Latentis

Los rayos del sol comienzan a traspasar las cortinas, dando directo al rostro de Daphne que se encontraba muy cómoda durmiendo, al sentir el calor en su rostro se voltea para el otro lado abrazando su almohada.

10 minutos más tarde se levanta y aunque no quiere pararse de la cama tiene que hacerlo, llenado de un solo al baño ahí se da un baño rápido y sale envuelta en la toalla, se coloca un pantalón y una camisa cómoda, ya que ha decidido hacer un poco de yoga y abre las ventanas que dan al balcón, ahí estira una esterilla que mandó a hacer con telas.

Primero se sienta estilo loto respirando profundo sintiendo como su energía recorre su cuerpo al terminar de meditar comienza a hacer los movimientos de yoga para tener más flexibilidad, en su vida pasada después de los dieciséis años comenzó a hacer yoga y le gustaba hacerla por qué era relajante además le ayudaba a estirar su cuerpo sin tener que hacer ejercicio pesado, incluso hacía pilates, pero no sabe cómo crear esas máquinas que se usan.

Por el lado de Arthur él había salido a correr desde que salió el sol, se encontraba volviendo a su habitación cuando levantó la vista observando como Daphne hacías unos movimientos que nunca en su vida había visto, se asustó al ver como la chica hacía una pirueta en el aire como si fuera una vuelta de gato.

Cómo vio que la chica recogió sus cosas y entró a la habitación decidió irse a preparar, ya que se supone que después del desayuno partirían al reino celestial y fue por eso que salió a correr, puesto que no dejaba de pensar cosas sin sentido.

Media hora más tarde ya se encontraban desayunando ninguno musito palabra alguna, cada uno parecía estar en su propio mundo de burbujas, al terminar se levantaron y salieron al jardín ahí los carruajes ya estaban listos, tardarían en llegar dos días como máximo, aunque están en Latentis el mundo mágico dividido en reinos según la especie de seres mágicos, y aunque los Pegasus pueden volar tienen que descansar para reponer energías.

Aunque Daphne puede teletransportarse, dado que Arthur no puede así que mejor irán en carruaje después de todo llevan equipaje y van los guardias de Elfyris para cuidar a su princesa de los bandidos, porque aunque sea un mundo mágico no quita los peligros de los caminos.

—Cuánto tardaremos en llegar—pregunta Arthur acomodándose en el asiento

—Dos días hasta llegar a la montaña empinada de ahí solo cruzamos el portal que nos lleva a las nubes—señala el extenso cielo, la montaña empinada es la que divide el reino de los elfos con el de las hadas y sirenas.

—Entiendo—dice él volteando a ver a la ventana 

Durante el viaje hicieron varias paradas en pequeñas islas flotantes ahí aprovechaban para estirarse, darle de comer a los Pegasus aunque los que trajeron al viaje son de los que más resistencia tienen, pero aun así es mejor que descansen para que tengan más energía.

Por el lado de Daphne ella salió del carruaje para explorar la isla, siempre le ha gustado la naturaleza es como sentirse en casa, se acerca a un árbol que le parece familiar por el estilo de sus ramas, pero no recuerda si lo ha visto o no, quizás está alucinando, como el árbol tiene una rama baja decide sentarse ahí a descansar.

Abre los ojos al escuchar un pequeño lloriqueo de un gato, al voltear a un lado hay una pequeña cría acostada llorando, se baja de la rama comienza a caminar hasta llegar junto al gato.

—Bebe, que pasa—pregunta Daphne, como si el gato fuera a responderle 

—Miau, miau—dice aunque viéndolo bien parece gato pero no lo es 

El bebé se levanta comenzando a caminar, ella lo sigue para ver qué es lo que quiere mostrarle al llegar a lo que parece el centro de la isla observa un tigre blanco herido, al acercarse este suelta un rugido que aunque es débil a Daphne se le heló la sangre de solo escucharlo acompañado del frío viento que hace en ese momento.

—tranquila no te haré daño—menciona Daphne acercándose sigilosamente para que la madre del pequeño tigre no se asuste 

—Solo te voy a revisar —dice Daphne estirando su mano a la pata lastimada de la tigresa

La tigresa aunque algo arisca deja que Daphne la revise, en sus ojos se nota la preocupación mezclada con el dolor de las heridas, más le preocupa dejar a su bebé solo, Daphne cuidando de lastimar a la tigresa levanta la pata de esta, al observar mejor nota que tiene el hueso de la pata quebrado.

—Esto será complicado—menciona Daphne 

La tigresa aunque no habla el lenguaje de los humanos, pero siente que puede confiar en esa chica que la está observando, sería bueno dejar a su cachorro con ella, ya que parece que lo único que la espera es la muerte.

—Esto va a doler vale, pero prometo que te servirá para que te cures—menciona Daphne sacando de su bolsa una poción mágica, está de hecho puede regenerar los huesos, pero suele tardar varios días o semanas en los pacientes.

—Te pondré esto, aunque tendrás que descansar y no caminar, para que lo hagas que te parece venir conmigo al palacio celestial y ya cuando estés recuperada puedes irte a donde quieras—le dice Daphne como si supiera que la tigresa le entendiera 

Pero para su sorpresa la tigresa asiente con la cabeza como señal de que acepta lo que le ha propuesto, quien le diría que ahora habla con los animales, deja de pensar en eso para comenzar a ponerle la poción en la pata rota luego sé la venta con un trozo de tela, posterior saca unos bocadillos de su bolsa y se los pone a la mamá y cachorro para que coman.

—Te voy a cargar para llegar al carruaje vale—mencionar Daphne y la tigresa vuelve a asentir 

Ella se acerca y carga a la tigresa, le hace una señal al cachorro para que la siga, lo hubiera cargado también, pero tiene que tener cuidado a no lastimar la pata de la paciente, al llegar al campamento los soldados elfos se asustan de ver a su señorita cargando un tigre blanco y junto a ella un pequeño cachorro.