NovelToon NovelToon
Plata

Plata

Status: En proceso
Genre:Amor-odio / Apoyo mutuo / Amor en la guerra / Matrimonio entre clanes / Secretos de la alta sociedad / Viaje a un mundo de fantasía
Popularitas:32.6k
Nilai: 5
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Noveno libro de saga colores.

El reino se tambalea con la llegada de la nueva reina proveniente de una tierra desconocida, Sir Levi, ayudante del rey, emprenderá un viaje para hacer un trato con el gobernante, Eudora, la aspirante espía, insistirá en acompañarle, una tentación a la que el sir no podrá resistirse.

NovelToon tiene autorización de thailyng nazaret bernal rangel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

13. En Polemia

...LEVI:...

Preparé el mensaje para el gobernante de Polemia.

"Soy Sir Levi Abbot ayudante del rey Adrian de Floris, estoy a punto de llegar a sus costas heladas para dialogar sobre el acuerdo, por favor, le pido no recibirme con armas, mis hombres y yo venimos en paz"

Lo escribí en mi idioma natal, para ser más claro.

Enrollé el pequeño papel y lo coloqué en la pata de la paloma.

Salí a la cubierta y la solté.

— ¿Ya estamos cerca de la costa? — Preguntó Eudora, con un abrigo grueso y una capucha, viendo como la paloma se alejaba más y más.

Le dí uno de mis abrigos, no quería que pasara frío.

Yo tenía una capa gruesa de lobo, botas de invierno, pantalones gruesos y un abrigo oscuro.

El clima estaba pésimo, el frío era intenso, los copos caían sobre el barco, me recordaban que en Polemia el invierno era eterno.

— Así es.

— Hace mucho frío — Su rostro apenas se visualizaba con la capucha.

— Estamos más allá de los límites del norte.

Sacó el medallón de su bolsillo.

— ¿Cuándo me dirá qué es lo que debo hacer?

— Guarda eso, aún no — Siseé y lo guardó en seguida.

— ¿Quién es el hombre del retrato?

— Eudora, no haga preguntas — Gruñí y me observó con disgusto — En su momento se lo diré.

Estaba enojado porque no había tenido oportunidad de darle algunas lecciones a Eudora, solo besos robados y algunas caricias.

Todos los marineros se antojaron de enfermar una y otra vez.

El que más me enojaba era Albert, por su culpa tuve que quedarme castigado en el timón.

Le lancé una mirada fulminante al capitán, quien también estaba abrigado mientras guiaba el barco.

— Es que me oculta cosas.

— ¿Le oculto cosas? — Giré mi expresión hacia ella.

— Necesito saber que es lo que haré.

— No sea impaciente, primero debo averiguar algunas cosas para que usted pueda llevar a cabo mi orden.

— Bueno — Frunció sus labios.

Tomé mis aretes, me los quité y los guardé en mi bolsillo, después le buscaría un escondite mejor.

— ¿Por qué se los quita? — Eudora se desconcertó.

— No sé que forma de pensar tendrá el rey de Polemia, si quiero ser tomado en serio debo lucir lo más normal posible.

Esa no era la razón.

Ir a Polemia era un riesgo, esperaba no ser descubierto.

Los aretes serían reconocidos de inmediato.

Si veían mis tatuajes, sería mi fin.

— Entiendo, ya de por sí es extraño para la mayoría.

— ¿Le molesta que lo sea? — Elevé una ceja.

— No.

— Bien, es lo que importa.

Sonrió.

— Sir Levi, me ha gustado viajar en el barco — Confesó, pegándose a mí por el frío — Es una aventura que nunca olvidaré y he aprendido mucho, más de lo que creí.

Me quedé pensativo.

— Eudora— Dije y me observó — En realidad, jamás te consideraron para ser Escucha.

— ¿Cómo? — Se desconcertó.

— El Rey Adrian solo quería investigar más sobre ti, por eso te ofreció esa oportunidad para entrar en la hermandad de espías y me encargó el trabajo para mantenerte vigilada, investigar tu vida.

Se quedó pensativa, parpadeando.

— ¿Por qué?

— Por tu padre, porque eras sospechosa también, sabías que hacía trabajos sucios para el duque e intentaba investigar un poco más para ver si participaste en esos trabajos.

— ¡Sucedió cuando era niña! — Alzó la voz, estallando de la furia — ¡Jamás participe en eso, no podía hacer nada, mi padre hizo cosas incorrectas, pero era mi familia y yo no podía delatarlo, no quería hacerlo, tampoco tenía poder para hacer acusaciones en contra del duque, era una simple hija de la ama de llaves!

— Eudora, lo sé, me di cuenta de eso y por eso mandé a que te echaran de la hermandad — Confesé y sus ojos enrojecieron, abrió su boca sorprendida, sonó tan mal que me arrepentí de haberlo dicho — No me sentí bien al jugar con tu interés en ser espía, por eso lo hice.

— ¡No tenía derecho!

— Lo lamento, Eudora, demostraste ser muy buena en ser Escucha, eres todo lo que la hermandad necesita.

— ¿Y de qué sirve? — Siseó y fruncí el ceño — ¡Usted me engañó, jamás creyó en mi talento!

— No te engañé, solo cumplía órdenes del rey.

— Pensé que mi aporte era significativo — Apretó sus puños — Creí que hacía algo correcto y bueno, pero solo fui juzgada como el resto.

— Eudora, eso no es así, siempre creí en ti, en tu talento.

— No, no lo hizo, me usaron y me echaron... Eso no me parece justo — Derramó lágrimas y tomé su mano.

— Si te cuento esto es porque no quería seguir ocultando algo tan grabe, cuando volvamos a Floris hablaré con el rey, te nombrará Escucha y...

— No, gracias — Se zafó de mi agarre — Prefiero volver a ser doncella, no estaré en un lugar donde nunca me quisieron.

— Siempre creí en ti, Eudora.

— No, no lo hiciste — Las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas — Por eso no me querías en el barco, porque jamás creíste en que podía servir al reino.

— No te quería aquí porque es un viaje peligroso.

— Demostré ser capaz.

— Eudora, yo creo en ti...

— ¡No, no lo hiciste... Solo me quisiste aquí para ser tu muñeca y satisfacer tus ganas! — Gritó y todos en el barco observaron hacia ambos.

— No grites... — Me apené y sacó el medallón, lo colocó en mi palma — Eudora... No pienses cosas que no son... Yo siempre creí en tu talento, no quería que viajaras porque era peligroso, jamás pensé en solo tenerte aquí para mí... Haz el trabajo, por favor... Te necesito en esto.

— No haré ese trabajo, solo deseo volver a Floris y desaparecer de su vista — Dijo, muy dolida.

— De lo único que debes estar segura es de lo capaz que eres, lo demostraste desde siempre, por ti misma.

— Ya no quiero ser Escucha — Se alejó.

— Eudora...

— Tampoco quiero ser su juguete — Me lanzó una mirada fulminante.

Las miradas de mis hombres eran fulminantes.

...****************...

Las orillas de Polemia eran de un tono gris pálido, en toda la costa había una enorme muralla y las olas chocaban con la piedra tallada de forma rústica.

Las corrientes eran fuertes.

— Luce como el mismo infierno — Dijo Albert, mientras yo observaba con un larga vista hacia la orilla.

— Espera la señal.

— ¿Bajamos el ancla? — Preguntó — No hay puertos al alcance.

— No, aún no, acércate más.

No existían puertos en Polemia, dudaba que eso hubiese cambiado.

Los únicos barcos eran utilizados por los regentes de la fortaleza y estaban bien resguardados.

Los muros recorrían toda la costa, para evitar que los salvajes escaparan a otros continentes y para que no pudieran entrar en la fortaleza.

Polemia nunca esperaba visitas.

Si nos recibían con ataques significaba que el mensaje no fue recibido, o que fue ignorado.

Eudora estaba cerca de la proa, observando hacia la orilla con expresión pensativa.

Esperaba que su rabia se apaciguara.

Me tenía distraído la discusión que tuvimos.

No quería su disgusto.

La necesitaba serena.

La necesitaba...

Suspiré pesadamente.

En la orilla habían unos hombres esperando con botes.

Hicieron una señal, agitando una bandera, negra con dorado

— Si recibieron el mensaje, bajen el ancla — Ordené al capitán.

— ¡Desciendan el ancla! — Gritó el capitán Albert y luego me evaluó con incertidumbre — ¿Estás seguro que es una señal de de bienvenida?

— Estaríamos siendo golpeado por lombardas.

Los hombres giraron la rueda y la cadena descendió con el pesado ancla.

Me acerqué a la proa, Eudora se alejó, yendo junto a Albert e ignorando mi presencia.

Volví a observar con el larga vista.

Tres botes estaban zarpando para acercarse al barco.

Esperamos con tensión.

— Nada de armas — Ordené, bajando de la proa.

— Si atacan, hay que atacar — Dijo Dilan, el curandero.

— No atacaremos, no pienso fallar, si no perderé mi trabajo — Gruñí y algunos se estaban conteniendo para no reír — Si escucho una maldita carcajada de parte de ustedes, serán aventados a las frías aguas, morirán en segundos si eso pasa.

Se quedaron serios.

Pasaron unos minutos.

— ¡Eu anona! (La escalera) — Gritaron y me asomé al borde, los botes ya estaban junto al barco, en cada uno iban dos hombres forrados en pieles.

— ¿Qué dicen? — Preguntó Albert.

Mierda, escribir el mensaje en su idioma les hizo creer que todos lo sabían.

— ¡No entiendo nada! — Gritó el capitán.

Lo empujé a un lado.

— ¡greu eu anona, ma Gracra (Bajaremos la escalera en seguida) — Gruñí y todos se quedaron atónitos — Bajen la escalera.

— ¿Sabes el idioma de ellos? — Preguntó Albert, con sorpresa.

— Algo.

El resto se observó con desconfianza.

Eudora me evaluó seriamente.

Bajaron la escalera.

— ¡Sir Levi, baje agreca (ahora)! — Gritó el sujeto — Cragre pas mañala (Capitán que acompañe)

— Cragre o grosop (Capitán y ayudante) — Pedí, refiriéndome a Eudora — Grecher fors (Solo ellos)

— Ni de (de acuerdo)

— Albert y Eudora vendrán conmigo, el resto esperará en el barco — Dije y soltaron gemidos de protesta.

— Somos su tripulación, deberíamos ir todos ¿Qué tal si es una trampa? — Preguntó Dilan.

— No estamos en posición de exigir que se nos abra las puertas a todos, descuide, enviaré un mensaje con la paloma que envié a ellos — Hice un gesto a Albert y Eudora — Vengan conmigo.

— Yo prefiero quedarme en el barco — Dijo Eudora, cruzando sus brazos.

— Si que se quede — Dijeron los marineros a unisono.

— No te quedarás, sigues siendo mi aprendiz, así que vendrás.

— ¿Si le hacen daño? — Albert parecía preocupado.

— No le pasará nada, no está en discusión.

Eudora se aproximó con expresión irritada.

Bajé por las escaleras de cuerda y llegué al bote.

Albert fue el segundo, se subió al otro.

Eudora bajó con cuidado, tratando de no resbalar.

La sostuve de la cintura y la senté a mi lado.

Hace tantos años que no veía un rostro pálido y rojizo por el frío, la barba larga que se solían dejar para mayor calefacción.

Empezaron a remar hacia la orilla.

Eudora se sostuvo del borde.

Las olas movían el bote con fuerza, rodeé su espalda para evitar que se cayera.

— Mi señor dice... Usted un ayudante rey — Dijo, tratando de hablar en idioma de Floris.

— Sí, lo soy.

— ¿Cómo saber idioma Polemia? — Preguntó.

Eudora me evaluó con la misma inquietud.

— Aprendí un poco con un maestro ¿Cómo aprendió usted el mío? — Inquirí.

— Mi señor nos enseña.

El bote rompió las olas hasta la orilla pantanosa.

Bajé del barco y tendí la mano a Eudora, la tomó solo para poder pisar sus pies en la arena.

Albert también bajó del bote.

Los hombres arrastraron las embarcaciones hacia la cueva.

— Croma (Sigannos) — Hicieron un gesto.

Los seguimos por la orilla, la playa se extendía varios kilómetros, dejamos la orilla, siguiendo un camino de piedras.

En las puntas de las murallas habían hombres armados, custodiando, alertas.

El sujeto indicó abrir la puerta de hierro.

Se abrió lentamente.

Nos indicaron entrar y lo hicimos.

Adentro había un enorme patio, edificios pequeños de tono gris, callejones y calles.

Hombres que se quedaron observando a nuestro paso cuando nos guiaron por el patio.

No había muchas personas allí.

Los callejones eran oscuros y húmedos.

Tomé a Eudora de la muñeca, intentó zafarse, aún así no la solté.

Personas observaban desde las ventanas, tenían expresiones miserables, eran muy delgadas y pálidas, mujeres y niños miraban inquietos.

Eudora observaba con curiosidad y asombro.

Llegamos a una torre y nos ordenaron entrar.

Subimos escaleras en espiral.

La torre conectaba con un puente y este con un palacio de piedra gris bastante insípido.

Nada tenía belleza y estilo, todo era gris y sucio.

Un fuerte o una prisión enorme a mi parecer.

Los guardias miraban con severidad, con armaduras negras.

No, esos eran los caballeros eunucos.

Entramos a un salón.

Los hombres se detuvieron.

Saludaron al hombre sentado en un trono.

— Los visitantes del rey han llegado — Dijeron, señalando hacia nosotros.

Lo dijeron en idioma de Polemia.

El rey nos observó con mucha seriedad, pálido y delgado, con sus pómulos afilados, la barba canosa y la corona de hierro en su cabeza calva.

El rey Barnaby Vos, más un regente de las murallas que un rey de Polemia.

El resto le pertenecía a los salvajes.

Hice una reverencia, Eudora y Albert también se inclinaron.

— ¿Solo son tres? — Preguntó, hablando en Floris.

— Majestad, usted nos abrió las puertas a nosotros nada más, el resto de la embarcación se encuentra en sus aguas heladas.

Corriendo peligros de ser atacados por salvajes.

— ¿Es usted el mano derecha del rey Adrian? — Preguntó, juzgando con la mirada.

— Así es, sir Levi Abbot, a su servicio, ella es la señorita Eudora Donahue, mi ayudante y el capitán de la nave Albert Mercier, es un honor estar ante...

— ¡Va! — Resopló y fruncí el ceño — ¡Solo vinieron a quejarse del trato!

— Solo he venido a dialogar.

— ¿Dónde está el rey? Debería estar aquí agradeciendo por darle una de mis hijas, la más joven por cierto.

— El rey lamenta no poder asistir a su presencia, tiene asuntos de urgencias que no puede dejar de lado.

Me evaluó con desdén.

Si supiera que ante él estaba uno de los salvajes cuya tribu exterminó.

1
juana maria meneses bautista
excelente inicio de la historia una nueva aventura que leer....
lu
obvio que escuchó, por eso se sintió más emocionado
lu
la saga es muy buena
Yise
Golozaaaaaaa aissshhh q calorrrchh q capitulo más intenso ufffffff mira q jiros más bruscos e inesperados dio, pero me encantó....... Eudora bb cosita rika debes estar agradecida q has atrapado a esa fiera solo para tí, así q ve con calma q ya ese macho pecho peludo espalada plateada es tuyo todo tuyo. Golozaaa /Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle/
Blacina Calvo Fernández
Excelente historia. Poco a poco Eudora ha ido enamorando a Levi.
Yilli Paola Soto Nuñez
claro que escucho y por eso se prendió más que no se resistió y sembró la semilla en ella cuando quieran regresar van llegar con un nuevo integrante en el barco
Sol
si escucho pero no sabe cm reaccionar a esa palabra q significa mucho
Marcela Lopez
está emocionante 🥰
Mary Ney
Escritora dele a Albert una buena esposa,, se la merece, har sir ya estas enamorado creo que escuchaste Eudo el Te Amo/Smile/
Laura Ojeda
me encanta autora gracias.. creo que Levi y Eudorita van a ser padres si siguen así....
𝓔𝓶𝓪𝓷𝓭𝓮𝓻 🖤
👁️👄👁️ yo al ver que Levi le dió como cajón que no cierra y le echó sus bendiciones a 10 meses de llegar a Floris 🤣🤣🤣 Probablemente haya bebé salvajito nuevo❤️💖
Nella Reyes
claro que te escucho sólo que no sabe como decir la palabra aún pero de que la siente la siente... sino no se hubiera derramado en ti.... apuesto a que deseo en silencio poner la semilla de un bebé en tu vientre
Daiana Ibarra
Albert de cada lugar quiere un recordatorio ahora quiere a l salvaje q le pida al rey como pago x su trabajo
Daiana Ibarra
cuando lleguen al rey van a llegar con un bebé recién nacido si siguen asi
Nella Reyes
Eudora eres una heroina, no sólo salvaste a la guerrera, también a las mujeres y niños que iban a ser asesinados y por último salvaste a tu suegro... tienes un corazón de oro puro así que Levi debe estar además de Enamorado, orgulloso que no cabe en su pecho la mujer fuerte que eres
Orozco Beatriz
si escuchó, solo que se emocionó y te dio como cajón de gabeta mal colocado 🤭🤭
Eliana Cardona
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Eliana Cardona
Que emocionante es esto 👋👋👋
Faveamny Calderon
naaaa si te escucho querida pero típico de los hombres hacerse los sordos para no te er que demostrar sus sentimientos o aceptar que cayeron en las garras de cupido 🤭🤭🤭🤭
Melissa Janeth Basilio Polo
gracias , gracias por actualizar ....moría de la impaciencia por leer otro capítulo 🥺
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play