MATRIMONIO ARREGLADO.

'Diana'

Un nuevo dia comenzaba, uno en el cual Sam y yo cumpliamos 1 año de casados, osea.. nuestro primer aniversario.

Pese a que espere que el estuviera sobre mi todo el día o que tal ves optará por comer juntos, el prefirió que adelantemos el trabajo y dejemos todo al día, ¿Porque? pues no lo se, lo único que si tengo claro es que en este momento se ha olvidado que el día de hoy era un día especial, aunque sea para mi.

- Sam, aquí te traje..- entre a su oficina y quede a medio hablar al ver a su ex novia allí dentro, pero no solo eso, ella estaba a su lado, tomando su mano y viéndolo con ternura.- Yo.. lo siento, no sabía que estabas ocupado.- Dije bajando mi mirada para luego dirigirme nuevamente a mi oficina.

- Diana, espera por favor.- Dijo detrás de mi pero no le tome importancia, entre a mi oficina y me encerré en ella para luego perderme en mis pensamientos.

¿Que quiere decir esto? ¿Acaso me ha mentido sobre sus sentimientos hacia mi y estaba saliendo aún con aquella mujer? ¿Acaso era verdad lo de que aquel trato aun seguía vigente para él? Porque eso fue lo que me dijo uno de sus amigos cuando me interceptó en el supermercado aquella ves que decidí ir sola.

...Flashback...

- Veamos, ¿que más me hace falta? - Dije mientras veía las góndolas y pensaba en lo que de seguro me olvidaba para la cena de la noche. Pese a que Sam quería que pongamos una cocinera para que tengamos más tiempo para nosotros, yo preferiría seguir siendo quien prepare nuestras cenas, solo para dejarle un bonito recuerdo con el cual él pueda recordarme todos los días.

- Am.. hola.- La vos de un hombre se oyó y voltee mi mirada a tras encontrando a uno de los amigos de Sam, quien no solo era uno de los que estaba en la fiesta sino que también era el mismo de la grabación que Sam me mostró. - Tu debes de ser Diana Monz. - comentó y voltee mi mirada nuevamente al frente evitando tener algún tipo de conversación con él. - Oye, quizás estés molesta conmigo luego de lo que oíste en la reunión que hubo en tu casa pero.. fue solo la verdad, no deberías de molestarte conmigo sino que deberías de estar molesta con Sam.

- Escucha.- Dije girandome a él y deteniendo mi andar.- *Sam me ha aclarado todo lo sucedido y con ello incluyo el hecho de que no me dejara guiar por los comentarios que tu o alguno de su círculo de amigos pudiera decirme.

- Si, se bine que pudo haberte dicho*.- respondió sonriendo de lado.- De seguro te dijo que esa apuesta la hizo antes de conocerte, antes de saber quien eras, ¿verdad? - preguntó pero me limite a responderle, luego de lo que oí en esa grabación no puedo permitirme creer en las palabras de este sujeto.- Ese es su plan.- agregó y reí falsamente.- *Se que eres una buena mujer y no mereces lo que ese imbecil quiere hacer contigo,debes de alejarte de él lo más que puedas.

- No tengo intenciones de llevarme por las cosas que tu digas, solo aléjate de nosotros y dejanos en paz*.- contesté para luego girarme he intentar marcharme.

- Bien, espero entonces que cuando él cumpla su cometido contigo.. luego no vengas llorando a decirme que tenía razón. - contestó y reí falsamente para luego voltear a verlo.

- ¿Porque debería de irte a llorar a ti? - pregunté con incredulidad.

- Mujer, ese hombre con el cual estas casada.. tiene una historia antes de ti, una de la cual no podrá olvidarse jamás y esa historia se llama Mía Richmond, su primer amor, su primera ves en todo.- Respondió para luego sobrepasarme.- Espero que entres en razón antes de que que termines peor de lo que estás.

...Fin del Flashback....

Luego de ello Sam comenzó a actuar distante de mi y hoy me llevó con la sorpresa de verlo nuevamente junto a esa mujer.

¿Será verdad lo que él tal Leonardo me dijo?

- Diana por favor, ábreme la puerta cariño.- lo escuche decir más sin embargo hice de cuenta que jamás golpeo a mi puerta y continúe con mi trabajo. Si en verdad él estaba jugando conmigo, no iba a darle lugar para que lo hiciera, no pienso caer ante eso.

Ahora que lo pienso, creo que si le hubiera dicho a Sam sobre la tenue charla que tuve con su supuesto amigo.. él hubiera hecho todo por no tener a aquella mujer en su despacho.

Luego de media hora trabajando, escucho unos gritos fuera de mi despacho y me asusto al escuchar como fuertes golpes se daban en mi puerta.

- ¡Ya Sam, detente! - escuché decir a aquella mujer.- ¡*No entiendo porque haces todo esto, ni siquiera la necesitas, me tienes a mi!

- ¡DIJE QUE TE ALEJES DE MI MALDITA BRUJA!¡NO TE QUIERO CERCA DE MI NI DE MI MUJER! ¡VETE*! - lo escuche gritar para luego seguir oyendo los fuertes golpes en mi puerta. - ¡DIANA! ¡ABRE LA MALDITA PUERTA! - Gritó y sin más remedio me dirigí a la puerta para luego abrirla y llevarme con una sorpresa.

-¡Sam! - Dije asustada al ver sus manos cubiertas de sangre.- ¡Por Dios! ¿¡Que fue lo que hiciste!? - trate de tomarlo de sus manos pero en su lugar el me tomo de la muñeca y me atrajo a su cuerpo mientras lloraba y me abrazaba.

- No lo hagas de nuevo, por favor.- Pidió mientras acariciaba mi cabello. - No quiero tener que estar distante de ti otra ves, tener que volver a pasar por lo mismo para recuperar tu confianza.- Añadí y fue allí cuando entendí que aquel sujeto y esta mujer seguían con su plan de separarnos, ella quería todo lo que fuera de Sam y por ello estaba empecinada en seguirlo.

- Sam..- habló la mujer, pero antes de que diga más entro a mi oficina junto con él y sin darle tiempo a avanzar cierro la puerta en su cara.- ¡Oye, ábreme! - la escuché decir desde afuera pero no le tome importancia.

- Sam, sueltame, necesito curar tus manos y si no me sueltas no podré hacerlo.- Dije mientras acariciaba su espalda.

- No quiero ni necesito curar mis manos.- Respondió mientras me abrazaba con más fuerza.- *Juro por lo que más quiera en esta vida que ella entró a mi despacho sin siquiera darme la posibilidad de despachar la, para cuando quise reaccionar tu entraste y.. pensaste cualquier cosa.

- Sam..

- Apenas había llegado y se acercó a mi pidiéndome una oportunidad, diciendo millones de sandeces pero.. cuando quise decirle que se marchara, tu entraste y..

- Lo se*. - Lo interrumpi para luego alejarlo de mi y tomarlo de sus mejillas.- Lamento haber actuado de esa manera y créeme que no pienso en alejarme de ti por esa tontería.- Respondí para luego dejar un corto beso en sus labios.- *Te amo Sam y quiero que luchemos el uno por el otro y le demostremos a nuestros enemigos que no podrán separarnos jamás.

- ¿Juras que no te alejaras de mi*? - preguntó y asentí.- Esta bien.- respondió para luego volver a besarme mientras yo trataba de limpiar sus lágrimas.- *También te amo princesa y no quiero perderte por nada de este mundo.

- Tampoco quiero perderte*.- Respondí para luego guiarlo al sofá y dejarlo allí mientras me dirigía por el botiquín de primeros auxilios y volvía a su lado para luego disponerme a limpiar las heridas de su mano, las que de seguro se abra Hecho al golpear tanto la puerta.- *Sam, no quise decirte antes de esto porque realmente no me afecto en nada pero.. Al ver que estas personas son capaces de todo, quiero aprovechar el momento para que lo sepas.

- ¿Que sucede*? - preguntó con preocupación y suspire mientras tomaba otro algodón y seguía limpiando la herida.

- Hace unos días atrás cuando fui al supermercado por lo necesario para la cena.. me encontré encontré tu amigo Leonardo.- comenté y levante mi mirada conectándola con la suya.- Él me dijo que no me crea tus palabras, que tus intenciones conmigo jamas cambiaron y que.. seguías enamorado de esa mujer, quien fue tu primera ves en todo.- Añadí y lo veo fruncir su seño.- *No quise decírtelo antes porque se que nada de lo que dijo es verdad y aparte de ello.. se bien que utilizarían cualquier método para lograr con su cometido pero quiero que sepas de que no les daré ese lugar que ellos quieren para separarnos.

- Amor, debiste de decírmelo ese mismo día*.- Respondió molesto mientras tomaba mis manos y las apretaba con fuerza pero sin lastimarme.- *Agradezco el que tengas la confianza sobre mi pero.. no se lo dejare pasar, en cuanto encuentre a ese miserable le haré pagar por sus malditas intenciones.

- No no.. déjalo así, nosotros estamos bien pese a todo lo que intentaron y por ello es mejor dejarlos fuera de nuestras vidas sin tomarles importancia a lo que digan o puedan hacer*.- Él asiente no muy convencido y me atrae nuevamente a sus labios para volver a besarme.

*Se que pese a que has aceptado mis palabras, no te quedaras de brazos cruzados. Mi Sam.. si tan solo supieras que... no importa, no tiene caso hablar de ello ahora.*