Me Converti En El Hijo Omega Del Emperador Tirano

En cuanto lo escuché me di vuelta, él intentó sonreírme y luego se acercó a mí de manera sigilosa, cuando ya estaba frente a mí, por primera vez me di cuenta de la diferencia de altura, yo siempre era el más alto entre todos, pero ahora este chico alto y tembloroso me rebasa por mucho, pero aunque yo era receloso al ver a alguien más alto que yo, este gigantón era tan tierno que derretía mi corazón, él ante mis ojos se veía como un conejito tierno en tamaño jumbo, cuando se acercó lo suficiente aunque yo era casi un tritón en un cuerpo de un niño sentí temor, tenía miedo de ser odiado por aquel niño.

Apolo me vio directamente a los ojos y me dijo:

-sé que hiciste todo eso para salvar tu vida y lo entiendo, pero no estoy de acuerdo con que un niño tan pequeño como tú le haga daño a una persona, eso puede ser peligroso.

-no me odias?

-no.

-aún quieres ser mi amigo?

-por supuesto que si, pero debes ser más precavido y no involucrarte en ese tipo de situaciones, al menos no por ahora, cuando seas mayor y más fuerte podrás hacerlo.

-solo te preocupa mi seguridad?

-si, me preocupas por que te quiero, eres mi mejor amigo y cuando estoy contigo me siento realmente feliz.

-gracias Apolo, eres la mejor persona que he conocido, por eso prometo apreciarse y cuidarte toda mi vida.

-yo también te cuidaré mucho pequeño Jano, recuerda que yo soy mayor, por eso yo te protegeré, eres tan tierno y lindo que me da miedo que algo te pase.

-gracias Apolo.

Apolo me abrazo y luego me dijo:

-no te lastimes, cuídate y quédate a mi lado siempre.

-si Apolo.

Luego de las palabras tan consoladoras que me dijo Apolo me sentí mucho mejor además luego de mucho tiempo me sentí feliz al tener a alguien a mi lado también sabía que podía confiar en ella que era un niño no como mi niñero que al parecer también me había traicionado, aunque hubiese tenido algunas intenciones me cuido bien y me dio felicidad durante unos cuantos años lo cual le agradecí desde el interior de mi ser, ya que a pesar de haberse liado con el enemigo se negó a terminar con mi vida y al contrario me dio un motivo para vivir y ser feliz.

Luego de terminar de hablar uno de los enviados del reino norte por Apolo, ya que necesitaban conversar algunas cosas con él, en cuanto él se fue me quede solo nuevamente, yo estaba confundido, no sabía qué hacer, quería irme de ese maldito lugar, pero no quería dejar a Apolo en este horrible palacio, después de pensarlo por un rato decidí quedarme, así que regrese a mi habitación mientras pensaba:<

Juegos de carreras me di cuenta de que le estaban quitando el cerro con el que me encerraba, también habían puesto una cama mucho más cómoda y grande, en cuánto vi todo lo que había comprado, me di cuenta de que esos cambios eran completamente innecesarios, porque aunque él me comprara la cama más cómoda del mundo o me cambiará la habitación más lujosa del palacio, mi odio y resentimiento hacia él seguirían siendo los mismos, por qué desde de el momento en que nací él me repudio y nunca me defendió, por lo que sus cambios me parecían absurdos

Unas horas más tarde regreso Apolo, se veía feliz, así que le pregunté:

-Apolo que sucedió?, te dieron una buena noticia?

-si, mis padres me enviaron una carta en la que me informan que vendrán pronto para hablar con tu padre y para visitarme.

-wow, que bueno, al fin podrás pasar tiempo con tus padres.

-si, ah y dijeron que vendría mi hermano mayor Filipo.

-se llevan bien?

-pues...

-te trata mal?

-no, pero es muy serio y es difícil hablar con él.

-ahh, pero es bueno contigo?

-si, siempre me compra golosinas y me trae juguetes.

-que edad tiene?

-14, pero como es hijo de una de las concubinas de papá no puede ser el heredero.

-ah, y como es la madre de tu hermano?

-no sé, mi padre dijo que murió cuando lo dio a luz.

-le paso lo mismo que a mí.

-si, por eso intento ayudarlo y apoyarlo siempre que puedo.

-eres un gran hermano.

-no lo creo, pero gracias, quieres jugar conmigo?

-si, me encantaría.

Jugamos por una hora entera hasta qué los sirvientes fueron por nosotros, así que solo nos quedó despedirnos y regresar a nuestras habitaciones.