj marcaba las 4:30 a.m., cuando Dhisa despertó y se dirigió al baño a lavarse los dientes y lavarse la cara. Luego se cambió a ropa de deporte, ya que planeaba entrenar su físico nuevamente para volverse más fuerte como en su primera vida. Dhisa solo correría por el parque cercano a su apartamento.
Una hora después, Dhisa terminó su carrera matutina y volvió al apartamento para prepararse para regresar a la escuela. Al llegar, Dhisa se duchó, se puso el uniforme y aplicó crema hidratante, polvo y tinte labial para verse más fresca, como una estudiante de secundaria. Su cabello lo dejó suelto con risos al final. Como toque final, se rocío con un perfume fragante.
Dhisa salió del apartamento y se dirigió a la parada del autobús, esperando el bus que la llevaría a su escuela, que, por casualidad, estaba a solo 10 minutos a pie de su apartamento, esperando 5 minutos antes de abordar el autobús hasta la parada más cercana a su escuela.
Al entrar Dhisa en la espaciosa sala de estar, con mármol reluciente y adornos de cristal en cada rincón, sintió nerviosismo. Pero todo eso desapareció cuando la alegre voz de Rosa resonó en la habitación.
Qué locura, dhisa. Mantienes a tu marido así en secreto. Estoy celoso, en serio.
El evento de deslizar las sillas y mesas terminó, finalmente se sentaron juntos mientras se abanicaban con sus manos.
Pero igual está buena la novela entrete 👏👏👏🌹🤩💗