RENACÍ EN LA DUQUESA VILLANA

Besos demandantes, acaricias duras y excitantes era lo que compartía la pareja que ahora estaba en la cama.

Benjamín estaba entre las piernas de Celia, luego de haber recorrido todo su cuerpo y dejarle evidentes marcas, al llegar al punto sensible de su mujer no tuvo reparo en romper la ropa interior y deleitarla con su boca, ella estaba enloqueciendo y al no poder resistir un clímax la azotó.

Luego de que su respiración se calmó Benjamín la volvió a besar y con sus dedos seguía preparándola

hasta que la pasión le ganó y sacó los dedos y comenzó a introducir su miembro lentamente al principio le dolió, pero enredo sus piernas en su cintura y lo incitó a seguir.

Cuando Celia se acostumbró comenzaron las embestidas profundas algo que le encantó porque su punto dulce era tocado continuamente, su esposo había sido bendecido no solo por tener un hermoso cuerpo y un rostro bello sino también por una gran maravilla entre sus piernas.

Sus cuerpos se entendían a la perfección no importaba la posición el placer era increíble luego de unas embestidas el clímax los atacó él salió de ella acostándose a su lado ambos con la respiración entrecortada.

Celia se subió encima de Benjamín cuando descanso lo suficiente y se dispuso a liderar la segunda ronda acariciaba y arañada el pecho y abdominales de su esposo mientras daba sentones fuertes y rápidos.

Esta vez no había nadie que los detenga estaban cubiertos de deseo y no podían aguantar más, muchas rondas y clímax acompañaron a la dichosa pareja.

La lujuria contenida se dio rienda hasta entrada la media noche donde el cuerpo de Celia agoto por completo sus fuerzas tanto que Benjamín tuvo que bañarla y ponerle ropa.

Ambos estaban cansados, pero muy satisfechos tanto que durmieron hasta el medio día donde al despertar por fin recibieron una comida decente.

El primero en despertar fue Benjamín que estaba muy complacido en observar dormir a su agotada esposa, así que decidió salir de la habitación sin hacer mucho ruido debía dar indicaciones para poder tomarse un descanso.

Los días que Celia lo evitó él estuvo adelantando el trabajo urgente que necesitaba su atención con el propósito de poder tener tiempo libre y llevar a su esposa a visitar un lugar y hablar con alguien muy importante en su vida.

Al despertar Celia se encontró con una maravillosa vista, su esposo sin camisa mostrando su perfecta espalda que la cual tenía múltiples arañazos que la hicieron sentir notablemente orgullosa tanto que quiso levantarse.

Pero no pudo evitar lanzar un quejido debido al dolor de sus caderas y de su parte noble que la hacían caminar de forma extraña, Benjamín al escuchar el sonido volteo y se encontró con la escena de su esposa caminando como bebé recién nacido en su dirección.

Ya conocía un poquito el carácter de su mujer y sabía que el dolor no era placentero por lo que se acercó y la cargo con cuidado a una mesa donde tenía comida para ella.

Estaba seguro que iba a renegar por el dolor y trato de ser suave, pero ella por supuesto pedía más y el por ser tan buen esposo la complació y ahora tenía que soportar sus quejas y reproches que no hacían más que resultarle graciosas.

Todavía se encontraba sentada encima de su esposo y en medio de besos y caricias terminó con su desayuno y su hermoso hombre la ayudo a llegar al baño y vestirse aunque esto si podía hacerlo le gustaba el trato de este.

Mientras la ayudaba con la ropa le comento sobre el viaje, pero quedaron a ir al día siguiente para descansar lo que restaba del día.

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Este capítulo no me agrado del todo, espero les guste, no soy buena en este tipo de escenas.