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Me Divorcié Del Protagonista Masculino

Me Divorcié Del Protagonista Masculino

Status: Terminada
Genre:Romance / Venganza / Época / Ascenso de clase social / Mundo mágico / Divorcio / Completas
Popularitas:1M
Nilai: 4.9
nombre de autor: AMZ

¿ Que ya no me amas?... esa es la manera en que justificas tú cobarde deslealtad... Lavender no podía creerlo, su esposo, su amado esposo le había traicionado de la peor forma. Ahora no solo quedaba divorciarse, sino también vengarse.

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Capitulo 13

Lavender avanzaba con pasos vacilantes hacia lo que había sido su habitación, la que compartía con Maxon hasta hacía poco. Apenas había cruzado los pasillos cuando algunas doncellas se acercaron a ella, tímidamente.

—Mi señora, qué alivio ver que ha regresado a salvo—dijo una, inclinando la cabeza en señal de respeto—. Estamos aquí para asistirla en lo que necesite.

Lavender las miró con una mezcla de dolor y decepción. Aunque les tenía aprecio y sabía que ellas también le guardaban afecto, entendía que su verdadera lealtad estaba con el Duque y con el Ducado, no con ella. Era obvio que habían sabido del engaño, tal vez lo habían presenciado en silencio, pero nunca le advirtieron ni le dieron pista alguna que le permitiera descubrirlo por sí misma. No había nada que reprocharles, pues cumplían con su deber, pero Lavender no podía evitar sentirse traicionada y dolida por su silencio.

—No las necesito —les respondió con firmeza, aunque su voz llevaba el peso del dolor—. Pueden retirarse.

Sin esperar respuesta, continuó hacia la habitación, cerrando la puerta tras de sí con un sonido seco que resonó en el silencio. Apoyó la espalda contra la cama y, sin fuerzas, se dejó caer al suelo. Allí, en ese lugar que había sido suyo y de Maxon, todo le parecía irreal, absurdo. ¿Cómo había llegado a ese punto?

—Éramos los protagonistas de esta historia... —murmuró para sí misma, con la mirada perdida—. Maxon y yo éramos la prueba viviente de que el amor lo superaba todo.

Una risa amarga escapó de sus labios, ahogada por la garganta apretada por el dolor.

—Ni siquiera vi el final... —susurró, como si lo estuviera comprendiendo por primera vez—. ¿Este era nuestro final?

Lavender se sumió en sus pensamientos, incapaz de procesar lo que estaba ocurriendo. Maxon, su amado esposo, el hombre al que había entregado su corazón, y Violet, su querida amiga, la habían traicionado de la forma más cruel e impensable.

Lavender de Tarth era conocida por su fortaleza. Siempre había sido una mujer de carácter, que jamás agachaba la cabeza ante los desprecios. Las ofensas no alcanzaban sus oídos, y su semblante siempre había sido imperturbable. Pero ahora, esa fortaleza parecía derrumbarse como un castillo de arena ante las olas. Las dos personas en las que más confiaba, habían destrozado su mundo. No estaba preparada para esa traición, y lo que era peor, no sabía cómo afrontarla.

Se sentía sola. Y sabía que sola tendría que resolverlo.

Horas después, aún sentada en el suelo, Lavender levantó la vista y observó la habitación que antes había estado llena de recuerdos felices. Ahora esos recuerdos se tornaban en sombras dolorosas, llenos de engaño y mentira. Cada rincón, cada objeto, le recordaba lo que había perdido.

—¿Qué hago en este lugar? —se preguntó en voz baja.

Miró su mano, donde aún sostenía el sobre que Maxon le había entregado. Frunció el ceño al verlo. El dolor y la traición seguían presentes, pero una nueva decisión se formaba en su interior.

—No puedo seguir aquí... —se dijo a sí misma, poniéndose de pie con toda la fuerza que pudo reunir.

Con movimientos automáticos, tomó algunas pertenencias y salió de la habitación. Ordenó que prepararan un carruaje de inmediato.

No pasó mucho tiempo antes de que alguien informara a Maxon sobre lo que estaba ocurriendo. En cuanto lo supo, corrió hacia las puertas del Ducado y la encontró a punto de subirse al carruaje.

—¿Qué crees que estás haciendo? —preguntó Maxon, casi con desesperación en su voz—. ¿A dónde vas?

Lavender lo miró con disgusto, su expresión helada.

—Eso ya no es tu problema —le dijo, sus palabras afiladas como una espada, intentando contener lo que realmente sentía.

Maxon insistió, dando un paso adelante.

—¿Y qué pasa con los papeles? —exigió, señalando el sobre que aún tenía en la mano.

Lavender se detuvo, volviéndose hacia él con una mirada severa. Su voz era firme, pero cargada de dolor. Lo único que le parecía importar era que firmará esos papeles, y eso realmente le dolía.

—No voy a firmar nada hasta que no sepa bien de qué se trata —respondió, su tono inflexible—. Pero no te preocupes, el divorcio entre nosotros ocurrirá. Y el carruaje... —hizo una pausa, su mirada endureciéndose— te lo devolveré.

Sin mirarlo de nuevo, Lavender subió al carruaje. Su corazón estaba hecho pedazos, pero sabía que no había lugar para el arrepentimiento. Con un chasquido de las riendas, el carruaje partió del Ducado, dejando atrás todo lo que había sido su vida hasta ese momento.

Violett sostenía entre sus manos la carta que acababa de llegar desde el Ducado de Lehaman. La leyó detenidamente, con una sonrisa que se expandía en su rostro mientras avanzaba línea tras línea.

—Ya regresó... pero no firmó el divorcio —murmuró para sí misma, dejando escapar una pequeña risa mientras comenzaba a girar con gracia, como si estuviera bailando de felicidad. Alzó los brazos, sus gestos llenos de teatralidad, y susurró—: Creí que esa mujer, de nula nobleza pero con el orgullo de una Reina, lo haría sin pensarlo dos veces...

Se detuvo de golpe, su mente calculando los próximos movimientos.

—Debo ir a hablar con Max —decidió en voz alta, sus ojos brillando con determinación.

Sin perder tiempo, Violett ordenó que prepararan el carruaje, y partió hacia el Ducado de Lehaman. Cuando finalmente llegó, descendió del carruaje con una sonrisa de triunfo en los labios. Caminó directamente hacia la entrada, preguntando por el Duque sin reservas.

—¿Dónde está el Duque? —preguntó con arrogancia a una doncella, que la miró con nerviosismo.

Las miradas de los sirvientes se cruzaban entre sí, llenas de vergüenza y tensión. Todos habían notado cómo la señorita Wagner se comportaba como si ya fuese la nueva Duquesa, y su actitud altanera no les pasaba desapercibida. Sin esperar respuesta, Violett avanzó con paso firme y decidido hacia el estudio de Maxon, ignorando las normas de cortesía. Entró sin previo aviso, empujando las puertas con energía.

—¡Maxon! —exclamó, corriendo hacia él con los brazos abiertos.

Sin dudarlo, rodeó su cuello con un fuerte abrazo, aferrándose a él como si no lo hubiera visto en años. Maxon la abrazó de vuelta, aunque de manera mucho más contenida. Violett, apenas separándose de él, lo besó con suavidad, sus labios rozando los suyos en un gesto que pretendía ser inocente.

—¿Cómo te encuentras? —le preguntó con dulzura, adoptando una expresión de compasión—. Escuché que Lavender regresó, y lamento mucho que tuvieras que enfrentarte a esa situación tan desagradable por tu cuenta. No debiste pasar por eso solo...

Maxon se apartó ligeramente, suspirando. Su mirada se volvió seria mientras respondía.

—No te preocupes, Violett. Esto es algo que debo resolver yo mismo.

Pero Violett no se dio por vencida, adoptando un tono más persuasivo.

—No debería ser así, Max —insistió, acariciando suavemente su brazo—. Esto no es solo asunto tuyo, es de los dos. Debería escribirle a Lavender, tal vez pueda hacerle entender que nuestra relación no comenzó con malas intenciones. Podría convencerla de que acepte el divorcio.

Maxon la miró con duda. No parecía convencido por sus palabras, pero tras una breve pausa, finalmente cedió.

—Lavender no me dijo a dónde iba —admitió—, pero es obvio que se fue al condado de Tarth. Es el único lugar que tiene donde refugiarse.

—¿Entonces no sabes dónde está exactamente? —preguntó Violett, tratando de disimular su incomodidad.

—Mandé a un caballero a seguirla de manera encubierta —agregó Maxon, mirando hacia la ventana con un gesto de preocupación—. Solo para asegurarme de que llegue bien.

Al escuchar esto, Violett frunció el ceño. No le gustaba la idea de que Maxon aún mantuviera tanto interés sobre Lavender, pero mantuvo su expresión serena, disimulando su descontento.

—Me alegra saber que estás cuidando de todo, Max —respondió con una sonrisa forzada—. Lo que importa es que esto pronto llegará a su fin.

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Mei_Chan
Fue como darle un solo sorbo de agua a un sediento en el desierto.
Mei_Chan
Me recordó un árbol de ! 😂
Virginia Montilla
así se hace mana pero faltó más mételo en la cama y darle el mejor revolcón de su vida uuuuf
Valery Palomar
Hermosa historia, muy bien detallada cada frase el desarrollo, todo, sin forzar el final, excelente trabajo
ljp
La palabra es TONTA 🤣🤣🤣🤣
ljp
El peor error que pude una mujer cometer es tener una amiga 🙄y aún más grande meterla a la casa y dejarse manipular 🤦🏻‍♀️
ljp
Exacto es tan ciega y manipulable 😡😡pero entonces 🤔él no tiene nada con ella o solo disimula
ljp
Si serás la zorra rastrera 🤣🤣🤣que daño un amistad por que él hogar se daña si el hombre lo permite 😡ojalá le llegue algo mejor a Lavander
ljp
El marido no está la amiga tampoco y la víbora 🐍 le suelta pequeños indirectas ahí está la respuesta traición a la vista 🤦🏻‍♀️
ljp
📚 📖
Willow98
cómo un lobo marcando territorio 🤭🤭🤭
Maru
Pobre Lavender 😞 tuvistes las señales frente a ti: tus empleados, la Princesa, el distanciamiento de tu esposo pero tenías que verlo con tus propios ojos
Landy Reyes
excelente
Maru
Coincidencias? Jummmmm 🤔 no sé parece más sospechoso
Malu Hernandez
super
Reyna Torres
Qué hermosa historia, me encantó
Rivero Yessi
𝒆𝒔𝒐 𝒏𝒐 𝒆𝒔 𝒐𝒙𝒆𝒄𝒊𝒐𝒏 𝒂𝒎𝒊𝒈𝒐 𝒎𝒊𝒐 𝒆𝒔 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒚 𝒅𝒆𝒍 𝒃𝒖𝒆𝒏𝒐 𝒚𝒂 𝒒 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂 𝒔𝒆 𝒐𝒙𝒆𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒅𝒆 𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒕𝒆𝒓 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒂𝒔 𝒍𝒐𝒄𝒖𝒓𝒂𝒔 𝒚 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒑𝒊𝒆𝒏𝒔𝒂 𝒆𝒏 𝒔𝒊 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒐𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒕𝒖 𝒑𝒆𝒏𝒔𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒆𝒏 𝒆𝒍𝒍𝒂 𝒒 𝒔𝒊 𝒆𝒍𝒍𝒂 𝒆𝒓𝒂 𝒇𝒆𝒍𝒊𝒛 𝒍𝒂 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒓í𝒂𝒔 𝒍𝒊𝒃𝒓𝒆 𝒂 𝒑𝒆𝒔𝒂𝒓 𝒅𝒆 𝒕𝒖 𝒔𝒖𝒇𝒓𝒊𝒎𝒊𝒆𝒕𝒐 𝒆𝒔𝒐 𝒔𝒊 𝒆𝒔 𝒂𝒎𝒐𝒓. 𝒚 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒂 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓𝒂 𝒗𝒊𝒔𝒕𝒂
Rivero Yessi
𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅𝒆𝒓𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒕𝒆 𝒂𝒗𝒊𝒔𝒂𝒔 𝒕𝒂𝒓𝒅𝒂𝒅𝒐 𝒃𝒐𝒃𝒐𝒎
Rivero Yessi
𝒆𝒔𝒕𝒐𝒚 𝒄𝒂𝒏𝒔𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒒 𝒔𝒆𝒂 𝒖𝒏𝒂 𝒆𝒔𝒕ú𝒑𝒊𝒅𝒂... 𝒂𝒖𝒕𝒐𝒓𝒂 𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐... 𝒔𝒊 𝒔𝒊𝒈𝒖𝒆 𝒂𝒔𝒊 𝒅𝒆𝒋𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒆𝒆𝒓 𝒅𝒆𝒇𝒊𝒏𝒊𝒕𝒊𝒗𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒆𝒔 𝒎𝒖𝒚 𝒕𝒐𝒏𝒕𝒂
Rivero Yessi
𝒎𝒂𝒍𝒅𝒊** 𝒊𝒏𝒇𝒆𝒍𝒊𝒛 𝒚 𝒂𝒔í 𝒅𝒊𝒄𝒆 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓 𝒄𝒖𝒍𝒑𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒐 𝒒 𝒉𝒊𝒛𝒐.... 𝒑𝒆𝒅𝒂𝒛𝒐 𝒅𝒆 𝒃𝒂𝒔𝒖𝒓𝒂.... 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒍𝒆𝒆𝒓 𝒒 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒆𝒔 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒎*𝒍𝒅𝒊𝒕* 𝒓𝒖𝒊𝒏𝒂
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