Ella fue a la cárcel por un crimen que no cometió su marido la dejo sola, los 5 años que estuvo en prisión cuando salía la persona la juzgaba y decidió irse a otro país y cumplir sus sueños 6 años después regresa solo para visitar a su familia y por una promesa que le hizo a su madre muerta, allí se vuelve a encontrar con su marido.
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CAPÍTULO 12
...Narrador ...
José sabía que sucedían estas cosas en prisión, pero nunca preguntó a los familiares de este tema, no quería abrir esa herida en ellos.
— Brandon, necesitaría comunicarme con el médico que la atendió allá.— Si quería ayudarla y necesitaba primero hablar con su médico y planear el tratamiento más adecuado para ella. — ¿Tendrías un número de teléfono para que pudiera comunicarme?
— No, pero puedo hablar con mi novia que es su secretaria y conseguir el número del médico. — Brandon dejó a su tío en el consultorio y salió hacer una llamada, obtendría el teléfono del médico en unos instantes.
Brandon deseaba que su amiga esté bien, necesitaba ayudarla. Al principio le parecía que Victoria era un poco rara muy reservada con su vida aunque se podía ver el amor que le tenía a Daniel, no le terminaba de cerrar del todo. Pero quién iba a decir que al conocerla se diera cuenta de lo increíble que era, una buena mujer luchadora que la vida le puso las cosas difícil pero aun así le dio batalla para salir adelante, y lo logró por lo menos hasta ahora iba ganando.
Todo su avance se fue al carajo al llegar acá.
Volvió al consultorio de su tío con el teléfono del médico en sus manos. Estando al frente de este, llamo.
Llamada…
— Hola, habla el Doctor Meyer — se escucha salir la voz del doctor.
— Hola Doctor Meyer, le habla Brandon, un amigo de Victoria Campos. — suspiro. — Victoria sufrió una recaída, y anoche tuvo una crisis, en este momento nos encontramos en Italia. — Estaba poniendo al médico en contexto. — Y el doctor que la está atendiendo acá, quiere hablar con usted. — Hubo un silencio.
— Pásame a mi colega. — exige
Brandon le pasa la llamada a José.
— Hola soy el Doctor Gale, como le dijo Brandon tengo a su paciente internada en mi clínica. Acá su amigo me ha dicho que ella sigue un tratamiento y necesitaría saber cual es. — Necesitaba saber que tomaba Victoria para esto porque no creía que haya dejado el tratamiento.
— Hola Doctor Gale, soy el Doctor Meyer y hace casi 4 años que estoy tratando a la señorita Campos, el tratamiento que está haciendo es Meplar 20 mg indicado para la depresión y Tranquinal 0,50 mg para la ansiedad. Ese es el tratamiento que está llevando conmigo en estos momentos, también cuenta con un psicólogo. — Mientras el doctor hablaba, el doctor Gale anotaba todo en su historial clínico.
— Gracias Doctor Meyer.
— De nada Doctor Gale, le voy hacer una recomendación, haga que Victoria vea a sus hijos eso la podría tranquilizar. — él había comprobado como esos pequeños así que su madre tuviera una fuerza interior muy grande y como batallaba para estar siempre al cien por ciento para ellos.
— Gracias de nuevo Doctor, me estaré contactando con usted para ir informando la evolución de la paciente.
— Espero sus noticias colega. — colgó
Brandon que estaba escuchando la conversación entre los doctores, si para que Victoria esté bien era necesario
traer a los pequeños lo haría. Seguramente Victoria estaría en contra pero era necesario.
— Escuchaste, haz lo posible para que sus hijos estén acá lo antes posible. Por ahora la dejaré internada para su observación, puede que tenga una nueva recaída. — le informo
— Intentaré conseguir un vuelo para esta tarde. — suspiro. — pero no prometo nada. — Si no conseguía un vuelo para hoy o para mañana tendría que viajar en auto sería un largo viaje.
— Haz lo que puedas. — Solo esperaba que su sobrino lograra traer a los pequeños lo antes posible, esperaba que al ver a sus hijos ella lograra estabilizarse psicológicamente.
Brandon salió del hospital, debía comunicarse con Augusto Rissi si alguien podía traer hoy mismo a los niños era él. A Augusto nadie le había informado lo que pasaba con su hermana aunque, él se alejó de su familia merecía que le comunicaran lo que pasaba con su hermana, se puso de acuerdo con Brandon y hoy sus sobrinos estarían junto a su madre.
Esa misma tarde, los pequeños aterrizaron en el país que los vio nacer, y al mismo que dejaron atrás días después de su nacimiento.
Con ellos venía una mujer joven de cabello rubio rizado, sus ojos eran azules como el océano y su piel era blanca como la nieve. Era la secretaria y amiga de Victoria, Estela.
Al llegar al hospital fueron a la recepción, deberían buscar al médico que la estaba atendiendo para saber cómo proceder.
Ya en la recepción esperaron su turno. Diez minutos más tarde fueron llamados
— Hola, buenas tardes. Buscamos al Doctor Gale .— dijo la rubia la recepcionista.
— Hola, ¿Para que lo busca? — Si no tenían turno, no podía dejarla pasar.
— Debo hablar con él por una paciente que está tratando, Victoria Campos en la paciente — seguramente la chica buscaría en los informes de la clínica a la paciente y quien la atendió.
— Exactamente el Doctor Gale la está atendiendo, espere un momento que le informo que está aquí.
Unos minutos pasaron, cuando el doctor los llamó. José se sorprendió al ver a los gemelos ya que eran una
copia de su padre.
— Hola señorita. — se acerca a Estela y a los gemelos.
— Hola, supongo que es el doctor Gale, he traído a los hijos de Victoria. — agarró las manos de los pequeños.
— En este momento está dormida, tuvo una nueva crisis y no nos quedó otra opción que dormirla para que ella no se lastime y esté tranquila. — Fue una buena decisión dejarla internada. — Pero acompáñenme así pueden verla. — seguro que los niños querían verla.
— Gracias. — al llegar a la habitación entraron encontrándose con un Victoria dormida como le había dicho el doctor pero también, se encontraba pálida. — Estaremos aquí hasta que ella despierte. — no se iría de aquí sin ver a su amiga despierta, y asegurarse que está bien.
Los gemelos estaban con hambre y el viaje fue agotador, así que Estela decidió llevarlo a la cafetería de la clínica para que obtuviera una merienda. Cuando estos se sentaron en la cafetería apareció Brandon, pero no venía solo Daniel se enteró de alguna manera que Victoria estaba internada y fue a la clínica pero al ver a su amigo lo siguió y cuando vio a los pequeños se puso pálido.
— ¿Cuándo llegaron? — le pregunto a su novia, que se acercó a darle un beso.
— Llegamos hace como dos horas tío Brandon. — ellos consideraban a Brandon como su tío. — Estela te estuvo llamando pero tú no contestaba. — dijo con reproche él pequeño.
Brandon sabía que Daniel lo había seguido. Y ya que vio a los pequeños, no podía decir nada eran un calco de él, eran sus hijos si era que realmente era Daniel
— Nuestro padre vino contigo. — habló uno de ellos enojado realmente no querían saber nada de su padre.
Daniel intentó acercarse a sus hijos pero estos lo rechazaron.
— No se acerque señor Rossi, mi hermano y yo sabemos quien es usted por si se lo pregunta. — su gemelo se encontraba nervioso frente a la presencia de quien sería su padre. — No lo queremos cerca de nosotros. — Vieron muchas veces a su madre llorar en secreto y no sabían toda la historia completa pero si parte de ella y su padre tenía mucho que ver con lo que sufrió su madre.
— No me pueden pedir que no me acerque. — Eran una copia fiel de Daniel, eran sus hijos. — Le daré un tiempo para que se acostumbren a mi presencia. — Esperaría un periodo a que los niños se acercaran a él y luego se lo quitara a su madre, no podía permitir que su plan se arruinara por la presencia de esos niños de los cuales nos sabía de su existencia hasta hoy.
Francisco y Dante se miraron por un segundo, y ambos dirigieron la mirada a ese hombre que era su padre. Lo retaron con la mirada, no iba a ser fácil acercarse a ellos, no lo iban a permitir.
— Dante vamos a ver a mamá, ya debe estar despierta. — Quería estar en los brazos de su madre, y que lo abraza a veces se enojaba cuando su madre le demostraba cariño era molesto sin embargo amaba a su madre y en este momento necesitaba que está lo rodeara con su brazos.
Dante solo asintió con la cabeza y caminó atrás de su hermano mayor. Detrás de los pequeños iba Estela con los dos hombres que tenían una mirada complicada Brandon tenía temor a lo que iba a ser Daniel con la información de los niños y Daniel sentía odio por que su plan se vería afectado.
Francisco y Dante agarrado de su mano ingresaron a la habitación de su madre esta seguía durmiendo pero en cualquier momento se despertara.
Daniel entró a la habitación. Francisco habló, no lo quería cerca de su madre.
— Te pido que te retires de la habitación. — Y señaló a la puerta en señal de que se largara. — Daniel no podía creer que un mocoso lo esté echando, a él nadie lo echaba pero si quería ganarse a esos niños no le podía llevar la contraria.
A regañadientes salió de la habitación.
Fran y Dan se quedaron contemplando a su madre dormida, se acercaron a ella cada uno de un lado y cada uno agarró una mano.
— Mami, necesitamos que te pongas bien. — Besan las manos de su madre.
Victoria al sentir que alguien besa sus manos tembló de miedo y abrió los ojos. Estaba por gritar, pero lo que vio parado al lado de su cama era su razón de vivir, lo que la motivó a luchar por borrar los recuerdo de su pasado y lo logró hasta ahora.
Por ellos decidió pedir ayuda, decidió sacarse la idea de dejar de existir y buscar alguien que la ayudara, por ellos seguía con la mediaciones, con las terapias batallando contra los recuerdos que comenzaron aparecer de nuevo.
Esos pequeños la hacían feliz, tenerlos junto a ella le traía una gran paz, las lágrimas bajaron por el rostro de la mujer.
— Mamita no llores. — dijo un Dante preocupado por su madre. — No queremos verte triste.
— ¡Oh! mi pequeño mami no está triste, al contrario estoy feliz de verlos. — le beso su mejilla. — Tenerlos conmigo. — le hace una seña a su hijo mayor para que se acerque y poder abrazarlos a ambos.
Fran y Dan se abrazaron a su madre, se aferran a ella fuertemente no quería soltarla querían con todas sus fuerza transmitirle seguridad y protegerla contra lo que la quieran lastimar.
Estela entró a ver si Victoria se despertó cuando vio aquella escena que la conmovió. Salió a buscar al médico, le daría un tiempo más a solas los tres.
Un rato más tarde volvió Estela con el Doctor Gale, venía a ver como se encontraba su paciente después de la crisis que tuvo en la mañana.
Victoria se dejó examinar por el doctor sin despegar su vista de sus angelitos.
— Está mucho más tranquila. — le habló el doctor mientras le tomaba la tensión.
— Es por ellos. — mira a Fran y Dan. — me trasmiten paz. — Una paz que no creí volver a tener después de estar encerrada. — ¿Me dará el alta?. — Quería volver a casa.
— No puedo darte el alta ahora. — Miró a su paciente y veía la ansias por irse pero no era posible. — Necesitamos tratar esto, no queremos que vuelvas a tener una crisis.
— Lo entiendo. — lo entendía sin embargo no quería salir de allí. Pero también estaba dispuesta a colaborar para mejorar y poder enfrentarse a su padre y a sus hijos. — ¿Doctor vino Daniel Rossi? — Tenía miedo que se enterara de los sus hijos, cada vez estaba más convencida de que ese hombre no era su Daniel y tenía terror a que ellos sufrieran.
— Si el señor Rossi está en el pasillo. — ella lo miró con terror en su cara. — Victoria quédate tranquila aquí nada te pasara.— se dio cuenta del miedo que le tenía a su ex marido.
Terminó de anotar algunas observaciones en el historial clínico y salió.
Los niños y Estela también salieron dejarían que ella descansara y ellos irían a descansar también.
Cuando ya no quedaba nadie con Victoria, Daniel entró en la habitación, ella tenía los ojos cerrados y no se dio cuenta de su presencia hasta que la tuvo muy cerca.
Victoria abrió los ojos y esta vez no vio a sus angelitos si no a un demonio.
— ¿Qué haces aquí?. — No quería alterarse, no quería tener una crisis.
— Hoy conocí a mis hijos. ¿No pensabas contarme de su existencia ?. — Tenía un brillo en los ojos que la hacía cada vez agrandar su temor.
— Ellos no son tus hijos. — No podría demostrar temor a él.
— No puedes mentirme son una copia fiel de mi. — Dijo con voz fría y enfadada.
Ella suspiró no tenía forma de confirmar sus sospechas por ahora. Sin embargo no dejaría que sus niños sufrieran, pero tampoco podía alegar de ese hombre que decía ser Daniel y el padre de los gemelos porque tenía todas las de perder en este momento.
— Quiero y tengo el derecho de estar en su vida. — No sería fácil pero debía deshacerse de ellos o su plan acabaría arruinado y no hizo todo aquello en el pasado para que terminara sin nada.
— Ellos no te conocen. — él le dio una mirada de odio. — Pero no puedo quitarte el derecho a que forme un vínculo contigo — suspiro debía proteger a los pequeños mientras buscaba las pruebas y teniéndolo al lado de su enemigo no sufrirán por ahora, no dejaría que llegara ese momento.
Daniel no esperó a que ella accediera. Poder tenerlo cerca jugaba a su favor pondría a los pequeños en contra de su madre y luego haría que desaparecieran.
— Cuidaré de ellos. — Por ahora.
Salió de la habitación dejando a Victoria sola, debía tener una charla con su familia y Brandon necesitaban un plan.