La Luna Rechazada Y El Rey Vampiro

Una semana bastó para que la llegada de Aylin transformara el territorio vampírico. Su presencia, cual brisa fresca en una noche eterna, se filtró en cada rincón, desde los pasillos del castillo hasta los límites del reino. Kael, el rey, observa con creciente sorpresa cómo su prometida, una loba de linaje ajeno, se gana el corazón de su gente. Su belleza, un resplandor que desafia la oscuridad; su astucia, un juego de ingenio que encanta a los más escépticos; su amabilidad, un bálsamo para las almas curtidas; y su alegría, una melodía que resuena en el silencio ancestral del castillo.

Aylin, lejos de provocar hostilidad, se convirtió en un faro de esperanza, una promesa de futuro próspero. Los sirvientes, los guardias y los guerreros, testigos de las escenas cada vez más comprometedoras entre su rey y la loba, comenzaron a ver en esa unión un presagio de cambio, una chispa que podría encender la llama de una nueva era. Kael, acostumbrado a la obediencia y el respeto, se enfrenta a un sentimiento desconocido: la frustración de ver cómo su pueblo, antes temeroso y sumiso ante el, ahora deposita su esperanza en una extranjera, una loba que, con su sola presencia, amenaza con desestabilizar el orden establecido, y aunque su mente le dice que debe molestarle, la realidad es que no puede dejar de pensar en ella como su reina.

Mientras Aylin es recibida con júbilo en el territorio vampírico, augurando una era de prosperidad para Wald der Finsternis, la Manada Luna Roja está en una atmósfera de creciente tensión. La reciente presentación de la Reina Luna, lejos de ser la celebración esperada por Vicky, había dejado un sabor amargo. A esto se suma el rechazo de Dante a su pareja destinada, un acto que desafío la voluntad de la diosa Luna y cuyas consecuencias comenzaron a manifestarse con fuerza. Las decisiones erróneas del Rey Alfa están pasando factura, no solo a su manada, sino a todo el linaje lobuno, sumiendo a Dante en un torbellino de exigencias. Los alfas bajo su mando claman por respuestas, demandando una explicación ante la creciente inestabilidad que amenaza sus territorios.

__El peso de sus decisiones, Alfa, yace sobre nuestros hombros como una maldición. Ignorar los designios de la diosa Luna, ceder ante el prejuicio contra una Omega... ahora, nuestros territorios sufren las consecuencias de su arrogancia__. Expreso el alfa Alan molesto, uno de los alfas bajo mi mando.

La celebración de anoche, la presentación de mi Reina Luna, se convirtió en una farsa, una clara señal del descontento divino. La diosa Luna nos ha retirado su favor, sumiendo a nuestra manada en el caos. Me froto las sienes, luchando contra la migraña punzante, el eco de la vergüenza retumbando en mi cráneo. Todo esto... por culpa de Aylin. Su huida, un acto de desafío y dolor, una negación a aceptar que su linaje Omega la descalifica como mi Reina. Su partida ha desatado la tormenta que ahora debemos enfrentar.

__Alfa Alan, comprendo su inquietud y estoy trabajando incansablemente para enmendar mis errores y recuperar el favor de la Diosa Luna__. Mis palabras se desvanecieron en el aire, ahogadas por una carcajada cargada de ironía que resonó en la oficina. El eco de su risa me calentó la sangre, y fruncí el ceño, desconcertado.

__Rechazaste a tu alma gemela, a la elegida de la diosa Luna__. La acusación me golpeó con la fuerza de un martillo, desmoronando las defensas que había construido alrededor de mi conciencia. La furia en sus palabras es peor que un ácido corrosivo.

__La humillaste delante de toda tu manada__. El peso de la culpa me aplastó, una losa de remordimiento que me devolvió la imagen de Aylin, su rostro surcado por lágrimas silenciosas, un testimonio mudo de mi crueldad.

__La cambiaste por una sombra, una pálida imitación. ¿Acaso crees que el linaje de un Beta puede rivalizar con la elegida de la diosa Luna, tu alma gemela destinada? ¿O es que tu rechazo no fue más que un desafío arrogante, un insulto a la sabiduría divina, un grito de que la siosa se equivocó al coronar a una Omega como la Reina Luna?__.

Las palabras del alfa, punzantes como espinas, desgarraron la piel de mis emociones, abriendo una herida que no sabía que existía. Por primera vez, la duda me carcome, cuestionando la senda que había elegido. La certeza de que la diosa Luna nunca se equivoca se clava en mi pecho como una daga helada. ¿Acaso había permitido que el orgullo, la máscara de las apariencias, el estatus vacío y la presión asfixiante de mis padres me arrastraran al abismo de la peor decisión de mi vida?.

__Escucha bien, alteza. La diosa Luna no se equivoca. Y ruego para que puedas deshacer el caos que has provocado con tu arrogancia. Recuperar a tu luna... Si lo que he oído es cierto, te exigirá rodillas ensangrentadas y lágrimas de arrepentimiento. Porque, déjame recordártelo, ella es la Elegida. Una reina por derecho propio, que no necesita de ti para brillar. Y dudo mucho que te perdone__.

El alfa se marchó, dejando tras de sí un silencio cargado de tensión, un presagio de la batalla que se avecina. Mis pensamientos, antes un torbellino, ahora se concentran en un solo punto: Aylin. Mi luna. La he perdido, y la culpa me carcome, pero la recuperaré. Ella es mía, antes de nacer, por lazos que trascienden la voluntad. Si debo encadenarla a mi lado, lo hare. El destino no puede ser burlado, y ella, quisiese o no, es parte del mío.

El sonido de la puerta al abrirse resonó en la oficina, y al dar la orden de entrada, la figura de mi Delta se recortó contra la luz del pasillo. Un atisbo de esperanza floreció en mi interior. Quizás trae noticias sobre Aylin, un rastro que seguir, una pista que me lleve a traerla de vuelta al lugar al que pertenece.

__¿La encontraste?__. Pregunté, esforzándome por mantener la voz pareja, aunque la ansiedad me va a enloquecer. La mirada de mi delta, fría y penetrante, cargada de un juicio silencioso, me dio la respuesta mucho antes de que sus labios se movieran.

__El último rastro del aroma de la luna Aylin se desvaneció en la frontera del Bosque de los Condenados, un límite restringido para nosotros si queremos evitar una guerra entre linajes__.

La advertencia de mi delta resonó con una advertencia de fatalidad, un presagio que me hizo apretar los puños hasta que mis nudillos se tornaron blancos. ¿Cómo se atrevió Aylin a adentrarse en ese lugar maldito, prohibido para todos los lobos? La idea de que sus palabras fueran ciertas, de que realmente buscara alejarse de mí, me heló la sangre. Me niego a aceptarlo.

El recuerdo de su amor, una vez tan radiante, me impulso a creer en la posibilidad de reavivar la llama. La desesperación se mezcll con la ira, un torbellino de emociones que amenaza con consumirme. No permitiré que se desvanezca en la oscuridad de ese bosque, no sin luchar por ella.

Ordené a mi delta que establezca un grupo de vigilancia permanente cerca del Bosque de los Condenados. Aylin debe ser encontrada, y si osa aparecer, quiero que la traigan ante mí de inmediato. También le encomendé rastrear las fronteras, cada palmo de tierra colindante con nuestro territorio. Aylin no puede evaporarse, no puede permanecer oculta para siempre.

Mi delta asintió, pero su respuesta fue un formalismo vacío, una mera formalidad. No hay rastro de la lealtad que espero de mi delta, del respeto que exijo. Esa obediencia mecánica me irrita, me hace cuestionar si mi título de Alfa es lo único que sostiene su acatamiento, si el respeto genuino hacia mí como su alfa no existe.

El sonido de los pasos de mi delta aún resuenan en mi oficina, un recordatorio punzante de mi soledad. La frustración me envuelve como una sombra densa, mientras mi mente se aferra a la búsqueda de Aylin, la única esperanza para revertir la crisis que se extiende como una plaga sobre el linaje lobuno. Desde mi rechazo, la decadencia se ha apoderado de las manadas: enfermedades inexplicables, un azote inusual para nuestra raza robusta, marchitando hasta a los más fuertes; los campos se agrietan y los ríos se comenzaron a secar, reflejando la aridez que se extiende en nuestros corazones. Pero lo más aterrador es la oscuridad que ha engullido a la luna, nuestra guía ancestral. Su luz, antes una luz constante, se ha desvanecido, como si la misma esencia de nuestro ser estuviera siendo negada, dejándonos a la deriva en una noche interminable.

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Holis 👋🏼👋🏼👋🏼.

Por aquí les dejo otro capitulo 😁 antes de irme a 💤💤💤.

Son las 2:13 AM en Venezuela.

Dante está sufriendo ya las consecuencias de sus decisiones y esto solo es el principio.