No Seré La Patética Villana

En la mañana, Ross se había levantado temprano para alistarse y ponerse linda para ir a desayunar. Planeaba encontrarse por "casualidad" con el príncipe y así adelantar su historia de amor.

En la novela decían que Erick quedó deslumbrado con la belleza de Ross aparte de su bondad y fragilidad.

Mariana en su anterior vida nunca pudo desarrollar bien su personalidad por siempre estar padeciendo de su enfermedad, pero de lo que estaba segura era de enamorar a Erick, ella siempre lo creyó perfecto, amaba cuando su hermana le leía y contaba como arruinaban los planes malvados de Elizabeth, solo para salvar y proteger a su amada Ross.

Ella creía con todas sus fuerzas que Elizabeth intentaría dañarla ni bien tuviese la oportunidad.

Mientras se encaminaba al comedor vio ingresar a Elizabeth y por un momento tuvo miedo de que la reconociera, ya que ella la había visto cuando la empujó al lago, pero Elizabeth le pasó por al lado y ni siquiera la miró. Esto dejo totalmente confundida a Ross, pero Elizabeth no le dirigió ni la mirá. Salió de sus pensamientos cuando vio cruzar al príncipe por el salón, así que creyó que esto era obra del destino, sin perder tiempo y con paso decidido, Ross se encamino hacía Erick, pero antes de llegar a él, fingió tropezar para así poder tener una excusa para poder entablar una conversación, había visto muchas películas y novelas que según ella utilizando esta técnica podían captar la atención rápidamente del protagonista, pero para su sorpresa, y lo que no espero fue que Erick se corriera y ella terminará en el piso. Fue sumamente vergonzoso ver cómo todos los que miraban la escena se estuviesen riendo de ella. En medio de su bochornosa escena, miró en dirección al príncipe y al ver que este ni siquiera la miraba, siguió la dirección en la que este miraba y se encontró con un grupo de chicas y en medio de ellas estaba Elizabeth, en eso el príncipe se dió vuelta y la miró con frialdad y molestia .

— Tenga más cuidado la próxima vez.— Fueron sus únicas palabras, pero antes de que Ross pudiera hablar, el príncipe se había marchado.

Ross podía sentir las miradas y las sonrisas burlonas de las demás señoritas, porque por supuesto que se habían dado cuenta de sus intenciones. Al no soportar más las miradas y risitas de burlas, salió prácticamente corriendo del salón preguntándose.

—¿ Por qué? ¿Por qué príncipe, si se supone que tú te enamoras de mi con solo verme?

Ella creía que con solo aparecerse frente a Erick, este quedaría enamorado como decía la novela, pero no contó con que el principe estuviese empecinado en conquistar el corazón de Elizabeth. Claro que esto ella no lo sabía aun, pero poco a poco se iba a dar cuenta que ella con Erick no tendría oportunidad.

POV Elizabeth.

Luego de una charla intenciba con las chicas nos dirigimos cada una a nuestras clases. Cuando ingresé al salón, paso algo parecido a lo que había pasado en el comedor, las miradas estaban sobre mí y para mi desgracia yo odiaba ser el centro de atención. Poco a poco se fue llenando el salón de alumnos, hasta que de pronto sentí como alguien ocupa el lugar vacío que estaba a mi lado. Miré a mi derecha y fue entonces cuando lo ví, nada más y nada menos que el principito en persona. Fastidiada ya por su actitud tan infantil pregunte.

— ¿No había más lugares vacíos alteza?.

— Ningún con tan buena compañía.

— Humm.. yo creo que solo quiere fastidiarme.

— ¿Por qué lo dice señorita Elizabeth ?

¿Es que acaso le molesta mi compañía?

— ¿Quiere que le sea sincera? ¿o prefiere una mentira? — Sonreí al ver que su rostro se torno confuso y antes de que él pudiera darme su respuesta el maestro llegó y llamó la atención de todos dándonos la bienvenida.

—Hola chicos bienvenido...

Narrador omnisciente.

Erick al ver la sonrisa ladina de Elizabeth empezó a interesarse más. No sabia por que nunca habia visto esta parte de ella, pero cada vez que lo desafiaba o lo intentaba ignorar le resultaba mas atractiva. Sin pensar más en eso dedicó prestar atención a lo que explicaba el maestro.

Llegó la tarde y ya habían terminado las horas escolares, así que Elizabeth estaba en compañía de sus amigas tomándose un descanso, después de un día bastante intensivo decidió ir al gran salón y compartir una taza de té con algunos postres con sus amigas. Todo era risas y cotilleo hasta que Erick tomó coraje y se acercó a Elizabeth para luego llamar la atención de todas las presentes diciendo.

—¿Señorita Elizabeth le gustaría dar un paseo por el jardín?— Había hablado lo bastante fuerte como para que no pudiera negarse.

Elizabeth al notar sus claras intenciones solo volteo los ojos en señal de fastidio y sin más remedio acepto su propuesta. Cuando llegaron al jardín Elizabeth freno en seco y habló.

— ¿Que quiere príncipe? ya le dije no hace falta fingir que yo le agrado para que todos crean que estamos comprometidos. Antes no le agradaba y así y todo todos sabían qué yo era su prometida.

— Ya le dije que no estoy fingiendo, yo en verdad quería dar un paseo por el jardín con usted. ¿Por qué no me cree?¿Tan difícil le parece creer que estoy intentando en usted?

— Perdón pero no, no le creo nada. Estuve años persiguiendolo para que por lo menos fuéramos amigos, y ahora que no estoy interesada en lo más mínimo por usted quiere hacerme creer que ahora sí está interesado en mí.

— No fue de pronto como usted dice, pero espere ¿me recuerda?, digo de antes del accidente. ¿Ya pudo recordarme? — Dijo Erick acercándose más a ella.

Y es ahí cuando Elizabeth se dió cuenta de que había hablado de más. Ella no era tonta, veía claramente las intenciones del príncipe al acercarse a ella en todo momento, o al invitarla a desayunar como lo había hecho la noche anterior, pero Luz no quería cae en las redes del principito. Era obvio que si las cosas seguían como la novela original en el momento que aparezca Ross, Erick se iba a olvidar de ella.

Elizabeth pensó rápido y respondió.

— Algo, no todo, pero recuerdo claramente que yo intenté ser su amiga, lo invitaba a tomar el té, le llevaba presentes y ustedes desprecio cada uno de mis acercamientos, así que ahora soy yo la que se quiere alejar de ustedes.

Erick al ver que estaba perdiendo la discusión, como ultimo acto de desesperó, se acercó a Elizabeth la rodeó de la cintura con sus brazos y acercó su rostro al de ella, luego miro sus ojos y estando así de cerca, habló.

—Pues me temo que no se va a poder por qué yo no voy a dejar que se alejé de mi. ¿Es egoísta? Si ¿Que en el pasado fui un idiota? también, pero no voy a dejar que se alejé de mí.

Elizabeth estaba embobada con la mirada tan penetrante que le dedicaba el príncipe, no le dió tiempo a responder cuando sus labios se juntaron en un beso lento pero a la misma vez sensual. Erick pego más su cuerpo al de ella para así poder sentir el calor de sus cuerpos mientras saboreaban sus labios. El beso cada vez subía más su intencidad, al principio Elizabeth quiso resistirse, pero luego lo pensó bien y prefirió disfrutarlo mientras duré. Se abrió pasó en su boca e introdujo su lengua y realizó suaves masajes con esta. Pudo sentir como Erick se sorprendió al hacer tal acto pero trato de seguir el ritmo. Se estaban quedando sin aire, así que sin más remedio tuvieron que separarse.

Al hacerlo ambos respiraban agitados.

Elizabeth lo miró nuevamente y está vez ella fue quien acortó la distancia, lo tomo de la nuca y volvieron a besarse pero este beso ya no era delicado era uno que estaba desbordado de pasión y lujuria.