Angela, una psicóloga promesa del país, no sabe nada de su familia biológica y tampoco le interesa saber, terminará trabajando para un hombre que le llevara directo a su pasado enterandose la verdad de su origen...
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CAPITULO 17
Los expedientes estaban sobre la mesa. Las carpetas abiertas, algunas con manchas de café. Lucas tenía los ojos rojos de tanto leer, pero no podía darse el lujo de parar. Lo que estaba en juego no era un juicio cualquiera.
Era la vida de un niño, el legado de una familia que había sido destruida en un solo vuelo.
Y Germán... ese tipo sabía cómo moverse. Había contratado a un estudio jurídico de renombre y, según rumores, ya estaba en contacto con medios para manipular las pruebas y corromper testigos.
—¿Por qué quieres la custodia de tu sobrino si ni siquiera estuviste el día que nació? —Lucas murmuro, como si Germán pudiera oírle.
Paso las hojas de los antecedentes. Un patrón se repetía: abandono, evasión, ambición. Germán había renunciado legalmente a sus derechos familiares cuando aceptó la fusión con la corporación. Había cedido incluso su apellido en algunos documentos para poder acceder al cargo. Ese sería uno de mis primeros puntos a explotar.
—No puede ser tutor legal de alguien cuya existencia ignoraste... —tomo su bolígrafo y subrayo ese párrafo—. Y mucho menos si tu única motivación es acceder a una fortuna.
Justo entonces, Luc entró a la oficina improvisada que le había prestado en la empresa.
—¿Alguna novedad? —preguntó, cerrando la puerta tras de sí.
Asentido, cansado pero firme.
—Sí. Voy a usar su la ambición que tiene contra él. Tengo actas notariales, declaraciones pasadas y contratos firmados donde Germán deja en claro que su prioridad fue siempre el negocio. Eso demuestra que jamás se interesó por Nacía ni por Matt. Además, ya comencé a hablar con los médicos que trataron a Matt tras el accidente. Quiero que el tribunal escuche cómo fue él quien desapareció en el momento más difícil, en ningún momento mostró interés en la recuperación de Matt.
Luc se quedó observó en silencio por unos segundos.
—¿Y crees que con eso bastará?
—No. Pero también tengo esto —le pasé una carpeta más delgada—. Un informe psicológico de Matt. Lo hice evaluar discretamente con una terapeuta de mi confianza, además Ángela ira como testigo. Hay claros signos de estrés postraumático. El niño necesita estabilidad, contención... no una figura fría que solo busca controlarlo.
Luc hojeó las páginas. Se le tensaban los músculos de la mandíbula.
—Germán no va a rendirse. Va a ensuciar a Miguel, incluso a Ángela si puede.
—Lo sé —respondí—. Pero yo tampoco voy a rendirme. Si ese niño cae en sus manos, no es solo dinero lo que perderemos sino toda la vida de Matt… Todo esto solo es para convencer al juez que Germán no sería una buena figura paterna, te recuerdo que solo tienes la custodia provisional y todavía no hemos demostrado lo pide el juez.
Lucas tomó aire. Le dolían los ojos, el cuello, la espalda… pero eso no importaba. Tenía una promesa que cumplirle a su amigo.
—¿Cuánto tiempo tengo? —pregunto Luc, con el pulso acelerado, mientras e pasaba una mano por el cabello.
Lucas revisaba su laptop, rodeado de documentos, audios, dictámenes. Era incansable. A veces me preguntaba si dormía siquiera.
—El juez dio plazo de 30 días desde la resolución de custodia provisional. Quedan trece.
Sentí un golpe sordo en el estómago. Trece días.
—¿Y si no demostramos un entorno familiar adecuado?
Lucas me miró directamente a los ojos, sin rodeos:
—Matt va a irse con Germán. Y no solo eso. Él podrá decidir su colegio, su entorno, su futuro… y lo peor: manejar su patrimonio como tutor legal hasta que cumpla dieciocho años.
Apoyé los codos sobre la mesa, exhalando fuerte, no podía fallarle a Matt
—El juez espera ver que Matt está rodeado de afecto, que vive en un hogar estable y tu estilo de vida no ayuda tanto que digamos. Hay informes filtrados de tu pasado: eventos, mujeres, escándalos menores estoy seguro Germán ya está usando eso.
—¿Y qué esperan? ¿Qué de la noche a la mañana sea un padre de familia con perro, chimenea y cenas en domingo?
—Sí. Eso exactamente —respondió Lucas con brutal honesto dada. Si queremos evitar que Germán gane, necesitamos mostrar una figura materna junto a ti. Una pareja. Un entorno familiar.
Luc se reí. Un sonido sin humor.
—¿Y de dónde saco esposa en trece días? ¿Pido una por catálogo o pedimos por temu?
Lucas no sonrió. Ni siquiera pestañeó.
—Hay una opción... —dijo con voz más baja, como si midiera cada palabra—. El juez no exige un matrimonio formal, solo la apariencia de estabilidad emocional y compromiso con el bienestar del menor. No estamos cometiendo fraude si alguien realmente se involucra en el cuidado de Matt, aunque sea simbólicamente.
—¿Quieres que le mienta al juez?
—Quiero que le des a Matt la única oportunidad que tiene de estar a salvo. Llámalo como quieras.
Cerré los ojos. Una imagen cruzó mi mente sin permiso: Angela.
La forma en que me sostuvo cuando no podía mantenerme en pie. La manera en que calmó a Matt en silencio, sin miedo, la noche que pasamos dormidos.
—Lucas... —dije, abriendo los ojos lentamente—. ¿Y si no tengo que inventar nada?
Él me miró, atento.
—¿Estás pensando en...?
—Angela. Ella ya está en la vida de Matt. Lo cuida como si fuera suyo. Está cerca, es coherente, fuerte… y Matt la adora.
Lucas asintió.
—Tiene sentido. Pero no será fácil. Germán va a atacarla. Ella tendría que estar dispuesta a entrar a esta guerra.
—Entonces hablaré con ella. Pero Lucas… no quiero usarla. No si esto no es real.
Lucas se inclinó hacia mí. Su expresión era más seria que nunca.
—Luc, si no estás dispuesto a fingir, entonces solo hay una forma: construye una familia de verdad.
Y por primera vez desde que todo esto empezó, no sentí el peso de un plan legal, sino el de una decisión humana. Y sabía que Ángela merecía una verdad, no un trato. Y Matt, un hogar... no una puesta en escena.
Luc se reclinó en la silla, exhalando. —Vamos contra el tiempo, ¿no?
—Sí. —dijo Lucas, mientras marcaba una nueva fecha en el calendario—. En exactamente doce días, la custodia temporal se acaba. Si para entonces no hemos armado un caso sólido, el juez puede decidir trasladar a Matt a una tutela provisional… y ya sabes quién está esperando esa oportunidad.
Luc se levantó, caminó hacia el otro estreno de mesa donde estaba una foto de Matt. Lo observó un momento.
—No dejaré que se lo lleve. Ni muerto.
—Entonces prepárate. Porque lo que viene no es solo un juicio. Es una guerra legal. Y esta vez, no será la excepción porque yo siempre gano.
Ese día se pasaron trabajando todo el día por que tenían planeado salir el fin de semana a visitar a una persona importante para Lucas, la señora Emma. Vivía casi fuera de la ciudad, le gusta la tranquilidad y la ciudad no es su lugar preferido que digamos.