Nadie nunca ha visto el verdadero rostro de la emperatriz. Nadie sabe la razon por la que la emperatriz no se ha dejado ver por su pueblo. Algunos dicen que tiene un rostro poco agraciado. Otros dicen que desconfía de todos a su alrededor. Las malas lenguas hablan sobre la guerra. Una mujer de tan solo 18 años que lidero la guerra mas larga de la historia de los 5 reinos. Solo 20 minutos le tomo acabar una guerra que habia durado mas de 40 años. La salvadora de la nacion. La emperatriz Suprema. Ishtar D'Labot.
Nadie conoce su verdadero rostro. Nadie recuerda su verdadero ser.
Excepto el. El recien nombrado Duque de Geronia ha vuelto al imperio. Con el unico deseo de recuperar el amor que ha perdido.
Pero se llevara una grande sorpresa. Porque la mujer de sus recuerdos ya no existe. Y en su lugar una mujer con multiples rostros lo recibe.
Dentro de ella residen muchas personalidades. ¿Podra el enamorar a todas ellas?
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Capitulo 12:La oscuridad de la Emperatriz
¿Se puede amar a muchas personas al mismo tiempo?
El duque de Geronia yacía recostado en su habitación. Su cabeza llena de tantas preguntas que no lograba responder. ¿Podria el alcanzar el amor de Ishtar? De cada una de las versiones que se presentaban de ella.
¿Que pasaría si el... Terminaba enamorándose perdidamente de todas ellas?... ¿Siquiera es posible amar a diferentes mujeres al mismo tiempo?
¿Que pasaría si un dia ellas desaparecían? ¿Que era lo que de verdad estaba buscando?... ¿Queria pasar tiempo con ellas? ¿O simplemente estaba buscando desesperadamente encontrar a Ishtar en cada una de ellas?
Habia pasado una semana. En los que cada dia sin falta estuvo en el Palacio imperial. Disfrutando del silenció o la buena conversación de Jikan. O paseando entre las flores con Gaia.
Parecian esperarlo. Como si de verdad desearan pasar sus dias a su lado. Eso despertaba una sensación de pertenencia en su alma. El sentirse conectado de alguna manera con ellas lo hacia sentir vivo. Visto. Valioso.
Habia pasado años en soledad. Desconectado del mundo. Viendo morir a tantas personas y fantaseando con volver a verla. Su pecho ardia de ansias. De necesidad.
¿Siquiera era posible volver a verla?
Esa mañana el duque de geronia llego al palacio sin saber lo que se conseguiria. En camino al Ala este se topo con Lord Raktar.
—Buenos dias Duque.
—Buen dia Lord Raktar. He venido a ver a su majestad.
El hombre delante de el torcio los labios. Le hizo una seña para que lo siguiera y los dos comenzaron a caminar.
—La emperatriz esta en el campo de entrenamiento... Debo informarle que hoy... La emperatriz se hara cargo. Debido al baile de esta noche, Ishtar tomara su lugar para recibir a los nobles.
El duque sintio su corazon acelerarse. La imagen de Ishtar sonriendo hacia el se poso en su mente. Y deseo correr hacia ella con desespero.
—Eso... Me da gusto—respondio con emocion.
Llegaron al campo de entrenamiento y Lord Raktar se detuvo.
—Me temo que esta mal interpretando mis palabras. Cuando hablo de la emperatriz no me refiero a la mujer que usted cree conocer. Si no a ella—su dedo señalo a la mujer dentro del campo de batalla.
Enfundada en su armadura dorada blandia aquella lanza de fuego. En un danza hechizante que dejaba a cualquiera hipnotizado con su soltura. Arrancando cabezas y desmembrando cuerpos como una asesina experta.
El duque la miro sorprendido. Su cuerpo se tambaleo hacia adelante y sus manos se posaron en el barandal delante de el.
¿Que carajos era esto?
—No se preocupe Duque—Lord Raktar poso su mano en su hombro—Esas personas no son reales. Es una ilusion creada con la magia de la emperatriz.
El duque solto un suspiro tembloroso. Por un momento se habia imaginado lo peor. Y entonces se cuestiono... Talvez y en algo si estaba en lo correcto. La mujer delante de el... era una sanguinaria. Sonreia con cada paso que daba. Sus ojos se iluminaban brillando como estrellas. Y entonces su mente lo llevo aquel dia en el campo de batalla. Aquella danza que lo había hechizado por completo. Su cabello danzando en el viento. La soltura con la que se movia. Esa forma de derribar a sus oponentes como si fueran solo piezas de ajedrez.
Esa era la emperatriz.
—Puedo comprender ahora lo que dice. La mujer a unos pasos de nosotros... Ella... Ella es Ishtar D'labot.
El hombre a su lado asintio. Aun cuando el no lo estaba viendo.
—Todos llevamos oscuridad por dentro Duque Yoon-Ha. Y ella es la oscuridad de la emperatriz.
Ishtar se detuvo satisfecha. De un solo movimiento aquel escenario de sangre a su alrededor se esfumo. La armadura que la cubria como una segunda capa se fue con ellos y quedo de pie en su largo vestido. Su mirada se clavo en el hombre a unos pasos de ella.
Yoon-Ha.
Aquella mirada de reconocimiento habia hecho cortocircuito en su interior. Lo miro detalladamente y su cabeza se lleno de recuerdos.
¿Podria el aceptarla aun sabiendo en lo que se habia convertido?
...¿Podria el amar su oscuridad?...
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El salon del palacio imperial estaba lleno esa noche. Los nobles se paseaban vestidos con sus mejores pendras. Alardeando de lo que tenian. Buscando nuevas conexiones.
El duque de Geronia se habia convertido en el nuevo tema de conversación. Sus recientes visitas a la emperatriz. Y su evidente solteria. Las doncellas casaderas lo observaban al otro lado del salon risueñas. Deseando recibir una mirada de su parte. Deseando ser ellas las elegidas.
Convertirse en duquesa era una aspiración casi tan jugoza como llegar a ser emperatriz. El ducado de Geronia era el territorio mas extenso del imperio de Malar. El Duque de Geronia tenia muchos atractivos que alabar. Aquellos que poseia y su indudable belleza. Aquella mirada oscurecida. La piel blanca que brillaba como porcelana. Unos musculos trabajados que se ceñian a su traje. Una mandibula cinselada. Y aquellas manos que todas las señoritas estaban deseando tocar.
Pero el duque nunca se movio. No hablo. No se acerco. Y entonces los padres ambiciosos se cansaron de esperar. Y las señoritas sin dudarlo se armaron de valor. Y de repente estaba siendo rodeado por madres sonrientes. Padres ambiciosos y señoritas con sonrisas tímidas.
—Duque Yoon-Ha le presento a mi primogénita. Aurora Borks. Deseaba mucho conocerlo.
Yoon-Ha la miro por un segundo. Reconociendo las claras intenciones en las personas que lo rodeaban.
¿En que momento se habia vuelto el objeto de deseo de todo el imperio?
—Es un gusto señorita—sus palabras fueron cortas y precisas. Le mostro una sonrisa amable y la conversación se quedo ahi.
Pero eso no impidió que siguieran acercándose. Uno tras otro. Como si estuvieran haciendo fila para conocerlo. Estaba siendo sofocado de una manera exaperante. Y este momento se estaba arrepintiendo de haber asistido aquel baile.
Pero de repente todo a su alrededor callo. Y todas las miradas se clavaron en el hombre que llego a su lado.
—Disculpen Señores. Señoritas. Con su permiso—el hombre asintio hacia ellos con respeto y sus ojos de clavaron en Yoon-Ha.—Duque Yoon-Ha. Su majestad ha solicitado su presencia.
