Nadie esperaba que él todavía estuviera vivo, todos pensaban que ya estaba muerto. Sin embargo, había crecido hasta convertirse en un hombre peligroso.
Adam Alvarez o más bien Marvin Leonardo, el hombre de 28 años era un gélido mafioso, su habilidad para conquistar a sus enemigos le había valido el apodo de Hombre Peligroso. Pero fue una cicatriz en su pasado que lo había vuelto tan cruel.
Cuando era niño, él y su madre fueron abandonados por su padre, simplemente porque su padre ya tenía otra mujer, incluso esa mujer tenía una hija fruto de su relación ilícita. Todo terminó en el asesinato brutal de su madre.
Por eso, Adam usa a Nadine Leonardo, la querida hija de su padre, como instrumento para vengarse de su padre. Adam no perdonará a nadie que haya estado involucrado en la muerte de su madre.
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Capítulo 18
En Australia, el tío Theo contemplaba un cuadro cubierto de polvo en una sala de almacenamiento. Limpió el polvo del lienzo, revelando el hermoso rostro de su antigua amante, Aline.
El tío Theo acababa de recibir noticias de su asistente de que Aline se había casado.
"Así que ahora estás casada, Aline. Espero que vivas felizmente con tu esposo", murmuró suavemente el tío Theo.
El tío Theo era un niño adoptado; sus padres anhelaban tener un hijo. Debido a que sus padres biológicos desaprobaban su relación, su madre Rena fue renegada por ellos. Por lo tanto, le dejó su herencia al padre adoptivo Marvin, quien tenía derecho a todo.
Desafortunadamente, los deseos del tío Theo no se hicieron realidad. Su ex amante Aline sufría mucho en su matrimonio con Markus; incluso ahora yacía postrada en la cama, temblando de fiebre, soportando dolor en todo su cuerpo, envuelta en gruesas mantas.
Una lágrima rodó por la mejilla de Aline. Si tan solo no se hubiese rendido, ahora podría vivir felizmente con Theo y su hija Nadine.
...
Esta noche, la familia Leonardo cenaría con la familia del señor Dafa, el pretendiente de Nadine, para discutir los planes de matrimonio para ella y Damar.
Nadine permanecía mayormente en silencio, escuchando la conversación de su padre con el señor Dafa. Su corazón estaba lejos de estar alegre, envidiaba a las mujeres que podían elegir libremente a sus parejas de vida, expresar su opinión, rechazar lo que no les gustaba y aceptar lo que les agradaba.
La vida de Nadine estaba llena de presiones por ser perfecta, por asombrar a todos. Sin embargo, no era tan impecable como la gente imaginaba.
Su atención se desvió al informe televisivo: se había hecho un descubrimiento impactante en la ciudad capital.
"Hoy, la ciudad se sorprendió al encontrar bolsas con 10 millones de efectivo en los porches de muchos ciudadanos empobrecidos. El benefactor anónimo ha dejado a todos profundamente agradecidos, algunos de los cuales llevaban días sin comer por falta de dinero para comprar arroz. La comunidad está curiosa por conocer la identidad de este misterioso buen samaritano."
"No es todo; hoy hemos recibido informes sobre un 'ángel guardián' que rescató a 20 niñas jóvenes de las garras de la trata de personas, evitando su venta en el extranjero. Lamentablemente, no se ha visto claramente el rostro de su salvador, y las niñas aún no han sido interrogadas debido al trauma que han experimentado."
El señor Rama observaba las noticias con asombro. "¿Podrían ser falsas estas historias? ¿Puede existir en verdad alguien tan heroico en este mundo?"
El señor Dafa se rió entre dientes. "¿Quién sabe? Es como sacado de un cuento de hadas." Pero pronto su sonrisa desapareció y pareció disgustado con las noticias del día.
Sonya, mientras tanto, abrió los ojos reconocedora: había escuchado rumores de un hombre liberando a las niñas secuestradas por la banda conocida como Los Sangrientos.
*¿Quién podrá ser este hombre?* se preguntó Sonya en silencio.
Después de la cena, Damar invitó a Nadine a ver una película. Inicialmente, ella quería rechazarlo, pero Sonya aceptó en su nombre, obligando a Nadine a acompañar a Damar al cine.
Nadine no disfrutó de la película, ya que Damar egoístamente se entregaba a su elección sin tener en cuenta la preferencia de ella.
Después de la película, Nadine se sobresaltó cuando Damar estacionó su coche frente a un hotel.
"¿Por qué estamos en un hotel?" preguntó Nadine, frunciendo el ceño a Damar.
Damar sonrió astutamente, confiado en la inocencia y pureza de Nadine. "Ambos somos adultos, y estoy seguro de que entiendes mis intenciones. Además, pronto seremos esposos, querida mía."
Nadine, horrorizada, sentía cómo la ira surgía en su interior. "Lo siento, no puedo. Ya me has decepcionado, Damar."
Sin demora, abrió la puerta del coche y salió.
"¡Nadine, espera!" Damar la llamó, pero su estacionamiento irregular atrajo el pitido de un coche detrás de él.
...
Las calles yacían desiertas, complicando la búsqueda de un taxi por parte de Nadine.
"¿Por qué no pasa un taxi de una vez?" se preocupaba Nadine.
Podría llamar a un chofer de la mansión para que la llevara, pero temía enfrentarse a la ira de su madre Sonya, a la persona a la que más temía en el mundo, en lugar de encontrar consuelo en la presencia de una madre.
Nadine pensó en la señorita A, que no había contactado con ella, dejándola preocupada por la mujer que nunca había conocido.
Nadine envió un mensaje a la señorita A, aunque su teléfono permanecía inactivo.
[Señorita A, ¿estás bien? Hoy estoy muy triste y sola.]
Suspirando, Nadine miró la pantalla de su teléfono antes de guardarlo en su bolso. Envidiaba a una pareja que pasaba de la mano, preguntándose cómo se sentía ser mimada por alguien. Desde pequeña, la habían educado para actuar con madurez, nunca le permitieron llorar.
El repentino chapoteo de la lluvia tomó por sorpresa a Nadine, obligándola a buscar refugio apresuradamente, pero no había ninguno a la vista.
"¡Ah... por qué mi suerte siempre es tan terrible!" se lamentó.
Sorprendentemente, alguien la resguardó con un paraguas desde atrás. Se giró para ver quién era, sus ojos se abrieron de par en par al reconocer el rostro de la persona.
Era inimaginable que volviera a cruzarse con el hombre misterioso que una vez la ayudó, rogando no volver a encontrarse con él.
Marvin sonrió con suficiencia mientras observaba los ojos de Nadine, tan cerca de él. "Nos encontramos de nuevo, Nadine Leonardo".
Nadine tragó saliva, preguntándose si este hombre alguna vez la dejaría en paz si se volvieran a encontrar.
Aunque su mirada era fría, enviaba un temblor a su corazón, una mirada familiar para Nadine.
