La Sustituta

Hoy recibí la visita del detective, lo que yo estaba sospechando, se estaba haciendo realidad.

Albert no había dejado a su mujer, estaba perdiendo la empresa, las malas inversiones lo llevaron a la quiebra, estaba buscando capital para salir adelante y era ahí donde mis hijos jugarían el papel que él quería.

Llamé a mis hijos para que oyeran lo que dijo el detective, ellos preguntaron lo que querían saber y él les contó todo, se dieron cuenta de las verdaderas intenciones de su padre y procedieron a llamarlo para hablar con él, cuando llegó vio la cara que tenían los muchachos.

Nunca se imaginó que estuviera al descubierto, ellos les exigieron la verdad y él no tuvo más remedio que contar todo si quería que ellos lo ayuden. Comenzó en decir que realmente está en la quiebra, que sus negocios han decaído mucho, que si es cierto que sigue con Débora Suat, ya que ella siempre estuvo a su lado y no sabía cómo alejarse de ella ya que le debía mucho. Ellos me llamaron para pedir mi opinión, yo solo les dije que se podía ayudar, pero que él tendría que ceder la administración y vivir solamente con un sueldo mensual y que no podía pedir más de eso y reorganizar sus finanzas personales, que nadie se metería con su mujer pero que ella tampoco en la administración de la empresa, que bajo esos lineamientos los muchachos podían ayudarlo a sacar adelante la empresa y todo debidamente firmado y registrado, pero que antes se tenía que hacer una verdadera auditoría para ver a cuánto asumían los pasivos de la empresa y si merecía la pena salvarla. Con esas palabras terminaba mi intervención, mis hijos estuvieron de acuerdo, pero Albert no quería ceder la dirección de la empresa, Alan solo le dijo que si no había control total ellos no invertirán en esa empresa.

Albert salió cabeza gacha y al irse me dijo que lo que quería era vengarme de él, yo me quedé mirándolo, ya que realmente esas no eran mis intenciones, pero no podía pelear con una persona que no quería oír verdades. Alina, planteo seguir alejados de él, ella no creía en su amor arrepentido, mi hija era muy observadora, yo no hable más, ellos eran libres de decidir y Albert Him les había demostrado que él solo quería tener control y dinero no amor y respeto de un padre hacia sus hijos. Albert no se dio cuenta de que con sus mentiras y actitudes alejo más a sus hijos de su vida.

Días después nos enteramos de que su amada mujer murió en situación algo extraña y que de él no se supo nada, ya no aparecía ni en su empresa, solo llamo a sus hijos para pedirles que se hicieran cargo de todo y que lo ayudarán a seguir adelante. Esa misma semana se procedió a la auditoría y se comprobó un gran desfalco, eran muchos los pasivos de esa empresa, el realmente se encontraba en la ruina, era más fácil abrir una nueva compañía que seguir con esa que ya no tenía salvación. El lo sabia desde el principio, pero su orgullo no le permitía reconocer esa gran verdad, prefería seguir en el engaño y la mentira y no en reconocer su fracasó.