Amor Forzado.

.Alessandro no podía separarse de Isabella; el beso era un placer absoluto para él, disfrutando cada instante del sabor de sus labios y de la conexión entre sus cuerpos.

Isabella, por su parte, mantenía los ojos cerrados, sumida en una experiencia que nunca antes había vivido. Ese cosquilleo en su pecho era completamente nuevo para ella, una sensación que la llenaba de emoción y asombro. En cuestión de segundos, sus manos encontraron su camino hasta el pecho de Alessandro, sintiendo la calidez de su piel y la fortaleza de su cuerpo bajo sus dedos.

Las manos de Alessandro recorrieron suavemente la espalda de Isabella, provocando un ligero estremecimiento en su piel.

En un momento de intensa conexión, Alessandro interrumpió el beso apasionado y con delicadeza tomó la barbilla de Isabella, levantándola para mirarla fijamente a los ojos.

Alessandro, ¡sal de mi habitación y no vuelvas a hacer eso! –exclamó Isabella, con el corazón acelerado y lleno de emociones encontradas.

–¿Por qué no? ¿Acaso hay algo que te lo impida? –respondió Alessandro, visiblemente alterado y con una mezcla de sorpresa y desafío en su voz.

–Tú y Renata estaban comprometidos, y durante todos estos días seguramente has estado con ella... –dijo Isabella con tono de reproche, su mirada llena de dolor. Ella sabía muy bien cómo olía el perfume de Renata, y ese aroma ahora estaba impregnado en Alessandro, lo que confirmaba.

Y, en efecto, ella tenía razón.

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...Flashback.... varios días atrás....

Renata descendió a la cocina para desayunar y se encontró con su padre sumido en la lectura del periódico. Fue en ese momento cuando su mirada se posó en una fotografía que le causó una profunda indignación: Alessandro, junto a Isabella, la sirvienta de su hogar. Sin poder controlar su rabia, tomó el periódico de un manotazo y comenzó a gritar con todas sus fuerzas.

¡Maldita desgracia! ¡Eres una malagradecida! ¡Te voy a matar!, exclamó Renata, mientras corría con el periódico en la mano hacia la cocina. Su padre, sin poder comprender lo que estaba ocurriendo, la seguía con inquietud, dándose cuenta de que parecía estar presenciando un episodio de locura incontrolable en su hija.

Que fue lo que hizo la desgraciada de su nieta Inés, me robó a mi novio, dijo Renata gritando enseñando la fotografía donde estaba Isabella y Alessandro saliendo de la iglesia.

Ines tomo el periódico y miró a Isabella y su corazón se tranquilizó al verla casada de blanco y es que estaba muy preocupada por ella.

Mi niña Isabella me dijo que se enamoro de un hombre y que el le pidió casarse y por eso se fue, Pero no se más patrón.!_ dijo Inés mirando al padre de Isabella.

Ustedes son unas desdichadas. ¡Lárguense! Todas están despedidas, y todo esto es culpa de esa indeseable de Isabella, quien seguramente se metió en la cama de Alessandro, porque no veo otra forma en que él pudiera fijarse en una gata mugrosa como ella. Renata exclamó con furia, mientras gritaba y destrozaba todo a su alrededor.

Hija basta, ellas no tienen la culpa de nada y nadie se va ir, mejor cálmate, en dado caso la culpa es de Alessandro que no te hablo claro, además el jamás te pidió matrimonio.!_ dijo su padre de Renata abrazandola para calmarla y sacarla de la cocina.

Dime Sonia que paso con Isabella.!!?_ dijo Inés preocupada.

Ines, Isabella me rogó que no te contará, no me hagas romper una promesa.!_ dijo Sonia nerviosa.

Dímelo por qué ella no es una mujer que se meta entre una pareja.!_ dijo Inés sentándose en una silla llorando.

Claro que no Inés si usted la educó muy bien lo que sucedió fue que su padre la buscó hace un par de días le dijo que su mamacita, tenía una deuda con un hombre muy peligroso y que su mamá la había ofrecido para casarse con uno de ellos y si ella no lo hacía, usted terminaría dentro de un ataúd.!_ dijo Sonia.

Pero Camila jamás haría tal cosa, eso debió de ser plan de Rubén, no puede ser por qué no me dijo nada.!_ dijo Inés más preocupada.

Pus ella estaba bien preocupada, cuando la golpearon, ella recibió una carta donde decía que ese sería el comienzo del sufrimiento pa usted si ella no cumplía con la boda dijo Sonia.

Por su parte, Renata no se quedó de brazos cruzados. Decidió actuar rápidamente y tomó un vuelo hacia la ciudad donde se encontraba Alessandro. Una vez que llegó, se dirigió a una discoteca que él solía frecuentar con bastante regularidad. Al entrar, su mirada se posó en él, y en ese instante comenzó a recriminarle por su actitud.

Sin embargo, Alessandro se hallaba en un estado de ebriedad tal que las palabras de Renata parecieron desvanecerse en el aire. Al final, la tensión que había entre ellos culminó en un encuentro en la habitación de un hotel.