Julieta se ve enfrentado la pobreza luego de vivir toda su vida siendo una consentida niña de papá. Con su esposo muerto y una demanda por embargo de la noche a la mañana queda en la calle sola y confundida. Que cosas misteriosas le tendrá el destino preparado a una mujer dispuesta a salir adelante cueste lo que cueste.
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El punto clave.
Frente al espejo me arreglo para lucir confiada de mi misma, papá siempre dijo que esa era la clave para triunfar. El mostrarte confiada y segura de ti misma hace la diferencia en momentos como estos y yo necesito ganar este puesto a como de lugar.
- Mi niña Julieta el joven Romeo ya llego por usted.
El hombre que perturba mis sueños ya vino por mí. Puedo lucir confiada frente al mundo entero. ¿Pero podré hacerlo frente a él? Es momento de averiguarlo.
- Ya voy Lupita. - Me coloco un poco de mi perfume y ya estoy lista.
Al salir de la habitación lo veo junto a la puerta luciendo su uniforme de chofer impecable.
- Buenos días, Romeo. ¿De verdad puedes tomarte tiempo libre para acompañarme?
- Buenos días, Julieta. Ya pedí permiso y tengo toda la mañana para ti.
- Muchas gracias veo que ya llevaste los paquetes.
- Únicamente faltas tú.
Por favor no me sonrías así porque mis piernas flaquean y mi corazón se acelera. Como me gustaría poder decir eso en vos alta, pero no aquí estoy callando mis deseos por este hombre. Bajamos juntos y tal como antes él sigue abriendo la puerta para mí con su perfecta reverencia ante mí.
- Ya no soy tu señorita, no hace falta ser tan formal.
- Siempre te trataré como mi reina.
- Romeo dime algo. ¿Qué fue lo que te impuso a decir aquello esa vez? Sabiendo que ponías en peligro tu puesto.
- Ya te lo dije no estaba interesado en trabajar de chofer.
- ¿Por qué fuiste a la entrevista entonces?
- Mi hermano me obligó, me dijo que si no me movía por voluntad propia él me echaría a la calle. Yo estaba viviendo en su apartamento y lo tenía a donde ir. La verdad tampoco me importaba mucho eso, pero cuando te vi supe que quería trabajar para ti y quedarme a tu lado.
- Sé que no es mi asunto, pero porque te negabas a trabajar.
- Mi padre siempre me dijo que era un holgazán y para hacerle fiel a su palabra me volví uno. De que servía trabajar duro si de igual manera siempre estaría bajo la sombra de mi hermano mayor que era perfecto ante sus ojos. Pero si tenía razón soy un holgazán que no quería intentarlo.
- Romeo.
- Estoy bien con eso, aun así vi todo tu potencial y por eso no querías que terminarás como yo rindiéndote sin siquiera intentarlo.
- Gracias por no dejarme rendir Romeo.
- Ya llegamos. Buena suerte Julieta.
Ea verdad ya estamos afuera de esta impresionante compañía. El guardia de seguridad me ayuda a transportar mis paquetes mientras yo llevo mi carpeta con todos los demás diseños. Antes de entrar le doy una mirada y él simplemente me sonríe. Eso era todo lo que necesitaba para saber que lo aria bien.
La sala de juntas es tan impresionante como aterradora. El hombre frente a mí con su expresión calmada da mucho miedo, después de todo este ámbito laborar requiere mano firme así que yo también tengo que ser profesional.
- Buenos días, señor Raynols mi nombre es Julieta Solano y estoy aquí para ofrecerle una colaboración.
- Buenos días, señorita Solano puede mostrarme su producto.
Saco con cuidado cada uno de mis diseños seguido de una pequeña introducción. - Están fabricados con materiales de la mejor calidad, nadie en el mundo tiene un par igual y también se pueden confeccionar ha pedido.
- Es un trabajo artesanal muy hermoso, se nota la dedicación y el amor con que fueron fabricados.
- Muchas gracias y no se equivoca, cada uno de ellos llevo semanas de trabajo duro para alcanzar el mejor resultado posible.
- Aun así su costo se ve bastante elevado, solo un pequeño número de personas estaría dispuesto a adquirirlos y más siendo usted una diseñadora recién salida. No me malinterprete, pero no tiene un nombre ni una marca, es muy difícil que su trabajo de alto presupuesto llame la atención siendo usted una desconocida.
Ya me esperaba esta respuesta y gracias al cielo vengo preparada para todo. - Por eso estoy aquí señor, no solo busco su patrocinio para conseguir un local, sino también su nombre para llamar la atención.
- Apunta a lo grande señorita.
- Dicen que el cielo es el límite y que si vas a soñar entonces tienes que hacerlo a lo grande. Yo tengo un buen producto que sin duda llamará la atención y usted tiene el nombre y la presencia que se necesita para llevarlos a lo más alto.
- Aun así pide mucho a cambio de poco no lo cree.
- No lo creo, porque usted obtendrá de mi todo mi tiempo y dedicación, trabajaré día y noche de ser necesario para no defraudado.
- Suena muy confiada, pero..
- Un año, solo le pido un año de confianza y le prometo que su inversión se triplicará en ese tiempo.
