Incondicionalmente

Después de esa conversación con Pierce mantuvo la distancia conmigo, se graduó y de inmediato se fue a Italia.

Stephanie y yo volvimos a casa para celebrar la Navidad y el Año Nuevo. Nuevamente, mis padres realizaron su fiesta y creo que se convertirá en una tradición.

En esta ocasión no asistieron ni James ni su "adorable" esposa, Al parecer se fueron de viaje.

Mi cambio de actitud no pasó desapercibida para mis padres y expresaron su inconformidad. Dicen que solo me va a traer soledad y tristeza.

La tristeza me acompaña siempre y la soledad es preferible a la compañía de alguien que puede hacerme daño.

Pasaron los años, más específicamente siete. Mis amigos y yo nos graduamos con honores.

Mis padres cerraron varios negocios importantes aquí en Londres, por lo cual abrieron nuevas oficinas aquí. Decidí quedarme y ser yo la que se hiciera cargo; Steph es mi mano derecha, en el departamento legal por supuesto están Rachel y Thomas y en Contabilidad tenemos a Lance.

A lo largo de estos 5 años haciendo cargo la empresa ha prosperado enormemente. He cerrado negocios importantes con empresarios de diversas partes del mundo.

Tengo la reputación de ser una mujer fuerte, implacable en los negocios y con respecto a mi vida personal me llaman la reina del hielo. Me he mantenido alejada de los hombres y por ende de cualquier relación amorosa. Vivo por y para mi trabajo.

De James supe que después de dos años logró divorciarse de Heather y limpiar su nombre. Ella admitió que él jamás atentó en contra de ella y además que el hijo que esperaba no era de él.

Después de obtener el divorcio se fue de Nueva York a iniciar un negocio propio. Se alejó de sus padres y de todos sus amigos.

Pierce es un hombre de negocios exitoso en Roma, ha hecho crecer la fortuna de su padre. No nos hemos vuelto a ver.

Hoy es un día agitado en la oficina, tengo varias reuniones programadas. Steph y yo ya no compartimos apartamento, pero sí seguimos viviendo en el mismo edificio.

Mi alarma suena a las cinco de la mañana, me levanto para ejercitarme. En el edificio hay un gimnasio y desde hace dos años comencé con el hábito de hacer ejercicio por las mañanas. Me ayuda a despejar la mente.

Termino mi rutina y me doy una ducha para después vestirme, peinarme y maquillarme. Me encanta la imagen que veo en el espejo; soy una mujer segura de sí misma y sin miedo a nada.

En el lobby ya me espera Steph y nuestro chófer. Sigo teniendo custodia, ya no solo por las amenazas de Dylan sino porque soy una empresaria exitosa.

¿Qué pasó con Dylan? Sigue en prisión, pronto será liberado y debo estar atenta. No dudo que de verdad busque vengarse de mí.

- Amiga, estás imponente.

- Tú te ves hermosa, Steph.

- Vamos o llegaremos tarde.

Subimos al auto y como siempre llegamos puntuales.

Saludo a todos al llegar, siempre he mantenido una relación cordial con mis empleados. El hecho de que sea fría y mantenga a los hombres a raya no significa que sea grosera o prepotente.

Quince minutos antes de las ocho de la mañana ya me encuentro sentada en mi oficina, bebiendo un café y revisando la agenda del día.

Cada lunes me reúno con mis directivos para recibir un reporte de cada área y verificar que todo marcha bien. Hoy no es la excepción y comienzan a llegar a la sala de juntas.

Me dirijo hacia allá, mis zapatillas resuenan en el pasillo. La junta inicia en cuanto tomo mi lugar. Las cosas marchan a la perfección y damos fin a la reunión.

- Sam, ¿podemos hablar en tu oficina?

- Claro, Thomas.

Caminamos juntos y tomamos asiento en el sofá.

- Dime, ¿Sucede algo?

- No, bueno podría decirse que sí.

- Me estás asustando Thomas.

- Quiero pedirle matrimonio a Lance y necesito de tu ayuda y la de Steph.

- ¡Felicidades! Es una maravillosa noticia. Déjame llamar a Steph para que se nos una.

Minutos después Stephanie entra en mi oficina.

- Muy bien, chicos. ¿Para qué soy buena?

- Le pediré matrimonio a Lance y requiero ayuda.

- Thomas, ¡felicidades! Deja todo en nuestras manos. Tú encárgate del anillo.

- En realidad ya lo tengo- saca una pequeña caja de su saco y nos lo muestra.

- Es hermoso, Lance estará feliz- aseguro.

- Eso espero, los nervios me matan

- Está claro que ambos se aman y este es el siguiente paso, además con la fiesta que vamos a organizar Sam y yo será imposible que te diga que no.

- Ok, más tarde te daremos las primeras ideas. Ahora a trabajar que en una hora tengo una reunión importante.

Thomas y Steph se van a sus respectivas oficinas y yo me quedo afinando algunos detalles referentes al cliente que veré más tarde.

- Señorita Stevenson, ya está todo listo en la sala de juntas.

- Gracias, Carol.

Tomo las carpetas que preparé y me dirijo a la sala. El negocio que estoy por cerrar es con un nuevo productor de vino. Es un hombre muy hermético y ha mandado a su socia la señorita Antonella Rossi.

Entro a la sala de juntas y reviso los últimos detalles, Carol recibe y guía a la señorita Rossi y a su asesor legal el señor Conti.

- Señorita Rossi, señor Conti. Bienvenidos. Tomen asiento por favor. Les presento a mi mano derecha, la señorita Stephanie Carther.

Acto seguido, les presentamos nuestra propuesta de negocio y la manera en como daremos a conocer los vinos que producen en su viñedo.

- Mi socio considera que es indispensable que ustedes viajen a la Toscana a conocer personalmente nuestro viñedo y los vinos que ahí se producen.

- Nos parece una magnífica idea, solo debo ajustar mi agenda y le confirmaremos la fecha de nuestro viaje.

- Perfecto, quedamos pendientes de su llegada. Me llevo la propuesta para mostrárselo a mi socio.

Ambos se retiran y ahora debemos planificar un viaje a Italia lo antes posible, no quiero perder este negocio.

- Por fin unas vacaciones.

- Sabes que no es un viaje de placer, Steph. Son negocios.

- Podemos mezclar ambos.

- Definitivamente no. Iremos a trabajar exclusivamente y mientras más rápido estemos de vuelta mejor.

- Siempre tan aguafiestas.

- Además, recuerda que tenemos pendiente organizar la propuesta de matrimonio de Thomas.

- Eso lo tenemos listo en una semana, o podemos hacerlo al volver.

- Tienes razón, sería mejor hacerlo a nuestro regreso. A menos que Thomas no esté de acuerdo.

- Déjame hablar con él a la hora del almuerzo.

- Perfecto, me informas.

- Será que por fin conoceremos al socio misterioso de la señorita Rossi.

- No lo sé, por lo que ella misma me ha contado es un hombre muy hermético y protege mucho su privacidad.

- ¿Qué esconderá? Tal vez es un hombre muy feo y por eso no le gusta socializar.

- Steph, vaya conclusiones las tuyas.

- No puedes negar que es extraño.

- Sí, es extraño. Sus razones debe tener, quizá solo se trata de un hombre muy tímido.

- No sé, a mí me genera mucha intriga.

- Tienes mucha imaginación.

- Y a ti te falta.

- Deja descansar tu imaginación y mejor ponte a trabajar o de lo contrario ese viaje no lo haremos nunca.

- Está bien, jefa. Me voy.

Una vez en mi escritorio le pido a Carol que me ayude a abrir un espacio en mi agenda para poder realizar el viaje a Italia.

Deberé de posponer algunas reuniones o en su defecto adelantarlas y trabajar a marchas forzadas las próximas dos semanas.

Pasado el medio día Steph me dice que Thomas tiene prisa por comprometerse y no quiere esperar más.

Entre las dos hemos decidido organizar la fiesta para este fin de semana. Afortunadamente, hemos realizado varios eventos en los últimos años y creemos tener el lugar ideal.

Por la tarde recibo un correo de la señorita Rossi informando que su socio nos ofrece alojamiento en su finca y que solo falta que confirmemos la fecha de nuestro viaje.

Me gana la curiosidad y hago una búsqueda exhaustiva del viñedo, esperando encontrar información del socio de la señorita Rossi. No hay nada relevante, en ningún momento se menciona su nombre o su nacionalidad. Es un completo misterio.