MI AMOR VERDADERO

*NARRATIVA DE DAVID*

Ya estaba en el pueblo de mi Bonita, había pedido que me indicaran donde se encontraba, me dijeron que estaba en un restaurante cerca de donde trabajaba, almorzando con su padre (sí, ese día le mandé a seguir hasta saber dónde encontrarla, no quería llegar a su trabajo, quería que fuera en otro sitio, así que a la hora del almuerzo era justo donde iba a aparecer).

Llegué al sitio y me quedé observándola, hablaba con su padre, pero ella no se notaba del todo bien, vi como su padre se levantó un momento, me acerqué un poco más, yo la veía desde afuera por las ventanas de vidrio que me permitían ver con claridad a mi despampanante Bonita, no podía evitar tener una sonrisa enorme en mis labios y mi alegría era notable en todo mi rostro... Le observaba aún, cuando alguien se acercó, dejó un papel y salió corriendo, todo fue muy rápido, pero lo que vio no le gustó para nada, se levantó de inmediato y corrió detrás de aquel chico, el cual ya había cruzado la calle, ella sin percatarse, iba a cruzar cuando la detuve...

Mi Bonita, te estoy tocando, te tengo aquí, al fin juntos, era lo que pensaba, mientras que ella solo me miraba algo asustada, pero que encontraba a mis ojos familiares... Llegó su padre, supe que no era el momento, di mi ayuda y me alejé, deseando no irme y dejarla así, únicamente quería estar con ella, lo estuve deseando durante años, que ahora que la tuve cerca, ya no quería alejarme; aun así me fui, igual ya tenía otros planes para tenerla cerca. LA BRIGADA, sí, principalmente la organicé para verla a ella, pero también es parte de las obras de caridad que hacemos con una de las fundaciones que tenemos, pero mi objetivo era ella.

Ya me encontraba esperándolos en el lugar de la brigada, estábamos esperando para desayunar, parecía un adolescente, lleno de nervios, pero a la vez tan feliz por volverla a ver... La vi aparecer a lo lejos, ella irradiaba una belleza tan natural, tan ella, me encantaba, era llamativa con lo que se pusiera, era toda una belleza físicamente, mi rostro se iluminaba, y la sonrisa en mi rostro era inevitable que apareciera cada vez que sabía de ella.

Ella venía como algo molesta, le hablé primero y cuando me miró, se quedó mirándome con sus bellos ojos abiertos, se me cruzó por la mente, me reconoce realmente, sabe quién soy, de verdad nunca me olvidó, me ha mirado como si me hubiese conocido al instante.

En el transcurrir del día todo era una maravilla, no solo la estaba mirando, también la tenía cerca, pero lo mejor vino después, cuando supe lo mucho que comía, como eran sus gestos, era tan expresivo su rostro, yo me dediqué a contemplarla, hasta disfruté las patadas que me dió, seguido de su caída, me dolió pero reí como nunca, era una maravilla verla, todo un espectáculo. Nuevamente me sorprendí al verla trabajar tan arduamente, tan dedicada, estaba tan concentrada, yo no podía dejar de mirarla, y simplemente desearla para mí, en todo el sentido de la palabra, la quería para todo y solo para mí; no se sentó ni un momento, estaba preocupado porque almorzara, había pasado ya la hora, y había estado de aquí para allá, y sin alumbrarse, me acerqué un par de veces, pero me dijo que no, así que esperé. No pude evitar notar que también Jair la miraba, estaba pendiente de ella, buscaba su atención seguidamente, así que los celos aparecieron, pasan mucho tiempo juntos, ella llama la atención de cualquiera, así que al almorzar, decidí sentarla a mi lado y buscar su atención para mí, y así fue... Nos estábamos mirando y por poco la beso en ese instante, la tuve tan cerca, quería decirle, soy yo, me reconoces, vine por ti, pero me contuve haciendo un gran esfuerzo, fuimos interrumpidos y así terminó nuestra jornada.

Sentí que el tiempo con ella pasó demasiado rápido, ya habían recogido todo y se estaban embarcando, se venía una fuerte lluvia, quise decirle que se fuera conmigo, pero no iba a tener una explicación lógica en el instante, Jair preguntaría y ajá; solo me acerqué para despedirme, confieso que me lancé hacía su boca, pero en el camino me arrepentí y planteé mi beso es su suave mejilla, cerré mis puños para no atraerla hacia mí y besarla como deseaba... Me despedí, pero debido a la lluvia no me sentí tranquilo, rato después fui en su búsqueda, afortunadamente los encontré no muy lejos de ahí, cuando me bajé del auto, me quedé embelesado viéndola, sin que ella se percatara de mi presencia, fueron unos segundos:

Su vestido se ceñía a su cuerpo, con curvas perfectas, miré como se marcaban sus partes, como bajaba el agua dibujando su espléndida escultura, su cabello largo que decoraba aún más su figura, quise correr hacia ella, tomarla entre mis brazos y existir solo los dos, pero fui sacado de mis pensamientos cuando observé a Jair mirarla con un deseo que me llenó de ira, me dirigí hacía ella y la tome de la mano y la subí al auto, hice señas para que Rick, mi mano derecha, se encargara de él.

Hablamos poco, estaba empanada, quería encontrar un lugar para detenernos, por la lluvia no podíamos avanzar mucho. Encontramos una casa poco después y ahí bajamos, le tomé de la mano aunque quería cargarla, la llevé hasta la casa y hasta no estar en la habitación no la solté.

Le pedí que se cambiara, me di la vuelta y estando así quería mirarla, quería tocarla, se vino a mi mente una y otra vez su silueta bajo la lluvia, me contuve tanto, debía ser con calma. La invité a sentarse y me presenté, intentando abrir un espacio para decirle todo, me quedé besándole la mano, pero quería besarla toda, mi cuerpo estaba hecho una locura, deseando más y más, quería quitarle la toalla, y acariciar su cuerpo, me contenía como podía... Entonces le dije:

- Al fin juntos...