Ana vive una vida monótona y sin sabor. ¿Estará dispuesta a dejarse llevar por la tentación?
NovelToon tiene autorización de Coralia R para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
FINGIR
A punto de entrar en casa me tomo un momento para despejar mi mente. Durante todo el viaje he pensado como abordar a Gonzalo y todas las opciones que analisé me parecen patéticas, no puedo llegar y decirle que anoche lo vi con otra mujer cuando se supone que estuve durmiendo plácidamente en nuestra cama, debería explicarle que hacía yo en la ciudad a esa hora y con quién estaba; también se me ocurrió decir que estaba con Nina pero no sería algo propio en mí salir de noche con nadie y mucho menos sin haberle contado previamente; entre tantos pensamientos, tuve la intención de contarle lo de Gabriel y pedirle que nos divorciamos pero esa opción la descarté rápidamente ya que es un absurdo pedirle que nos separemos solo porque pasé una noche con otro hombre, aún cuando ese hombre me ha revelado tantas cosas de mí misma y mis sentimientos han dado un giro de ciento ocnenta grados. Estoy en un callejón sin salida, lo único que puedo hacer, por el momento, es fingir que todo es normal y que no sé nada de nada.
Entro y lo encuentro parado en la sala con una gran sonrisa en su rostro, se nota que intenta actuar con normalidad, está nervioso, lo conozco. Inmediatamente camina hacia mí y me saluda con un gran beso.
__ ¡Querida, al fin llegaste! La cena está enfriándose.
__ Hola Gonzalo__ digo fríamente, no se me da muy bien esto de fingir__ disculpa la demora, me quedé hablando con Nina y... ya sabes, el tiempo vuela.
__ No te preocupes, ve a ponerte cómoda mientras caliento la comida.
Intento esbozar una sonrisa pero no lo logro. Ya en la habitación reviso mi teléfono, Gabriel no ha escrito ni me ha llamado, seguramente sigue molesto conmigo. Desearía haberme quedado con él en esa habitación.
Cambio mi ropa por un pijama, elijo deliberadamente uno que utilizo cuando estoy en mis días especiales y no hay posibilidad de sexo, ese debería ser un mensaje más que claro por si Gonzalo quisiera ponerse cariñoso, lo cual, a juzgar por su actuación de hace un momento atrás, es lo más probable. También me dará el respaldo para justificar mi mal humor, definitivamente no puedo pretender que nada ha pasado cuando nuestro matrimonio está visiblemente partido en dos.
Cuando regreso al comedor, mi esposo me sirve inmediatamente, está exageradamente atento y puedo notar que se lo comen los nervios.
__ ¿Cómo te fue anoche?__ pregunto sin rodeos. Palidece instantaneamente.
__ Anoche... eh... bien... fuimos a un bar con los muchachos... todos hombres... ya sabes... eh...
__ ¿Perdiste tu teléfono?
Mi pregunta lo desconcierta.
__¿Qué?
__ Que si perdiste tu teléfono, Gonzalo.
__ No cariño, ¿Por qué preguntas?
__ Porque me cansé de llamarte y escribirte durante toda la mañana y no tuve respuesta. La única explicación lógica que pensé fue que habías perdido el teléfono.__ mi tono es desafiante, he tomado el rol de la esposa celosa, obviamente que no tengo derecho pero él no lo sabe.
__ Lo siento mucho, cariño. Anoche bebí demasiado y he estado todo el día durmiendo para pasar la borrachera. No he revisado mi teléfono en absoluto. Perdón.
__ ¿En qué viniste a casa?
Otra vez se ve desconcertado.
__ En tren, por supuesto.
__ ¿Viajaste en tren ebrio?
Se ríe nervioso, quiere distender la situación pero yo no le doy lugar.
__ Un poco, sí... pero no hice papelones te lo prometo.
__ Gonzalo no puedo entender cómo es que estabas relativamente bien para viajar en tren pero no para responder una llamada. No soy tu madre que va a regañarte por beber de más, soy tu esposa y merezco por lo menos una señal de que estás vivo.
__ Lo siento mucho, mi amor, no quise preocuparte. Solo que mi estado no me dejó ver lo importante que era responderte. Te juro que no se repetirá jamás.
Me siento tan hipócrita y malvada, no tengo derecho a hacer reclamos y, sin embargo, los hago como si fuera la pobre esposa dolida y preocupada que debería ser. Pero no lo soy, quizás en otro momento, antes de conocer a Gabriel, habría actuado como lo hago ahora pero habría sido genuino. Me siento enferma, mi estómago está revuelto de pensar en lo descarados que somos los dos.
Dejo el plato de comida sin tocarlo, me voy a la habitación y me encierro en el baño. Gonzalo sigue mis movimientos y retuerce sus manos con desesperación, pocas veces hemos peleado y jamás ha sido por algo así. Necesito tiempo para pensar, ordenar mi mente, buscar valor para no confesar todo y terminar de una vez.
Deseo hablar con Gabriel, quiero que sepa que pienso en él y que, lejos de lo que seguramente imagina, no estoy enredada en la cama con mi marido haciendo el amor.
Le escribo un mensaje "Desearía haberme quedado contigo", pulso enviar y espero la respuesta. A los pocos segundos se marca el tilde que indica que ya lo leyó, espero ansiosa la respuesta, sin embargo pasan los minutos y nada. Escribo otro mensaje más "¿Estás enojado conmigo?", envío y espero, otra vez marca leído pero no hay respuesta. Por último, muy enojada por esa indiferencia deliberada y descarada tecleo otro mensaje más "Cuando se te pase el berrinche me escribes... pero no vale enojarse si leo tu mensaje y no respondo. Adiós", envío e inmediatamente marca leído, sin respuesta otra vez, apago mi teléfono muy molesta, evidentemente los hombres hoy se han puesto de acuerdo para sacarme de mis casillas.
Me meto en la cama y me tapo hasta la cabeza, no quiero saber nada con nadie, mucho menos con Gonzalo que se acerca con intenciones de hacer las paces, finjo dormir.
Al cabo de un rato se acuesta y rápidamente se queda dormido, tiene esa facilidad, siempre lo he envidiado, en cambio yo me enfrento a una noche de insomnio segura. Las cosas que pasan son muy graves como para poder dormir tranquila, he fallado a mi esposo y él me ha fallado a mí, pero ninguno de los dos puede decir nada sin ponerse en evidencia, lo más sólido que tengo es el reclamo por no haberme hecho saber nada de él en todo el día, cosa que debería quedar en el pasado luego de que me explicó y me pidió perdón, lo que él no sabe es que sé exactamente por qué no se comunicó.
Debo pensar como voy a actuar de aquí en adelante, de ello depende que se descubra todo de una vez o que mi matrimonio se base en mentiras.