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Ámame

Ámame

Status: Terminada
Genre:Completas / Contratadas / Amor a primera vista / Amor-odio / Romance de oficina / Amor eterno
Popularitas:840k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Osaku

Camila iba caminando bajo la lluvia luego de terminar con su novio. Cuando de repente un auto negro se detiene. La joven abogada sin experiencia terminará enfrentada a un debate de sus emociones tras enamorarse de un hombre que solo le trae dolor. Dos colegas que desean ser el único dueño de su corazón y una mujer que no deja de tomar decisiones apresuradas.

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Tu reputación

Capítulo quince

Camila había terminado con Nicolás en las tiendas del edificio donde vivía Lisandro con su tarjeta negra en la mano. Ya que él le había pedido que se comprara ropa de trabajo. Las tiendas eran de las mejores del mundo, con ropa extremadamente elegante y de marcas muy reconocidas por todos. Tal así era, que en ninguna tienda estaban los precios sobre las prendas, ni en las vidrieras ni dentro del local. Las personas que compraban en esos lugares no tenían problemas con sus fondos en sus tarjetas de crédito. Además, no aceptaban efectivo en ninguna de ellas.

—Elige cualquier cosa, así nos vamos a trabajar —dijo ella a Nicolás devolviéndole la tarjeta.

Él pareció sorprendido; aun así, le gustó la actitud de Camila. No solo era una joven muy prometedora, sino que también tenía sus principios bastante altos. Otra en su sitio, y después de cómo Lisandro la había tratado, habría destrozado esa tarjeta.

Camila se probó algunas cosas que Nicolás eligió para ella. Sorprendía un poco el buen gusto de Nicolás al ver las dos polleras que había buscado para ella. No solo eran cómodas y elegantes, sino que también eran muy bellas y le quedaban justas como si hubieran sido diseñadas exclusivamente para esas caderas. Las cuales no eran fáciles de comparecer. Después de que ambos coincidieran con sus prendas favoritas, ella se las colocó mientras él pagaba en la caja.

Había terminado con la falda negra con corte en la parte baja de la cola, la cual les llegaba a las rodillas. Una camisa sin mangas blanca y conjunto de ropa interior color carne para que no se transparentara su camisa, y unos zapatos negros con tacos aguja.

—Su novia se ve muy elegante —dijo la vendedora.

—Se ve preciosa —dijo Nicolás, pero al ver que Camila esperaba que aclarara su relación, continuó—. Aunque ella es solo mi colega.

—Perdonen, no quise… —dijo la empleada avergonzada.

—Está bien. No te preocupes —le dijo Camila para que la chica no se sintiera mal—. Tendría suerte de salir con alguien como él.

Los dos salieron de la tienda sonriendo. Nicolás se sintió muy feliz al escuchar a Camila. No era que él pensara que ella sintiera algo por él. Pero lo había dejado bien parado pese a pedirle que aclarara la situación. Entre más la conocía, más se sorprendía. No era que estuviera mal que saliera con alguien como ella, pero para él casi 10 años de diferencia era mucho. Aun así, le parecía muy bella.

—Siempre eres muy amable —dijo Nicolás mientras presionaba el botón del ascensor.

—No. Solo con quien se lo merece —dijo ella respondiendo a una pregunta que él no había hecho.

—Camila, te gustaría que algún día… —dijo Nicolás, pero tuvo que detenerse, ya que Lisandro lo estaba llamando—Sí. Sí, ya estamos en el ascensor. Ok, entiendo.

Camila se dio cuenta de que Lisandro le estaba llamando la atención por tardar tanto. Por lo que prefirió no preguntarle por qué era que Lisandro lo llamaba. Nicolás siempre era muy amable con ella y no quería hacerlo sentirse incómodo.

—Las cosas se están poniendo tensas arriba. Así que prepárate para tu primera previa a un juicio —dijo él con una gran sonrisa.

Lisandro miró la puerta cuando Camila y Nicolás entraron, pero no dijo nada. Estaba discutiendo con uno de sus abogados, otro le pasó el teléfono y él se puso a hablar. Cuando colgó le pidió a Camila que buscara algo para que todos pudieran parar unos minutos para comer.

Al parecer todavía no habían almorzado lo que le pareció extraño a Camila, ya que había escuchado que estaban desde la mañana. Ella pidió empanadas de diferentes sabores, para que no tuvieran que detenerse mucho para comer mientras seguían hablando del caso. Se la pasó alcanzando cosas y haciendo apuntes. Eso de las once de la noche todos empezaron a irse. Un par de abogados le ofrecieron alcanzarla a su casa, pero ella se negó, ya que no sabía hasta qué hora debía quedarse. Además, no quería que ninguno tratara de hacerse el interesante de camino. Al final solo quedaron Nicolás, Lisandro y ella.

—Camila, si quieres nos vamos juntos —le dijo Nicolás, puesto que todos se habían ido. Pero antes de que ella pudiera responder, el doctor Cuartuco le dijo que necesitaba que ella se quedara a acomodar algunas cosas, por lo que no se podía ir.

—Está bien, me quedo también, así terminamos más rápido. Dejamos un desastre en tu departamento —dijo Nicolás al mirar a su alrededor.

Lisandro le dijo que él había hecho demasiado ya. Y lo necesitaba fresco para el juicio. Por lo que no le quedó otra opción que saludarlos e irse. Aún le faltaban repasar unas cuantas cosas. Camila se puso a acomodar la documentación que estaba sobre la mesa cuando sintió los brazos de Lisandro. Primero en su cintura y luego acariciando su espalda hasta llegar a su abdomen.

—Te extrañé —dijo Lisandro, pero Camila se apartó de él.

¿Qué pretendía ahora? Se preguntó Camila molesta.

—Disculpe, pero estoy trabajando y estoy cansada —dijo molesta mientras seguía juntando algunos papeles y ordenando otros.

Camila quería terminar pronto para poder irse a su casa, ya que no deseaba estar a solas con él después del papelón que le había hecho pasar ese día. Aunque al estar roto su aire acondicionado, una parte de ella sabía que volvería a un infierno.

—¿Qué te pasa? —le preguntó Lisandro al notarla tan reacia, pero como ella se tardaba en responder la hizo darse vuelta para verlo.

—Pasa que entré, y me hiciste pasar vergüenza por cómo me vestía. Entiendo que venir en short no está bien; aun así, tampoco era para que me trataras de esa manera —le dijo ella directa y de manera concisa.

—¿No te diste cuenta cómo te desnudaban con los ojos? Alguien tenía que ponerlos en su lugar —dijo él para que ella entendiera por qué lo había hecho.

Aun así, para Camila no cambiaba el hecho de que lo había dicho y la había puesto en una posición muy incómoda, avergonzándola delante de sus compañeros y futuros colegas.

—No me interesa lo que piensen. No tengo intenciones de acostarme con ellos. Así que, que imaginen lo que quieran —dijo ella.

—A mí sí me importa lo que supongan mis empleados —dijo él, molesto con la actitud de Camila.

¿No podía ver cuánto se preocupaba por ella? Mientras que él se preguntaba porque ella actuaba de esta forma. Camila agarró sus cosas para irse.

—¿Qué haces? —le preguntó al notar lo que pretendía.

—Me voy. Ya terminé —dijo Camila y él le sacó la mochila—. Suéltame.

—No me refería a eso. Quédate, por favor —dijo él sin entender por qué se rebajaba ante una mujer.

—¿Para qué quieres que me quede? Si es por qué quieres tener relaciones conmigo lo lamento, pero no puedo —dijo ella y salió del departamento.

Ese día le había venido, así que estaba segura de que no iba a hacerlo con él sin importar que excusa le pusiera. Mientras Camila iba al estacionamiento, recibió una llamada. Era Lisandro que quería seguir hablando, al parecer. Ella atendió y le preguntó qué era lo que quería.

—No se vaya. Necesito que hablemos de trabajo —le dijo serio.

Ahora quería usar la carta del jefe. Estaba empezando a hacer que Camila perdiera el interés en él, ya que utilizaba recursos para conseguir lo que quería que le hubiera prometido no usar.

—Disculpe, a mi jefe lo voy a ver el lunes por la mañana él en bufete —dijo ella en tono serio.

Camila volvió a su casa muy molesta, se metió a la ducha, hacía mucho calor en su departamento. Con lo que había pasado, ella se daba cuenta de que su jefe solo la estaba empleando. Y si bien al principio esto le había parecido interesante y no le molestaba con tal de tenerlo cerca para hacer todas esas cosas deliciosas que le había enseñado. No valía la pena la humillación por la que la había hecho pasar. Seguramente en algún momento encontraría a alguien menos complicado que le diera lo mismo.

Al día siguiente se encontró con Guadalupe y salieron al parque un rato. Las dos se sentaron a tomar mates, mientras que Guadalupe le contaba sobre una chica que había conocido hacía poco.

—De verdad te estoy diciendo —intentó justificarse con Camila.

—¿Hace cuánto nos conocemos? No eres del tipo de persona que se enamora a primera vista. Seguramente la semana que viene ya estás con otra —le dijo Camila, pero Guadalupe.

—¿Y tú qué? ¿Quién diría que estarías con un hombre como tu jefe? Sin embargo, aquí estás —le dijo Guadalupe, pero se dio cuenta de que Camila parecía ponerse triste —. ¿Y ahora qué pasó?

—Creo que es una pérdida de tiempo. Lo mejor va a ser que me concentre en el trabajo —dijo Camila y no volvió a hablar del tema.

El lunes apenas llegó al trabajo, vio que todos estaban muy ocupados. Nicolás no estaba al igual que el doctor Cuartuco. Por un lado, dejaba más tranquila a Camila, ya que no tenía ganas de verlo después de lo que había pasado el fin de semana.

Eso ayudó a que se relajara un poco y le permitió poder dedicarse a transcribir algunas cartas, documentos y a llevarles café a todos. Cuando terminó el día solo quedábamos tres de sus compañeros, además de ella. Uno de ellos se ofreció en llevarla a casa, pero en ese momento llegaron Nicolás y el doctor Cuartuco.

—Señorita Fernández, a mi oficina —dijo su jefe, parecía molesto.

El hombre se imponía con solo mirarla. peor si encima hablaba. Camila miró a Nicolás y él le hizo una señal positiva. Los demás se fueron después de despedirse.

—¿Doctor? —preguntó ella al entrar a su oficina. Se sentía extraña por volver a quedarse con él a solas.

—Siéntese, por favor —dijo él de manera más relajada y esperó a que Camila lo hiciera—. Estará al tanto que mi secretaria se tomará licencia por maternidad a partir de la próxima semana. Estuve pensando que sería apropiado que conozca su trabajo, ya que hasta que termine su pasantía ese será su nuevo empleo. Si es que está de acuerdo.

Lo que acababa de decirle sorprendió mucho a Camila. No se esperaba eso.

—Pero, es un trabajo muy importante. ¿Está seguro de querer encargármelo a mí? —preguntó ella confundida. Aún le costaba asimilar su ofrecimiento.

—Si no considerara que puede no se lo estaría ofreciendo —dijo él y Camila le dio las gracias por la confianza.

Él se quedó mirándola como si esperara algo más.

—Entonces quedamos en que seré solo su secretaria —dijo Camila afirmando sus palabras.

Aunque en realidad quería saber si esto significaba que ya no podrían hacer nada más juntos. Si bien, se había dicho a sí misma que ya no estaría con él, no iba a hacerle esa pregunta, pero no podía evitar necesitar estar segura. Más después de esta situación en la que él la ponía. En parte creía que era mejor así. No necesitaba estar con él para sentirse bien. Iba a tratar de concentrarse en recibirse.

Basta de andar pensando en un hombre como él, que era mucho más grande, que tenía otra manera de pensar y del que no podía esperar nada. Se repetía en la mente para que su parte más primitiva se activará delante de él.

Él no se tomó ni un minuto más para ella. Solo le dio la documentación que necesitaba y la invitó a irse. Estaba tan molesto con ella que deseaba decirle muchas cosas. Pero no iba a caer ante ella. Después de lo ocurrido en su casa y ahora. Se sentía un verdadero tonto.

Si bien quería tenerla cerca. Lo había hecho no solo por eso, sino porque quería darle la oportunidad de crecer. Sin embargo, ella había usado la situación para terminar lo que ellos tenían.

¿Lo había utilizado y él no se había dado cuenta?

¿A caso a ella solo le importaba su carrera?

¿Él solamente sería un peldaño que estaba tratando de subir?

Autora: Osaku

1
Maria Consuelo Rodriguez Berriz
Ése personaje de Lisandro es un rata peluda.
Mercedez Peréz
siempre a sido fácil de pollerita la protagonista y el debería contarle que relación tiene con el ex de ella
Mercedez Peréz
así es Susana ella tiene mucha culpa porque nadie ace lo que no quiere y recordemos que empezó está historia ella solita se ofreció sin poner un no así que ahora a llorar a molla
Olga Diaz acosta
me gusta que ella se haya ido,las chicas con buena moral hacen eso.
Mercedez Peréz
así es yabel está un poco trillada siempre lo mismo asta ahora ya tendría que ir cambiando la historia
Mercedez Peréz
muy bien dicho el que dice amarte y tiene confianza no es egoísta y ve maldad dónde no la ahí eres muy guapa para decir que no te dejaras que te controles pero al momento de proceder el siempre logra lo que quiere igual que tú ex tanto abogada pero sigues siendo una persona sin voluntad para decidir que eres tu la que tienes las riendas de tu vida además si uno tiene pareja deben remar para un solo lado sino el buque se va a pique
Mercedez Peréz
bueno tanto lío para encamarse de nuevo puro teatro está mujer y el un mentiroso a la primera se revuelca con sus putizorras que siempre las ay y está mujer tonta
Mercedez Peréz
menos mal que no quería pisar el palito de nuevo pero se ve que su calentura es primero y sigue dominada a otro hombre como el primer
Mercedez Peréz
la verdad que está mujercita se ace la mojigata y lo que quiere es irse a la cama de nuevo con el a donde están sus principios que abla y la educación de sus padres que ella tanto ablaba
yuraima maldonado
si sin fastidiosas
yuraima maldonado
😭😭😭😔
yuraima maldonado
era estéril pero puede tener hijos jajaja
yuraima maldonado
llama a Lisandro
yuraima maldonado
Camila, eres estúpida o loca!! ? si tú misma le dijiste q no te contara nada, solo x revolcarte con él 😠😠
Mercedez Peréz: está mujer no se si cuando nació le dieron el nombre de estúpida o no creo que está no sabe dónde está parada a pesAr de ser abogada ay que tener bocho
total 1 replies
yuraima maldonado
Camila no sabe ni q quiere, debería estar sola para q no se siga confundiendo 😠🥺
yuraima maldonado
😱😱😱q horror!! q enredo tan grande 😔😔
yuraima maldonado
Camila estás pasada,, no sanas heridas 🤦🏻‍♀️ rey muerto, rey puesto 😔
yuraima maldonado
q intrigante!! otra loca
Susana Santillan
ME GUSTO EL DESARROLLO pero no q muriera Lisandro, sunque dejo un heredero.
FELICITACIONES PORQUE EDITADA COMPLETA Y ERRORES ORTOGRAFICOS. Un poco repetidos los textos.SE NOTA QUE AUTO CORREGISTE LA NOVELA. Eso es responsabilidad.
Osaku: En realidad... Hay una segunda parte. La de Lisandro. Pero está en físico.
total 1 replies
Susana Santillan
Escritora: gracias por darnos a conocer tus títulos.Voy a seguirte.Solo te pido que no repitas los textos de lo q piensan unos y lo que se dicen.
VALORO QUE LAS NOVELAS LAS EDITES COMPLETAS. Eso es invaluable y sin errores ortográficos. FELICITACIONES.
Me gustan las novelas románticas.
Osaku: No sé a qué te refieres... En lo que piensan y repiten... La novela es vieja.
total 1 replies
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