Se Metieron Con La Omega Equivocada

Sin más que hacer allí, Leyla vuelve al camino, y siguiendo el aroma de su amiga, con su velocidad sobrehumana, logra alcanzar a los demás, los cuales estaban casi a la salida de la zona de magia cuantiosa.

Ella se une a sus acompañantes, y todos salen del lugar.

Al estar en tierra firme, todos toman un descanso, y Leyla aprovecha para contarle a todos sobre su enfrentamiento con aquella criatura.

Las dos personas la ven con asombros y la felicitan por su victoria.

Por el momento todos se dedicaron a descansar, ya que han tenido un largo camino recorrido.

Cuando todos estaban descansados, nuevamente retomaron su andar, y Leyla saca el mapa de dónde lo tenía guardado, para ver por dónde ir.

Siguiendo la dirección que marca dicho mapa, ella y su grupo continúan su camino.

La zona de magia cuantiosa era el punto de referencia en el mapa, por lo que le era menos complicado llegar.

Les tomó algunas horas llegar al lugar que indica dicho mapa, ya era casi el atardecer, en donde se podía ver un hermoso terreno y a lo lejos una puerta de hierro pesada.

Todos terminan de acercarse y Leyla sale del carruaje primero, para ver qué se le dejará pasar.

Ella segura de sí, llega hasta la puerta de hierro, y dos guardias que custodiaban la puerta al verla, le preguntan qué deseaba.

Ella muestra los documentos que la avalan como propietaria del lugar, y los guardias, tras ver bien a la joven, pueden ver que es idéntica a la su señorita Rebeca Lizardi, quien ya hace años les había mandado una carta antes de morir, para hablarle sobre su hija menor.

—Disculpe nuestra osadía señorita, sea bienvenida a esta su casa— expresa uno de los guardias, y otro guardia amable se ofrece a guiar a la joven y a su grupo dentro de los terrenos, los cuales eran inmensos y estaban bien cuidados.

Todos estaban maravillados por lo que veían, y un montón de ideas se le vienen a la cabeza, ideas para hacer crecer dicho lugar aún más.

La mansión del lugar era también hermosa, y aquel guardia cuando terminaron de llegar, fue a buscar a los demás sirvientes, para que de ese modo, les dieran la bienvenida a la señorita de la casa.

Rápidamente todos los sirvientes llegan a la puerta y todos muy emocionados salen a recibir a su señorita, ya que Rebeca les había dicho todos los detalles sobre la pequeña, quien aunque es una Omega, es muy fuerte y poderosa, para ellos servir a alguien como Leyla, era algo maravilloso.

—Sea bienvenida a esta humilde mansión señorita Leyla, espero estar a la altura de sus expectativas, es un honor para todos nosotros servir a la hija menor de la señora Rebeca — dice el mayordomo con mucha amabilidad.

Leyla había creído que lo que encontraría allí sería un terreno pequeño, con una pequeña casa, pero esto es más de lo que llegó a imaginar.

—Muchas gracias, espero que todos tengamos una excelente relación, me gustaría descansar cuánto antes, y que acomoden a mi gente como se debe— expresa Leyla. Los sirvientes rápidamente se ponen manos a la obra, cargando las pertenencias de los que andan con Leyla.

El mayordomo le pide a Leyla y a todos seguirlo, y casi de manera inmediata, Leyla y su gente estaban bien acomodados.

Los demás sirvientes acomodaron el equipaje, y también prepararon el baño. Luego de dejar a Leyla sola por su petición, ellos también trajeron qué comer.

El mismo trato recibieron los que andan con ella.

Al final, el día terminó bien para todos.

**

Al día siguiente, Leyla se levanta temprano para ir a hablar con el mayordomo de la mansión, quien es quien se encarga de velar por el bien de todo allí.

Cuando se reúne con él, le pide que le ponga al tanto de todo lo que ocurre en la mansión, y Leyla descubre que estos terrenos se dedican a la producción de té como sustento de la mansión y que también producen sus propios productos comestibles, incluyendo la carne que consumen.

Eso le da una idea a Leyla, y decide mantener en pies sus planes.

—Me gustaría que vendamos nuestros productos al público, y añadamos otro producto también, además de que crearemos una industria que les permita a las personas obtener trabajo— dice Leyla de muy buen humor.

—Me parece perfecto, ¿qué producto vamos a agregar?—pregunta el mayordomo curioso.

—Busca una maceta vacía, te mostraré algo asombroso — dice ella y el hombre sale a buscar lo que se le pidió. Al poco tiempo llegó con la maceta vacía y se la entregó a Leyla, quien con un hechizo de tierra, le puso tierra a la maceta, y luego hizo crecer una planta que por el momento estaba solo en sus pensamientos. Y sí, esa es una de las habilidades que tiene su magia de tierra: hacer crecer plantas y también hacerlas morir.

La planta creció, siendo aquella planta el café que solo probó en su mundo; en este mundo solo ha visto el té, y tal cosa no es de su agrado.

Leyla le explicó al mayordomo sobre qué hacer con la planta, y este se sorprende por todo lo que ella le dice.

Para alguien como el mayordomo, tal cosa era un gran descubrimiento.

El mayordomo fue a hacer su trabajo, mientras que Leyla se quedó leyendo los libros de contabilidad.

Al parecer todos estaban en orden y era tal cual como decía en ellos.

Las ganancias eran usadas para sustentar los gastos de la mansión. El mayordomo quien dice llamarse Cristóbal, es alguien de confianza; de no ser así, Rebeca, la madre de aquella joven no lo habría dejado.